Si bien consideran que la candidatura de Sebastián Piñera es un tremendo retroceso para Chile y el continente, los humanistas rechazan establecer negociaciones con Eduardo Frei, llamando a cada ciudadano a tomar su opción en conciencia.
En las elecciones presidenciales los humanistas respaldaron al parlamentario Marco Enríquez-Ominami, quien obtuvo1.396.655 votos, o sea, un 20,13%. Esto luego de haberse comprometido en una primera instancia con sus compañeros del Juntos Podemos, fundamentalmente en PC, de efectuar una primaria del sector, en la que fue nominado el ex PS Jorge Arrate, como carta presidencial del sector.
El Partido Humanista pese a ser una de las 17 colectividades que fundaron la Concertación de Partidos por la Democracia, se retiraron de esta en 1993, advirtiendo que las dirigencias oficialistas traicionaron los principios fundacionales que habían convocado a millones de personas en pos de un país más justo y de una verdadera democracia. Desde esa fecha “hemos buscado la construcción de un espacio político distinto al duopolio tradicional de la Concertación y la Alianza”- sostienen los humanistas en un comunicado.
Los humanistas creen que la candidatura de Enríquez permitió “ampliar fronteras temáticas en lo valórico, económico, tributario, educacional, etc. El 20 % de Marco representa la evidencia concreta que este país desea cambios y desea dejar atrás la política del siglo pasado, llena de hipocresías, dobles discursos y amparada en los grandes intereses económicos y muy alejada de los intereses de las grandes mayorías”.
En su Consejo General realizado el sábado posterior a la elección presidencial, los humanistas acordaron “rechazar de plano la candidatura presidencial de Sebastián Piñera, pues representa a las grandes intereses especulativos y financieros, y está acompañado por muchas personas que fueron cómplices de una dictadura que asesinó y torturó. La opción de Piñera es un tremendo retroceso para Chile e incluso para América Latina”.
A su vez, consideran que “la candidatura de Frei, quien ya fue presidente, y que durante su mandato privatizó el agua, rescató a Pinochet detenido en Londres, que dio el puntapié inicial para proyectos como el de Pascua Lama, que no estuvo dispuesto a legislar por el divorcio y que por más que se haya sacado la corbata y cambiado de peinado y bailado como osito, sigue representando una visión de un mundo del siglo pasado, conservador e hipócrita”.
Por ello acusan que “ya no es posible seguir con la política del terror y del temor o el mañoso chantaje del mal menor. Si Piñera no ganó en primera vuelta fue justamente porque estaba la Candidatura de MEO”.
Agregan que “no nos da lo mismo quien gobierne, es cierto, y por tal razón nos vemos imposibilitados de llamar a votar por Frei o por Piñera, ya que a ninguno le creemos”. Por ello anuncian que no establecerán ningún proceso de conversación con las candidaturas de Frei o Piñera.
“El dilema de la segunda vuelta no lo creamos nosotros sino la propia dirigencia de la Concertación, incapaz de de entender que el País quería cambios, incapaz de hacer las transformaciones necesarias pues se ha sentido muy cómoda con el binominalismo y con la constitución de Augusto Lagos”- sostiene el PH.
Por ello llaman a que “cada ciudadano deberá tomar su opción en conciencia y en su propia intimidad. Nadie es dueño de la subjetividad de otros y por tanto, nadie es dueño del voto de nadie, salvo el de sí mismo”.
Finalmente sostienen que si la Concertación desea mantenerse en el poder, debe “conquistar al millón cuatrocientos mil personas que cree en la necesidad de un cambio profundo, de una nueva Constitución y que cree en la necesidad de una educación y salud pública digna y gratuita para todos; que es necesario terminar realmente con la exclusión que aún permanece, que es necesario una reforma tributaria para que los que más ganen paguen más y los que menos ganen, paguen menos; que es imperativo la renacionalización de los recursos naturales, en particular del cobre; que no es posible seguir con una Araucanía militarizada, debiendo reconocer que somos un país pluriétnico; que las mujeres deben ser capaces de decidir sobre su cuerpo y que la diversidad sexual existe y es una opción y no una enfermedad o desviación y por tanto el matrimonio debe ser para todos, independientemente de su opción sexual”.
El Ciudadano