La pesadilla de los vecinos de la Región de Atacama afectados por el aluvión del río El Salado continúa. Muchos vecinos de la zona alertaron sobre el olor a relave que emanaba del barro y de los sedimentos que el aluvión había depositado a su paso por las zonas residenciales, lo que podría poner en riesgo la salud de los vecinos.
Según declararon algunos testigos a los medios de comunicación, el sedimento «olía a borra, el líquido que se desecha de las faenas mineras«. Para despejar dudas sobre si el aluvión había transportado y contaminado las zonas residenciales con residuos mineros o no, las autoridades encargaron un informe sobre la toxicidad existente en las zonas inundadas de la III Región.
Por el momento, el informe -de carácter reservado- advierte de que sí existen evidencias del arrastre de relaves en algunas de las zonas residenciales que sufrieron la violencia del aluvión y que acabaron anegadas por el barro. Estas evidencias representan un gran riesgo para la población, especialmente en las localidades de Diego de Almagro, El Salado y Chañaral.
Según el informe, el material pesado procedente de la actividad minera que fue arrastrado por el aluvión, al entrar en contacto con las aguas del alcantarillado público -con alta carga orgánica y bajo contenido en oxígeno- podrían haber creado una «masa compleja» de la que emanen gases que entrañan grave riesgo para la salud pública.
El informe señala que «todo eso mezclado da como resultado una o más sustancias indeseables por la desestabilización química de los relaves que se incorporaron al curso del agua«. Esta mezcla, tal y como publica el diario El Mercurio, dio como resultado la emanaciones de «gases de monóxido de carbono, hidrógeno, hidrocarburos y otros sin definir» que pueden ser los responsables del aumento de consultas médicas de menores por crisis respiratorias.
Las autoridades continúan investigando acerca del verdadero riesgo que entrañan las interacciones entre materiales pesados y diferentes sustancias, aunque por el momento las evidencias científicos no son concluyentes.
El riesgo de emanación de gases en el barro provocó la cancelación de actividades deportivas y recreativas en las zonas más afectadas de Atacama. Las autoridades recomiendan el uso de mascarillas para la población, así como de guantes y ropa adecuada para aquellos que trabajen en las faenas de remoción del barro.
El informe urge a limpiar aquellas casas que hayan sido anegadas por el lodo, para eliminar lo antes posible todo vestigio químico que pueda haber en ellas.