El alemán de 93 años, Oskar Gröning, reconoció su culpabilidad este martes al inicio del juicio en la ciudad de Lunenburgo, donde afronta acusaciones por complicidad en el asesinato de unas 300 mil personas en los campos de concentración de Auschwitz entre 1943 y 1944.
“Para mí, es indiscutible que comparto una culpa moral. Pido perdón”, expresó Gröning al inicio del proceso judicial. En ese sentido la condena que afrontaría sería de tres años, según reseñan medios internacionales.
Mejor conocido como ‘El contador de Auschwitz’, Oskar Gröning, se unió a las 21 años de edad a las Waffen-SS (cuerpos de combate de élite o escuadras de protección) en 1941.
Entre 1943 y 1944 fue enviado al campo de concentración ubicado al sur de Polonia; donde incautó y etiquetó las pertenencias robadas a prisioneros de los nazis. Además de realizar un inventario con monedas, dientes de oro y las últimas posesiones de las personas que eran enviadas a los hornos crematorios o la cámara de gas.
La Fiscalía alemana acusa a Gröning de complicidad en el exterminio de los deportados, debido a que era consciente del destino de las personas que no eran seleccionadas para trabajos forzosos.
“Con sus acciones, ayudó financieramente al régimen nazi y apoyó su campaña de asesinato sistemático”, cita parte de la acusación oficial.
El imputado afronta la responsabilidad de la ‘Operación Hungría’, desarrollada en 1944, cuando unos 137 transportes provenientes de ese país llevaron al campo de concentración a unas 425 mil personas; de las cuales 300 mil fueron enviadas a la cámara de gas o a hornos crematorios.
Testimonios
Se tiene previsto que supervivientes provenientes de varios países (Hungría, Israel, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos) del genocidio testifiquen este martes contra Gröning.
“Este juicio es uno de los eventos más importantes de mi vida», manifestó a su llegada de Budapest Eva Pusztai-Fahidi, una de las supervivientes citada a declarar.
En contexto:Gröning se libró de una condena en 1985 debido a que la justicia alemana determinó que él y otras doce exmilitantes nazis no guardaban relación directa con los crímenes, sin embargo, la sentencia contra el ucraniano John Demjanjuk (culpable pero en libertado por su avanzada edad), sentó un precedente).