Espero que los creyentes cristianos tomen con filosofía las palabras que expondré a continuación: Jesús es una figura inventada. No existió.
En estos días que se celebra su nacimiento, bueno sería explicitar en voz muy alta, que ni existió la Virgen María, ni dio a luz virginalmente en ningún pesebre de Belén, ni existieron Reyes Magos. Y que nada de la historia que nos ha hecho creer los defensores de los textos cristianos es verdad.
En realidad en Belén había un lugar de culto a una diosa pagana: Anat y a su paredro. Belén se llamaba antes Ephrata «La Fecunda» / Efrata «Casa del Pan», lo que encierra una metáfora alimenticia: era una panadería. En este Santuario, al igual que en otros centros religiosos de otras regiones con comunidades dedicadas a diversas actividades económicas: de la panadería, carnicería, pesquera,… había sacerdotisas de culto dedicadas a la industria de la panadería.
Y ello está implícito en la mitología que inventó el cristianismo, ya que considera que allí nació Jesús, el Salvador que era semilla que moría / era enterrada y resucitaba / germinaba, para dar de comer a la humanidad. Era el Mesías [Mesías que confunde su significado del hebreo meschiaf «El Mesias», «Ungido», con la palabra latina «Mesias», de messis = recolectar las frutas (de messis, siega, cosecha, recolección de productos de la tierra)].
En realidad la Navidad y el nacimiento de Jesús de una madre virgen es una metáfora religiosa, heredera de otros fiestas arcaicas y anteriores a la religión cristiana, que se celebraban con ocasión de la recolección de frutos. De forma que el nacimiento de Jesús de María Virgen, imita el nacimiento del bebé de otras diosas vírgenes de multitud de religiones paganas. Y se refiere a una tarea agrícola: la recolección de frutos, de la semilla de cereal y a otra tarea económica: del cereal convertido en harina se hace el pan, que da de comer a la humanidad. Y eso es lo que es Jesús: el Salvador que vino a dar de comer a la humanidad.
El mito narra que su venida a la Tierra fue anunciada por una estrella: la Espiga de Virgo el atardecer de un 25 de diciembre. (Y en realidad tal fecha fue elegida como día de fiesta agrícola y de recolección cuando se producía el hecho astronómico en que la estrella Espiga de Virgo salía al atardecer. Y eso ocurrió hace 5.300 años, cuando fue fijada la fiesta y se producía el orto de las estrellas: Espiga y Vendimiatrix de Virgo. O sea, que la aparición de la estrella al oriente, tras el sol ponerse, anunciaba la fiesta de la Recolección / anunciaba al Mesías (la recolección de frutas: cereales, uva,… con la que se elabora el pan, el vino,…).
Así que el nacimiento de Jesús es una metáfora religiosa que relata la culminación de la historia de la agricultura, en el que Jesús, al igual que Mitra, Buda, Horus, Carpo, Sida (granada), Misa y Libera (uva),… figuras que nacen un 25 de diciembre en otras mitologías paganas «agrícolas», se identifican con el fruto del vientre de la virgen / de la diosa, tras haber sido también semilla que por fin se convertía en fruto.
Es decir que el nacimiento de Jesús se refiere a la fiesta de recolección de invierno. Y existe otra referencia de otro nacimiento de Jesús en el evangelio de Lucas (2, 8), y habla de pastores que pernoctaban al raso que vinieron a adorarlo. O sea, que habla de otro nacimiento en verano / de otra fiesta de recolección de frutos de verano.
El nacimiento de un ser de madre virgen como metáfora de la cosecha, es una idea heredada de otras religiones agrícolas, inventada por las sacerdotisas (que mantuvieron en secreto su saber, y no fue conocido cuando se les arrebató las labores de culto tras la revolución patriarcal). Los mitólogos cristianos lo que hicieron fue tomar prestada la idea mítica existente en todos los mitos del universo, pero le dieron existencia real, tomando en sentido literal lo que no era más que un mito: cada vez que surgían los frutos, era gracias a la madre divina Árbol / Planta, que los daba a luz.
Precisamente basada en esta idea de diosa Árbol está el rito consistente en colgar de los árboles bolas como frutos, para propiciar mágicamente abundante cosecha: bolas redondas llamadas en Grecia «pilae» y «mania» en honor de las diosas madres vírgenes: Demeter Pilágoras y Mania. En Tarija, Bolivia se colocaba ese día en los campos una muñeca realizada con cañas y mazorcas de maíz llamada «Pachamama», «Madre de la Tierra», del que colgaban frutos en honor de la Diosa Madre Virgen PACHAMAMA / Mamá Pacha, Madre de los alimentos vegetales y de la diosa Llumpaca. Y que hereda las bolas de los árboles de Navidad en la religión cristiana / el fruto de su Vientre / Jesús (estrellas Espiga y Vendimiadora) hijo de la Virgen María (Diosa Madre-constelación Virgo).
En otros casos, dado que son consideradas importantes dos estrellas de la constelación Virgo, las estrellas Espiga y Vendimiadora, es la razón de que la diosa virgen en numerosos panteones pare mellizos, metáforas de las dos estrellas. Y así la diosa de los mexicanos / Nahoas Mixcoatl recibe el epíteto de Cihacoatl «Pare Mellizos», la diosa Aria, Védica Suria / Saranyu / Surya / Sanjina / Sandjna / Sanjna dio a luz a gemelos, por lo que recibía el epíteto de Yamasu «Madre de Gemelos»: Yami y Yama.
Y la pregunta de Herodes a los magos: «… dónde había de nacer el Mesías.» (Mat, 2, 4), se debería interpretar en realidad: dónde había de nacer el fruto de la recolección, la uva de la vendimia, el cereal,… Y la afirmación de (Luc, 2, 11): «os ha nacido hoy un Salvador, que es el Mesías…» significaría: os ha nacido el fruto de la recolección, el cereal, la cosecha que salva a la humanidad para que no muera de hambre.
Hoy sabemos que no existe ninguna evidencia histórica que apoye lo que relatan los evangelios: el nacimiento de Jesús como si fuera un ser real, en una ciudad real Belén, por una madre real Virgen María en un establo real y al que le dio calor dos animales reales: la burrita y la vaca y bajo una estrella muy luminosa y real. Y que fue visitado por Reyes Magos, que le llevaron regalos, fiesta que también imitan los evangelistas, apropiándose de una tradición anterior al nacimiento de la religión cristiana en el que se intercambiaban regalos.
Por Francisca Martín-Cano Abreu
Pueden ampliar en: http://personales.com/espana/zaragoza/martincano/ca.9calendario.htm