La tarde de ayer estuvo movida para los ciudadanos del sur del país , sobretodo cuando luego el volcán Calbuco, a eso de las 5 de la tarde conmocionara a toda la Región de Los Lagos con una enorme e imponente fumarola de varios kilómetros de alto, que se dejaba ver desde distintos puntos de las ciudades cercanas.
La imagen de este enorme volcán lanzando humo impactó a los ciudadanos tanto de Puerto Montt, Puerto Varas y el resto de las zonas aledañas al macizo, quienes manifestaban que el evento fue en cosa de segundos y parecía más bien el destape de un enorme curanto.
Con el pasar de las horas los pobladores se encontraban más tranquilos, algunos dejaron de correr hacia los cerros y comenzaron a apreciar el magno evento que la naturaleza les entregaba, sin embargo, existía la duda de una posible segunda explosión, que amenazaba con iluminar la noche del miércoles.
Y tal como se esperaba, a eso de las 3 de la madrugada el volcán Calbuco hizo una espectacular aparición entre medio de la oscura y fría noche sureña, la majestuosa explosión quedó registrada por varias personas que se encontraban observando la -hasta ese momento- calma después de la tormenta.
Gracias a la tecnología, aquellos que estamos más alejados de la zona afectada, pudimos deleitarnos con las imágenes de un volcán que se encontraba hace más de 40 años sin actividad, y que despertó súbitamente entre anaranjadas columnas de lava de la mano con una tormenta eléctrica que alumbró en una complicada, tenebrosa y dulce armonía los alrededores de Llanquihue.
Esta mañana ya habían evacuado a más de 4 mil personas que se encontraban cercanas a la erupción, específicamente en un radio de 20 kilómetros a la redonda, por el sector de Ensenada, Correntoso y Lago Chapo. Además, como otra medida de precaución se decretó un toque de queda que va desde las 23:45 hrs hasta las 5 de la mañana, para los habitantes de Puerto Montt, Puerto Varas y Puerto Octay.
Hasta el momento no se descarta que exista una tercera erupción, de hecho, expertos han señalado que la actividad sísmica continuará a lo menos por 4 meses más, situación que generaría una problemática significativa en cuanto a la forestación y vegetación de toda la zona que se verá damnificada por el desplazamiento de cenizas expulsadas por el tercer volcán más peligroso de Chile, según el Sernageomin.
Alvaro Promis, Ingeniero Forestal de la Universidad de Chile y Académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la Conservación de la Naturaleza, conversó con El Ciudadano acerca de cuál sería el escenario próximo para las plantas y árboles que se encuentran en el lugar, el experto señaló que en aquella zona se encuentran grandes bosques de Alerce, Alerce Andino y Coihues, considerando además que a sólo kilómetros se ubica la Reserva Nacional Llanquihue (hacia el occidente).
Además, el académico apuntó a que las erupciones volcánicas, al no ser regulares (según el tiempo del humano), no conformarían un punto de vista de las personas, pero explicó que eventos como el que ocurre ahora en el volcán Calbuco, y otras actividades volcánicas, son los moderadores de nuestro paisaje (ya que tenemos muchos de ellos).
Promis realizó un muestreo el año 2012 sobre la vegetación del territorio de Chaitén, luego de que aquel enorme volcán hiciera erupción en 2008. Al comparar ambos eventos, el profesor declaró que «a través de ese muestreo, se visualizó una recuperación de la vegetación, a raíz de plantas herbacias», es decir, a través de plantas y especies pioneras que tienen la capacidad de germinar luego de disturbios naturales. Por otro lado, esta acción de la naturaleza se produciría a través del viento, ya que éste debería llevar las semillas por el aire hacia lugares despejados, donde no tienen competencia alguna que impida su germinación y posterior crecimiento.
De la misma forma, existen sectores donde podrían existir material vegetal aplastado por cenizas y que son capaces de quedar vivas, luego de ser aplanados son capaces de germinar y crear nuevamente vida botánica, hecho que dependerá también de los disturbios secundarios, por ejemplo, por donde pase la lava será mucho más difícil y lenta una recuperación de la flora.
El académico señaló que en la zona del volcán Calbuco «aún quedan rastros de la lava que pasó en la erupción de 1961», otro de los factores importantes, explicó Alvaro Promis, sería la cantidad de lluvia que recibirá la zona sur en invierno, ya que si éstas son constantes la vegetación tendrá una mayor oportunidad de crecimiento.
En otro escenario, Sonia Pérez, académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la UdeChile y parte del Centro de Investigación Vulnerabilidades y Desastres Socionaturales, en conversaciones con El Ciudadano, señaló que existen puntos importantes de vulnerabilidades sociales frente a catástrofes de esta magnitud.
La experta investigó también la erupción del volcán Chaitén de hace unos años, donde uno de los temas que marcó a la comunidad después de la erupción, donde estos nuevos fenómenos naturales que sucedían en las comunidades estaban marcadas por el tipo de evacuación que vivieron, el cual fue muy fuerte. Destacó que poseen citas que «mostraban que la tragedia se vivía cuando sentían la desconsideración de los instrumentos del Estado (militares y ejército) y sus planes de evacuación, donde no consideraban la unión familiar, nada».
Cuando se comienza una experiencia de desastre comunitario, en este caso tan repentinamente, la crisis social comienza en el momento en que deben hay que decidir si quedarse o evacuar. El instante cuando «la familia toma la decisión en términos individuales, como una gestión privada», es en ese momento en que comienzan choques de poder con la protección civil (como idea militarizada), donde son ellos quienes deciden sobre tu vida, aquella relación, explica la académica, es una de las principales vulnerabilidades emergentes.
Por otro lado, existen otros riesgos que tienen que ver con el control de las personas de decidir, tal como pasó con la comunidad mapuche que fue evacuada luego de la erupción del volcán Copahue, donde decidieron permanecer en el lugar de riesgo hasta que fueran evacuados todos sus animales, «ese tipo de relación que se da entre decidir en el fondo pasa en el momento, en el primer impacto, aquello tiene un factor vulnerable como comunidad, no por el miedo a perder las cosas, sino porque empieza una historia sobre el conflicto de poder sobre la decisión que se tomará, qué será más riesgoso, no en cuanto a perder las cosas, sino que el miedo a perder el lugar, el trabajo, los estilos de vida…»
En aquel sistema es muy poco probable que exista un diálogo, señaló Pérez, quien además hizo énfasis en la forma en que el Estado debiese tratar estas situaciones de evacuación, declaró que deben mantener relaciones barriales previas, ya que aquellas problemáticas tienen que ver con la política de relación civil y hay que mantener las integraciones sociales y sus redes para evitar que la tragedia se inaugure socialmente con la sensación de sentirse desconsiderados y maltratados por la medida que al mismo tiempo los quiere salvar.
Otro punto importante es la perspectiva de tiempo, es decir, cuando la comunidad no sabe cuánto tiempo estará lejos. Es muy importante que la en política sean muy precisos, aunque no sepan con exactitud los tiempos, validen respuestas y tengan muchas fuentes científicas, donde exista también un plan de comunicación claro y preciso, «así como: mira esto va a durar tres meses más o menos».
Porque el trauma psicosocial más fuerte es el territorio de espera, donde se encuentran desplazados sin saber si se pueden ir o quedar, o si tendrán que reconstruir su vida, no tener idea de cuándo empezar. «No es como un terremoto, porque sabes que perdiste tu casa, acá te sacaron de la casa, te fuiste en la noche y te quedaste esperando, pero si sacan la ceniza ¿puedo volver o no? y ¿cuándo?» expresó la académica, en el marco de la inseguridad que sienten los habitantes evacuados.
Es por eso que, según Sonia Pérez, El Gobierno tiene que tener conciencia de que deben poseer claridad de decir lo bueno y lo malo bajo canales válidos con información científicamente respaldada y reiterarla muchas veces a través de figuras de confianza para las comunidades, que en este caso serían los bomberos, por lo que también «la política tiene que estar aliada a figuras locales, de confianza» Y de esta forma, evitar futuros traumas psicosociales ligados a la erupción volcánica que afecta el sector lluvioso del país.
No nos queda más que decir acerca de la función presentada por el Calbuco, sólo esperar que los próximos eventos sean de menor magnitud y recordar a toda la ciudadanía afectada por la erupción, que es necesario el uso de mascarillas para evitar futuros problemas respiratorios, además de preocuparse por los animales que se encuentren expuestos a la ceniza emanada por el macizo.