En un universo paralelo, Jack Nicholson forma parte de un grupo de motociclistas y John y Jackie Kennedy promovieron desde la Casa Blanca una reforma constitucional para que las personas tatuadas consiguieran mejores trabajos.
Por medio del dibujo y el arte digital, Cheyenne Randall alteró fotografías de algunos de los cantantes, actores, actrices y personajes políticos más representativos de la cultura popular moderna para darnos una idea de cómo se verían si estuvieran cubiertos de tatuajes.
Este proyecto artístico es divertido y visualmente impactante. Randall, quien vive y trabaja en Seattle, se preguntó cómo ser verían las estrellas de Hollywood si su cuerpo estuviera cubierto de tinta y a través de estas imágenes nos obliga a preguntarnos si haría alguna diferencia en cómo los percibimos. El proyecto busca quitar el tabú de los tatuajes en la industria del entretenimiento y en la sociedad en general.
Una provocativa Kate Moss, un joven y clarividente Arnold Schwarzenegger, la princesa Diana, la elegante pareja presidencial de los Kennedy, John Lennon, Albert Einstein y David Bowie son algunos de los protagonistas de la serie que Randal calificó como “un proyecto de arte en curso en el que los iconos más representativos de la cultura son transformados en personas normales”.
El artista se dio cuenta al hacer público el proyecto de que las relaciones que las personas desarrollan con sus ídolos son muy fuertes y unilaterales, ya que recibió criticas que calificaban su trabajo como irrespetuoso, cuando él cree que se trata de algo sencillamente divertido, creativo y que no le hace daño a nadie.
El estigma social de los tatuajes se ha reducido en tiempos recientes pero sigue siendo visto como una característica poco deseable, sobre todo en el campo laboral. El estigma surgió porque en muchos países del mundo y en diferentes épocas los miembros de bandas criminales se identificaban unos a otros y reconocían sus “méritos” por medio de la tinta que llevaban en la piel. El hecho de que figuras públicas consagradas como Cara Delevinge, Kate Moss, Rihanna y otros lleven tatuajes en la piel, ha contribuido a que sea una práctica aceptada tanto en la industria del entretenimiento como en la sociedad en general.
Por Carlos Ferráez en Cultura Colectiva