Según un nuevo artículo publicado por la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, en el momento en que el corazón deja de funcionar y el organismo no recibe oxígeno ni glucosa, la actividad del cerebro no se acaba en seguida. Por el contrario, se acelera durante unos segundos.
Durante el experimento, los médicos de la Universidad de Michigan, EE.UU., sometieron a muerte por asfixia a nueve ratas e investigaron su estado a través de un dispositivo especial. Resulta que durante unos 30 segundos tras el paro cardíaco, la actividad del cerebro aumentaba de manera considerable, por lo que los científicos llegaron a la conclusión de que en ese corto momento, entre el cerebro y corazón se establece una nueva conexión.
De ese modo, los investigadores consideran que esa actividad ‘febril’ del cerebro durante el paro cardíaco, provoca a las personas intensas experiencias cuando están cerca de la muerte, como la famosa ‘luz al final del túnel’.