Después del éxito comercial de 50 Sombras de Grey, parece que el tema del BDSM -Bondage, Dominación, Sadismo, Masoquismo- experimentó un revival dentro de la vida sexual de muchos, pero ¿te has preguntado por qué el dolor produce placer?
De acuerdo con estudios recientes, el dolor de hecho puede incrementar el placer y la felicidad, además de que fomenta una conexión con el mundo que nos rodea.
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El estudio titulado «Las consecuencias positivas del dolor» que fue publicado en la revista Personality and Social Psychology Review analiza la importancia del dolor en la vida de los hombres, basicamente: el dolor construye el placer.
La premisa básica es que los seres humanos necesitamos el dolor para proveer un contraste al placer, sin dolor la vida de vuelve sosa, aburrida y totalmente indesiable.
De acuerdo con los investigadores, un ejemplo de como el dolor fortalece el placer se experimenta en los corredores, quienes tras un intenso trabajo, sienten euforia, lo cual se vincula a la producción de opioides que son neuroquímicos que se liberan como una respuesta paliativa frente al dolor.
Otro trabajo indica que la experiencia de liberar el dolor también reduce los sentimientos de tristeza: el dolor puede no ser una experiencia agradable, pero construye nuestro placer en muchas maneras que el sólo placer no podría lograr.
Por ello, quienes practican el BDSM, disfrutarían tanto de las situaciones dolores, pues experimentan una sensación de euforia que agudiza la sensación de placer.
El dolor, por otra parte, también puede orillarnos a justificar más las recompensas placenteras, por ejemplo, quienes acuden al gimnasion pueden prometerse un gusto particular después del ejercicio.
La conexión con el mundo mediante el dolor propicia una experiencia directa, por ello, existen buenas razones para creer que el dolor de hecho puede ser muy efectivo cuando se trata de la búsqueda de un objetivo constante, pues capta nuestra atención.
«Imagina que tiras un libro en tu dedo del pie durante una conversación, ¿terminarías la conversación o atenderías tu dedo? El dolor nos conduce al momento, por eso tras el dolor se está más alerta y sensible al ambiente, es decir, menos concentrado en los pensamientos del ahora y el ayer»
El dolor también incrementa la intensidad del rango de diferentes sabores y reduce el umbral de las personas para detectar diferentes sabores, quizá por ello, efectivamente un chocolate sabe mejor después de experimentar dolor.
Esto significa que el dolor nos hace entrar con contato inmediado con la experiencia sensorial del mundo, permitiéndonos que el placer se vuelva más placentero y mucho más intenso.
Finalmente, el dolor nos con une a otros, en específico, experimentar dolor o verlo hace que las personas sean más generosas, de hecho la experiencia conjunta del dolor incrementa la cooperación del grupo debido a que se sienten unificados, por ejemplo en un convenio económico podrían asumir más riesgos personales para el beneficio de todos.
Fuente: SDP
Con información de IFLScience