Nicolás Maduro lanzó el pasado jueves la campaña ‘Obama deroga el decreto ya’ con el objetivo de recoger diez millones de firmas para exigir al presidente de Estados Unidos que derogue el decreto ejecutivo anunciado por la Casa Blanca en el que se declara a Venezuela como «amenaza» para la seguridad de Estados Unidos. Maduro pretende con esta campaña con la que lleva ya recaudadas más de un millón de firmas evidenciar lo que todos sabemos: Venezuela no supone un peligro para ningún país del mundo, por lo que el decreto emitido por Washington contra el país latinoamericano es totalmente anulable.
El mandatario venezolano espera poder entregar los diez millones de firmas a Barack Obama en la próxima Cumbre de las Américas que se celebrará en Panamá los próximos 10 y 11 de abril y que se prevé polémica e interesante.
Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Uruguay y Argentina, son algunos de los países de la región que han mostrado su contundente apoyo a Venezuela y su tajante condena a las intervenciones de Estados Unidos en los asuntos internos de los estados soberanos.
Por otro lado, Brasil, México, Colombia y Chile mantienen un desconcertante silencio frente a las recientes sanciones anunciadas por Estados Unidos sobre funcionarios venezolanos, así como la calificación formal del país venezolano como «amenaza para la seguridad nacional y exterior de Estados Unidos«.
Fidel Castro envió un mensaje de apoyo a Nicolás Maduro felicitándole por su discurso de condena a la orden ejecutiva de Estados Unidos. Por otro lado, Evo Morales solicitó tras el anuncio de la Casa Blanca, la reunión urgente de la Celac y de Unasur para establecer una unión monolítica en defensa de la soberanía de Venezuela. Rafael Correa, por su parte también tomó posiciones al respecto y calificó como ‘grotescas’ las medidas anunciadas por Barack Obama.
Ollanta Humala, presidente de Perú, reiteró que su gobierno apoya el diálogo para solucionar la crisis que atraviesa Venezuela y Estados Unidos, y añadió que Ecuador respeta la soberanía de cada país y los asuntos internos de éstos. En Uruguay, el partido gobernante Frente Amplio manifestó su apoyo firme al gobierno venezolano frente a cualquier intento injerencista del exterior.
Por otro lado, Venezuela también ha recibido amplio apoyo a través de las redes sociales que, bajo la etiqueta #ObamaYankeeGoHome millones de usuarios han criticado las injerencias políticas de Estados Unidos y sus intentos de desastabilizar aquellos gobiernos que les son incómocomodos, como ya hizo con Salvador Allende no hace tantos años como para haberlo olvidado.
Es por este motivo que tan extraño resulta el silencio del gobierno chileno. No es tan diferente lo que está sucediendo en Venezuela que lo que ocurrió con la intervención de Estados Unidos en el Chile de Allende con el objetivo de desestabilizar su gobierno y promover el golpe de estado que acabó con un socialismo que iba en contra de los intereses políticos y económicos del gran imperio norteamericano.
Sabiendo como bien sabe Chile a golpe de experiencia hasta dónde es capaz de llegar EEUU para cambiar o destruir aquello que le es incómodo, es inentendible que el gobierno de Bachelet no se haya posicionado ya al respecto en apoyo a la no intervención extranjera en los asuntos internos de los países de la región. Chile debería, como ha hecho Bolivia, Ecuador, Argentina, Nicaragua y Uruguay, entre otros, mostrar apoyo y solidaridad hacia Venezuela, y unirse así al bloque latinoamericano que condena la injerencia estadounidense.