Para valorar la importancia del llamado a marcar el voto con las palabras “ASAMBLEA CONSTITUYENTE” en las elecciones parlamentarias y presidenciales, es esencial que se tenga en cuenta el objetivo supremo de nuestro movimiento, cual es, recuperar el derecho de los chilenos a su autodeterminación, lo que implica instalar una Asamblea Constituyente que, como depositaria de la soberanía popular, redacte una Constitución Política verdaderamente democrática en reemplazo del Decreto 3464 impuesto en 1980 por la dictadura.
Antes de lanzar esta propuesta, nuestro Movimiento comprobó que tanto la Ley 18.700 art. 71 N°5, como la Cartilla de Instrucciones elaborada por el Servicio Electoral, autorizan explícitamente tal procedimiento, cuestión que nos confirmó personalmente el Director de dicha entidad Sr. Juan Ignacio García. Adicionalmente constatamos que los vocales o apoderados de mesa que intenten anular el voto así marcado, se exponen a penas de cárcel. (Artículo 132 de la Ley Orgánica Constitucional de Votaciones Populares y Escrutinios).
Informes preliminares y parciales dan cuenta que más de 50 mil chilenas y chilenos escribieron ASAMBLEA CONSTITUYENTE en las pasadas elecciones del 13 de diciembre. En muchos casos, sin embargo, las mesas reconocieron la validez de la preferencia, pero NO OBJETARON el voto, lo que inviabiliza su escrutinio.
En virtud de esta experiencia -y admitiendo que carecemos de una estructura orgánica y administrativa que nos permita contabilizar todos los votos marcados en las 35 mil mesas receptoras de sufragios que hay en el país-, llamamos a quienes apoyen esta opción a que PARTICIPEN EN EL RECUENTO DE VOTOS DE SU MESA, defiendan el voto marcado como VALIDO-OBJETADO e informen de inmediato a los correos electrónicos, teléfonos o centros de cómputos que hemos instalado para cuantificar la mayor cantidad de adhesiones que sea posible. En este propósito, pueden apelar incluso a la responsabilidad de vocales y apoderados de mesa, quienes tienen la obligación de hacer cumplir la normativa legal.
Para nuestro movimiento, escribir en el voto la expresión ASAMBLEA CONSTITUYENTE es un LEGÍTIMO instrumento de difusión y no un fín en si mismo. Lo hacemos con el mismo tesón, fervor y entusiasmo que los seminarios, charlas en poblaciones y universidades, reuniones sindicales, foros, paneles, actos culturales, acciones callejeras, edición y distribución de libros, volantes, afiches y otras iniciativas que, con gran esfuerzo, impulsan miles de nuestr@s compañer@s de agrupaciones de base desplegados en todo el país.
De esta manera hemos contribuido a que la demanda por cambiar la actual Constitución -que hace algunos años era un tema tabú, sistemáticamente silenciado en los medios de comunicación -, forme parte de las reivindicaciones unánimes de los más importantes Sindicatos y Federaciones Nacionales, CUT, CAT, ANEF, Colegio de Profesores, federaciones campesinas, estudiantiles, de adultos mayores, de pueblos originarios, etc. De hecho, tres candidatos presidenciales, que suman con largueza más de la mitad del electorado, incluyeron esta demanda en su plataforma programática.
En este nuevo escenario, tan distinto al de 3 años atrás, nuestro movimiento necesita poner especial atención y energía en los métodos que nos permitan unir y movilizar a las organizaciones sociales y sectores democráticos para que logremos efectivamente doblegar la resistencia de los poderes fácticos, conservadores y continuistas que buscan perpetuar el marco institucional vigente. Estos sectores tienen poder cupular pero carecen de aceptación en la base social. Luego, en lugar de RECONOCER ABIERTAMENTE su complacencia con el Decreto 3464 (mal llamado CONSTITUCION de 1980), esgrimen reparos “de forma” al método que hemos propuesto. Quienes afirmen que esa marca anula el voto lo hacen por extrema ignorancia o mala fe, por cuanto el único voto nulo en la normativa chilena es aquel que contiene dos preferencias a la vez.
Independientemente de quien gane las elecciones del 17 de enero de 2010, nuestro movimiento proclamará firmemente, como un imperativo para la democratización de Chile y el pleno ejercicio de la soberanía popular,
a) la necesidad de una Constitución verdaderamente democrática, y
b) que ésta sea generada por una Asamblea Constituyente.
Nuestra lucha es transparente, pacífica, legítima y patriótica, tanto en sus fundamentos y principios como en los múltiples mecanismos e iniciativas que pondremos en práctica antes y después de estas elecciones.
Que nadie “espere instrucciones”. Que cada cual genere más y nuevas instancias de cooperación y articulación colectiva e impulse sus propias iniciativas para que millones de chilenos se informen y configuren, paso a paso, una fuerza mayoritaria incuestionable que obligue a los poderes públicos a consultar, mediante plebiscito, la opinión del pueblo.
Se trata de una sentida aspiración ciudadana que sólo admite la victoria, fruto de la conciencia, la organización y la unidad en la diversidad de todas las fuerzas democráticas que hace más de treinta años se comprometieron a este supremo objetivo nacional: el derecho a la autodeterminación del pueblo chileno.
Un saludo fraterno
Juan Guzmán Tapia Gustavo Ruz Zañartu Roberto Garretón Merino
COMITÉ DE INICIATIVA POR UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE