Giorgio Martelli, operador político y principal recaudador de fondos de empresas para la campaña presidencial de Michelle Bachelet, fue mencionado por la contadora Clara Bensán, militante DC y socia mayoritaria de la empresa Asesores en Gestión Integral Limitada, como responsable de pedirle que extendiera boletas a la empresa minera no metálica y con esto recaudara dineros dirigidos a la campaña del ex presidente, Eduardo Frei Ruiz-Tagle.
La contadora en su declaración ante la Fiscalía el 17 de abril de este año, sostuvo que la empresa de la cuál ella es la principal socia jamás ha prestado servicios a Soquimich e incluso detalló que en contacto con Martelli él le escribió un correo pidiéndole una boleta que iría a la campaña presidencial de Frei y que esta debía estar extendida a nombre de la empresa minera de Julio Ponce Lerou.
Clara Bensán, señaló según información que se filtró a la prensa, lo siguiente: “Entiendo, por lógica, que existían deudas de la campaña presidencial y Giorgio Martelli me volvió a pedir lo mismo, por lo que volví a extender siguiendo sus instrucciones la factura 158 por 58 millones de pesos”, reconociendo la existencia de otra factura por esa cifra cuyo propósito era pagar deudas de campaña del ex mandatario.
De esta manera, Bensán explica que con el fin de hacer cuadrar los registros contables y compensar los dineros aparecidos en la contabilidad de la empresa, se pedían boletas a terceros.
Es importante señalar que Martelli también está bajo la mirada del Ministerio Público, debido a que su empresa Asesorías y Negocios Spa, emitió facturas dolosas a una filial de SQM y que pagó boletas de honorarios el 2012 a Michel Jorrat, actual director del Servicio de Impuestos Internos y Rodrigo Peñailillo, ministro del Interior de la presidenta Bachelet, cuando todavía no eran parte del comando de campaña de la mandataria.
Por último, es un corolario para todos y todas quienes detentan cargos de carácter público el que presenten total transparencia en su historial de conexiones con privados para el financiamiento de sus respectivas campañas políticas. Y si bien, la cruza entre el servicio público y el mundo de los negocios es éticamente reprochable, por último, la visibilización de aquellas alianzas ya trazadas permite empezar a sanear estas reprochables prácticas y encauzar los caminos por donde transita la política.