El supermercado de la empresa del holding Falabella ubicado en Nataniel echó a fines de noviembre a los empaquetadores que habían formado el primer sindicato en su área. Si bien la experiencia fue corta, en poco tiempo gestionaron su trabajo y mejoraron las relaciones laborales, dejando de alimentar a SOEUS, empresa que cobra $350 por turno a cada estudiante que trabaje en los casi 40 locales que administra.
Como todos los sábados el 28 de noviembre a las 8 y media de la mañana los empaquetadores del supermercado Tottus de Nataniel, Santiago centro, se aprestaban a empezar una nueva jornada de trabajo.
Se pusieron el uniforme de buzo blanco y gorro celeste, se distribuyeron las cajas y cuando se iban a instalar, un grupo de otros 30 propineros, vestidos de negro y salmón, les arrebataron sus puestos de trabajo.
Erick Coñoemán, dirigente del sindicato formado en dicho supermercado, fue a conversar con la administración del local. Cristian Quezada, gerente del local, les dijo que terminaba su relación con el supermercado, y que volvían los empaquetadores gestionados por SOEUS, una empresa contratista. Como a los cerca de 80 empaquetadores no les pareció la idea, los guardias los amenazaron con llamar a carabineros si no se iban. Desde ese día 180 jóvenes, en su mayoría estudiantes, quedaron sin trabajo.
ARMANDO EL SINDICATO
A mediados de octubre de este año, la Inspección del Trabajo en una inspección de rutina certificó la inexistencia de contratos y la existencia de una relación de subordinación y dependencia entre los empaquetadores y las jefas de cajas, o sea, funcionarias del supermercado.
Como la respuesta de Tottus iba a ser el despido, los jóvenes que trabajaban en el local de Nataniel decidieron formar el primer sindicato de propineros del país el 21 de octubre del 2009.
A medida que pasaban los días más jóvenes se sumaban al sindicato y ellos mismo empezaban a gestionar sus condiciones laborales. Una de las primeras medidas fue constituirse autónomamente y dejar la dependencia de SOEUS, una empresa subcontratista a la que pagaban por poder trabajar.
“Poco a poco fuimos creciendo como sindicato, llegamos a tener la mayoría de las personas como socias del sindicato, ante esto decidimos tomar la auto administración de nuestras labores, y asumir la conducción que antes realizaba SOEUS”- cuenta Eduardo Salazar, dirigente del Sindicato de Propineros.
También establecieron contactos con la Confederación de Trabajadores de la Construcción y contribuyeron a formar el sindicato del supermercado San Francisco, de Buín, lo que les dio la herramienta de la negociación colectiva y la huelga legal.
Con el tiempo el dinero que juntaron lo usaron para comprar el uniforme y entregarlo de manera gratuita a los nuevos empaques y un pequeño monto que estaría destinado para casos de accidentes.
Coñoeman cuenta que el sindicato les sirvió para “validar nuestro trabajo. Soeus explicita nuestra labor como un acto de ‘caridad de los clientes’. Si para poder trabajar teníamos que firmar un Mandato Civil en donde se reconocía que no tenemos relación contractual con el supermercado.
FÁBRICA DE EMPAQUETADORES
Un acuerdo con el supermercado Deca cuando Luís Bow era dirigente universitario en Copiapó fue la idea que lo motivó una vez terminados sus estudios para formar SOEUS (Sistema Organizado de Empaques Universitarios) hace seis años.
Bow aprovechó la necesidad que tenían los supermercados de estudiantes universitarios –y de estos de trabajos flexibles a compatibilizar con sus estudios- para desempeñarse como empaquetadores, ya que hasta la fecha eran fustigados por mantener en dichos trabajos a menores de edad.
Hoy cuenta con una estructura con encargados nacionales, regionales, por sucursal y turnos. Tiene tres mil universitarios trabajando como empaquetadores gestionados por un grupo de no más de 6 personas. Ninguno de ellos tiene contrato y, por ende, no reciben imposiciones previsionales o de salud.
SOEUS les proporciona empaquetadores a los supermercados Jumbo, Tottus, Homecenter, Easy, algunos Santa Isabel y el supermercado Deca de Copiapó. La fórmula fue simple: Ofrece los servicios a los supermercados y cobra por cada turno $350 pesos a cada estudiante que desee trabajar. Dicha plata estaría destinada a una casa para los propios empaques.
En cada turno hay un Coordinador y se mantiene un Encargado de Supermercado en cada local. Además cuando un joven entra a trabajar debe comprar a SOEUS pecheras y gorros por un monto de $3.500 y una credencial que cuesta $1.000. En el paraíso neoliberal criollo el negocio le ha resultado. Soeus le proporciona empaquetadores a los Jumbo de Santiago.
Salazar recuerda que en una oportunidad Bow les dijo “que partió de abajo, desde las poblaciones, y que fue dirigente estudiantil y miembro de la Confech. Se inserto en santiago para ayudar a la comunidad”.
“Bow intenta dar una imagen noble y en el fondo usufructa de los recursos que todos los propineros le dan a diario”- cuenta Giovanni Donoso, integrante del sindicato.
Y no es poca plata la que recibe SOEUS por ‘gestionar’ a jóvenes que llegan por decenas buscando trabajo todas las semanas. Como en la mayoría de los supermercados se opera a través de 3 turnos, cada empaque que trabaje 3 días paga semanalmente $1050 pesos. Como en el Tottus de Nataniel son 160, sólo ese local le da una utilidad de cerca de 700 mil pesos mensuales. SOEUS gestiona cerca de 40 locales más y lo que recibe no paga impuesto alguno al Estado.
Incluso, en un reportaje hecho por Teletrece, un empaquetador contó que “cuando uno se pasa en el turno, por ejemplo, si uno tiene que bajar a la una y baja a la una 15 o una 20, le cobran una multa que son otros 350 pesos”.
Además los jóvenes deben comprar la pechera, la que cuesta $3500 y la credencial de identificación que cuesta otros $1000. Ni hablar de contrato de trabajo.
CELESTES Y NARANJOS
La autogestión lograda por el sindicato quedó en la memoria de quienes participaron de la iniciativa. “El esfuerzo es grande y nos dimos cuenta de que podíamos gestionar nosotros mismo el trabajo. Eso cambió las relaciones al interior del supermercado con los jefes y entre nosotros”- cuenta Coñoemán.
Calculan que a nivel nacional unos 130.000 trabajadores se emplean de manera similar. Por ello van a continuar la pelea y esperan el dictamen de la Inspección del Trabajo. Salazar dice que “SOEUS no es nuestro objetivo legal, ya que si apuntamos a ella y a su ilegalidad de cobrar por trabajar, lo único que conseguiríamos es que se declare en quiebra y la situación que nos deja igual. Apuntamos a Tottus, ya que esta empresa es la que se beneficia con nuestro trabajo”.
Entrevistado por El Ciudadano, Quezada sostiene que “el supermercado no tiene compromiso contractual con ninguno de los empaquetadores. Ellos tienen su propia organización con sus coordinadores y nuestra empresa no tiene ingerencia en el tema”.
Quezada reconoce que “si cambian los propineros no me daría ni cuenta. Si hay jóvenes que vienen una o 2 horas al día, según su disponibilidad y eso lo arreglan ellos”.
Por su parte, Diego Calderón, jefe de turno de los propineros de SOEUS en dicho supermercado, dice que han recibido a 60 empaques del sindicato, los que pueden trabajar. También agrega que los $350 que se cobran por turno “es para una casa y tener dinero en caso de accidente de uno de nosotros”.
Ximena Quezada, propinera, acusa que “es una casa que nunca ocupamos. Nadie la conoce ni la ha utilizado. Si es la excusa para decir que se hace algo con lo que pagábamos a diario y es una forma de evadir impuestos”.
El Ciudadano