¿Cómo se han adaptado algunos animales a la ciudad y a la presencia del ser humano?
1. Haciendo más corto el trayecto de huida
Es normal que los animales nos vean como enemigos. El desconocimiento unido al poderoso instinto de supervivencia da lugar al deseo de mantener cierta distancia con los seres que no conocemos o que sospechamos que podrían ser depredadores.
En el caso del mirlo, la distancia de huida ante posibles ataques de humanos se ha acortado. Esto ha sido el resultado de la adaptación forzosa a la vida en entornos donde también vivimos nosotros.
2. Aumentando el tiempo y la frecuencia de los cantos
Esto se cree que sirve para transmitir mejor el sonido cuando hay ruido y respondería claramente a una estrategia de adaptación a la vida en la ciudad, donde imperan las luces y los ruidos.
En otros casos la adaptación no ha sido tan buena y se han apreciado casos de aves que cantan en momentos que no deben, confundidos por la presencia de luz en la noche.
3. Cambiando los horarios de la actividad
Esto se da especialmente en el caso de los coyotes o los osos negros. ¿Por qué han cambiado sus costumbres?
Se trata de una estrategia para evitar el encuentro con humanos.
4. Incorporando nuevas fuentes de alimento
Especialmente fuentes de alimento que proceden de la actividad humana como frutos de ciertos árboles, alimentos procedentes de la basura, etcétera.
Aunque esto es claramente una ventaja para ciertas especies, también puede hacer que al tener alimento en abundancia se vuelvan más sedentarias y terminen convirtiéndose en plagas para los humanos.
5. Aprovechando de la contaminación lumínica
Algunas especies como los murciélagos o ciertos tipos de pájaros se han adaptado a la vida en la ciudad, que se caracteriza por haber siempre luces incluso cuando es de noche; comiendo aquellos insectos que se acumulan debajo de las farolas.