-¿Quién es el canciller David Choquehuanca en la actualidad? ¿Cómo se definiría a usted mismo?
-No es fácil responder, pero me defino como una persona que quiere la paz, que quiero construir la hermandad entre todos los pueblos. Soy una persona que ha entendido que el agua que tomamos es la leche de nuestra Madre Tierra, que los seres humanos nos alimentamos de la leche de la Madre Tierra que es el agua, una planta se alimenta de lo mismo, un animal también, entonces somos todos hermanos. Por eso busco la hermandad no solamente de las personas, sino que entre el hombre y la naturaleza. Estoy convencido de eso.
-¿Se definiría como un ideólogo?
-En aymara hay una palabra que es el amuyu, que quiere decir ideología y todos los aymaras tenemos el suma amuyu, suma es el bien, o sea todos nosotros tenemos una ideología de la vida. Todos somos ideólogos o tenemos el potencial que muchas veces no lo despertamos porque nos han reprimido a expresar nuestras ideas de la vida. Nosotros antes no decíamos Jallalla, recién estamos recuperando esto que quiere decir “por la vida”. Yo solo recogí estas ideas de nuestros ancestros en la palabra amuyu, le doy importancia y la revalorizo porque le digo a nuestros hermanos: tenemos amuyu, tenemos todo. Porque antes todos los que vivíamos en el gran Abya Yala, no teníamos fronteras que nos dividieran, teníamos acceso al Atlántico, al Pacífico, no habían estas banderas que ahora nos dividen, no había odio, no había individualismo, había armonía. Había paz, se trabajaba la esperanza, la unidad, por eso te digo que nosotros pertenecemos a esa ideología, a ese amuyu. Entonces toditos somos filósofos.
-¿Hay algo que haya cambiado en David Choquehuanca desde su infancia hasta ahora que es Canciller?
-Yo nací en el campo en las orillas del Lago Titicaca y a los cinco o seis años los niños de mi pueblo vamos a la escuela, nos enseñan a leer y escribir en castellano que hablamos en la escuela, pero en la casa hablamos aymara. Seguíamos hablando aymara y nos tildaban de retrasados por eso, nos discriminaban, no nos valoraban y es más, nos han hecho sentir vergüenza de nuestro idioma, de nuestra música, de lo que éramos. Crecimos en medio de un proceso de aculturación, perdiendo nuestra identidad. Yo termino mi bachillerato en el campo y ahí conozco a un profesor que nos habla del marxismo, del materialismo histórico y dialéctico. Yo estaba en mis 15 o 16 años y ya hablaba de eso con mis amigos. Habíamos puesto en cuestión la idea de la materia gracias a este profesor y ya en ese entonces queríamos luchar porque nos damos cuenta de las injusticias. Vemos como nuestros padres campesinos que producían para alimentar a las grandes ciudades no eran valorados. Porque a nosotros nos habían dicho que no sabíamos nada y nosotros les hemos creído a ellos por mucho tiempo y estábamos convencidos de eso, de necesitar a la gente de las ciudades, de los que tienen corbata y de pronto nos damos cuenta, reflexionamos y decimos ¿Cómo que no sabemos nada? Nosotros sabemos producir alimentos, sin nosotros en las ciudades se mueren de hambre. Entonces ¿quiénes son los que no saben, ellos o nosotros?
-Corresponde a diferentes conocimientos
Claro, nosotros veíamos que en las ciudades tienen tan lindas casas y pensábamos en que las que construían los albañiles, que son los que no han podido estudiar, los que han sido marginados, los que van a las ciudades y lo único que encuentran como fuente de trabajo es la albañilería. Si vamos ahora mismo a un edificio en construcción, quién está trabajando en ellos, pues los albañiles, gente que viene del campo, que no ha tenido oportunidad de ir a la escuela o que ha cursado hasta el tercero básico. Esta sociedad no los valora, pero si no fuera por ellos no tendríamos techo, si no fuera por los campesinos ni casa tendrían en las ciudades, ni ropa, porque los sastres, los que tejen son artesanos, gente que viene del campo. Esto nos hace despertar y ser capaces de leer nuestra realidad con nuestros propios ojos.
-¿Qué es lo más diferente entre el español y el aymara?
-Los españoles nos han traído algunas costumbres, no solo enfermedades. Nos han impuesto, invadido, porque no hubo encuentro de dos mundos, sino invasión. Lo que ha significado ruptura de una forma de vida, cambiándola por otra forma de organización social, de ver la realidad, por eso decimos nosotros que ellos tienen una cosmovisión que nos han impuesto, pero se ha resistido nuestra cosmobiovisión, la que han sabido mantener nuestras comunidades, las que están en función de la vida. Los españoles nos han traído un modelo de desarrollo que busca el “vivir mejor”, un modelo que está en función de dominar la naturaleza para ponerla al servicio del hombre. Mientras que nosotros no tratamos de dominar la naturaleza sino que tratamos de complementarnos con ella.
-¿Cómo fue entonces que el hijo de un campesino llegó a ser Canciller?
-Yo salgo bachiller y me vengo a la ciudad para seguir estudiando. Mi papá podía pagarme el alquiler en La Paz, mi alimentación y mis estudios. En la ciudad traté de estudiar, quise ser profesor de filosofía, pero pasó algo, algo faltaba, no me sentía pez en el agua. No tenía limitaciones intelectuales, pero algo ha hecho que descuidara mis estudios, no estaba motivado en otras palabras. No había disciplina entre los alumnos, así que luego decidí involucrarme en las organizaciones de los campesinos, participando activamente en la recuperación de la democracia. Hice huelgas de hambre, apoyé los bloqueos de caminos, y luego se dio la oportunidad para que yo pudiera tener un curso en La Habana en la Escuela de Formación Niceto Pérez sobre economía y filosofía. Estuve en el año ’85 por seis meses y conocí a Fidel Castro en una marcha. Era imponente y todas estas cosas me motivaban más. En ese entonces la revolución cubana estaba en su auge. Desde entonces he ido varias veces a la isla.
-¿Cuándo conoce a Evo Morales?
-El año ’84 gracias a las enseñanzas de este profesor de filosofía que nos hablaba que teníamos que leer la realidad con nuestros propios ojos, de que no era suficiente leer y escribir si no sabes leer tu realidad, qué es lo que pasa en tu entorno. Entonces organizamos un primer encuentro de jóvenes campesinos. Reunimos a casi 400 de todo el departamento de La Paz e invitamos a algunos líderes de los otros departamentos, entre ellos a Evo Morales por Cochabamba. En ese entonces él ya era un referente. Como jóvenes queríamos participar. Luego de ahí nos vimos muchas veces, en el ’87, luego en el ’88 en un Congreso extraordinario en Potosí. Ahí es donde ya decidimos construir nuestro propio instrumento político y ya en los años ’90 trabajamos en la Campaña 500 Años de Resistencia. Porque en 1492 llega a este continente el racismo, el individualismo, de la mano de estos hombres extraños con costumbres extrañas que eran ajenas a nuestra realidad. Nos imponen su idioma y su cosmovisión, porque querían hacernos desaparecer, pero nosotros seguíamos hablando nuestro idioma, cultivando nuestra quinoa y tocando nuestra música. Entonces nos organizamos para celebrar 500 años de resistencia y construimos un instrumento político para no trabajar para los partidos sino para nuestras comunidades, y desde ahí ya trabajamos juntos.
-Usted es diferente a los otros cancilleres que ha tenido Bolivia en su historia. Diferente al señor Armando Loayza u otros diplomáticos de carrera. ¿Cuál es la diferencia?
-Parto del principio general de que todos somos diferentes y al mismo tiempo todos semejantes, no hay dos personas iguales. Usted y yo somos semejantes pero también diferentes. Con una mujer somos semejantes, pero también somos diferentes. Con una planta somos semejantes en cuanto a lo cósmico natural, pero somos diferente en cuanto a lo específicamente humano. Yo pertenezco a una comunidad con su respectivo amuyu, valoro la vida, yo sé cosechar papas. Ellos no tienen la culpa, nacieron en alguna ciudad donde hay otras costumbres. Somos resultados del sistema que había en el campo y en la ciudad. La diferencia es que nosotros hemos estado sin estar. Seguimos en nuestras comunidades practicando lo que somos y vamos acomodándonos a las ciudades. Entonces la gente de las ciudades son la ciudad en sí misma. Vienen de otra realidad, han estudiado para ser diplomáticos y han hablado siempre a nombre de ellos, no nos han representado porque simplemente desconocen la realidad campesina. Así ellos han defendido solamente lo que conocen, en este caso nosotros también defendemos lo que conocemos, o sea sabemos cuál es la situación del migrante, ellos no saben. Por eso cuando a Unión Europea saca la directiva retorno, una directiva humillante para los inmigrantes no solo de Bolivia, sino que de Chile, Brasil y todo el mundo, el único presidente que reacciona y manda una carta a la Unión Europea es el presidente Morales, ningún otro lo hace. Es el único que tiene dignidad.
-¿Ha sentido discriminación de la comunidad internacional por ser indígena?
-Discriminación hay en todas partes, es una enfermedad de este modelo que nos han impuesto. Por eso como te decía, el racismo llega a este continente en 1492. En mapuche por ejemplo no existe la palabra raza, en aymara tampoco existe, así como tampoco en quechua o en maya, porque era un concepto ajeno a nuestra realidad. No había racismo, por eso en los textos escolares usted va a encontrar que el 12 de octubre es el día de la raza, porque ese día llega el racismo a nuestro continente, llega la discriminación, el odio.
-La idea de que hay alguien diferente, un extraño.
-Desde ahí que ves racismo en todas partes, uno lo vive, lo siente, pero también cada día hay una intención de superar todas estas prácticas que no hacen nada bien a nadie. Y acá en Bolivia después de la llegada del presidente Morales nos damos cuenta que el racismo traído de afuera nos estaba haciendo daño. Y ahora, no solo en Bolivia sino en la Comunidad Internacional estamos trabajando la tolerancia y el respeto.
-No solo el respeto al ser humano sino la falta de respeto que tienen las transnacionales con los recursos. ¿Cómo se tomaron las empresas foráneas cuando empezaron a nacionalizar los recursos naturales en Bolivia?
-En Bolivia habían leyes que permitían un saqueo sistemático de los recursos, desde que llegaron los españoles vieron nuestro Cerro Rico de Potosí y han hecho una ley que decía que todos los hombres a partir de los 17 años hasta los 57 estaban obligados a trabajar en las minas. Miles y miles de nuestros abuelos han muerto trabajando como esclavos. Por eso Eduardo Galeano dice que podemos construir un puente hasta Europa con toda la plata que nos han quitado, pero al ladito del puente de plata podríamos construir un puente de puros huesos. A partir de ahí todas las leyes se han hecho para robar. Han hecho el Código Minero, la Ley Forestal para enajenarnos, por eso los bolivianos hemos decidido cambiar nuestra Constitución Política del Estado para que nadie más pueda robar nuestros recursos naturales y así establecer nuevas reglas de juego. No es que no necesitemos inversión, pero ésta tiene que ser con transferencia de tecnología que nos ayude a salir de la pobreza. Queremos socios y no patrones como dice el presidente Morales. Las transnacionales se llevaban el 82% de los hidrocarburos y cambiamos eso. Al principio no les gustó, a quién le va a gustar, pero igual se han quedado y estamos trabajando. Las empresas van entendiendo.
-Eso tiene que ver con la filosofía del “vivir bien y lo valioso” que respeta los recursos naturales. ¿Alguna empresa lo aplica en la actualidad, en la práctica o es solo teoría?
-La bandera boliviana está relacionada con el “vivir mejor” y tenemos a la Wipala que está relacionada con el “vivir bien”, por eso tenemos dos banderas. O sea estamos trabajando desde una para alcanzar la otra. Es que nuestros abuelos cuando sus hijos nacían soñaban que éste alcance algún día a ser un hombre de bien, un qamiri, que significa un hombre de vivir bien, que no tenga odio porque el odio es una enfermedad, no tiene que abrigar resentimiento, ni fomentar el individualismo. O sea buscamos el equilibrio con nosotros mismos, el estar sanos no solo físicamente sino espiritualmente. Eso se llama qumara, y por eso tenemos nuestra Wipala para que los hombres y mujeres empiecen a recuperar este sueño. No preocuparse por los autos o los edificios que forma parte del “vivir mejor” donde la explotación permite que unos puedan estar mejor que el otro. Por eso está la Pacha que quiere decir equilibrio y nosotros hablamos del Pachakuti que quiere decir el retorno al equilibrio, no solo consigo mismos, sino que también con nuestro entorno. En quechua es kapac y en guaraní es iyambae que quiere decir una persona que se mueve de acuerdo a las leyes de la naturaleza, una persona que no tiene dueño.
-¿Cuáles son las diferencias principales del “vivir bien” con el comunismo?
-La armonía, porque hasta ahora nos han propuesto dos caminos, uno va por el lado del capitalismo donde lo más importante es la plata, la obtención de la plusvalía; por otro lado nos han propuesto el camino del socialismo, donde lo más importante es el hombre, organizándose para satisfacer las necesidades crecientes tanto materiales como espirituales del ser humano. Mientras que para nosotros en el “vivir bien” lo más importante no es la plata, y tenemos coincidencias con el socialismo pero no nos quedamos ahí. El “vivir bien” va más allá del socialismo porque lo que más nos importa es la vida, no solo del ser humano, sino que también de las plantas y animales. No queremos dominar la naturaleza para satisfacernos, sino que tenemos que vivir en complementariedad con la naturaleza.
-Una filosofía inédita que sin duda es una alternativa a nivel mundial ¿no le parece?
-Por eso el “vivir bien” es una propuesta global también frente a la crisis del capitalismo, porque hoy en día vivimos las consecuencias de esas crisis, que corresponden a la aplicación de un modelo de desarrollo que es el “vivir mejor”. Por eso tenemos crisis energética, financiera, alimentaria. El “vivir bien” es una respuesta a estas crisis, una alternativa que está en función de todo lo que existe en el planeta, que busca armonía, volver al Pachakuti.
-Esas diferencias del “vivir bien” con el comunismo tal vez son las mismas diferencias que usted tiene con el vicepresidente Álvaro García Linera.
-No, yo también busco el socialismo para satisfacer las necesidades del hombre materiales y espirituales, pero no me detengo ahí, porque la lucha de los que abrazamos la Wipala va más allá del socialismo. No estamos en contra sino que somos más visionarios porque no solo pensamos en los seres humanos, sino en la vida en su globalidad. Mientras que somos iguales en que no compartimos para nada con el capitalismo. Por eso nos definimos en este gobierno como socialistas comunitarios. Por eso el presidente Morales planteó en las Naciones Unidas los Derechos de la Madre Tierra, porque cuando hablamos del planeta estamos hablando de nuestra madre.
-Sobre la demanda marítima boliviana quería preguntarle si ¿ha visto una evolución favorable de Michelle Bachelet respecto a este tema?
-Cuando llegamos construimos una Agenda donde se acuerda tocar el tema marítimo formalmente, eso ha sido para nosotros un paso histórico en las relaciones entre Bolivia y Chile y la Región de abordar este tema formal y sistemáticamente hasta alcanzar una solución, eso es histórico y trabajamos la confianza mutua, ha habido encuentros entre periodistas, entre militares y se discutía en todos estos escenarios el tema de mar para Bolivia. Llega el presidente Piñera, al cual le teníamos miedo y éste ratifica la Agenda de los 13 puntos, actitud que nosotros aplaudimos. Con el mismo presidente dimos otro paso histórico que está registrado en un acta que en las próximas y sucesivas reuniones tenemos que generar propuestas útiles y factibles para alcanzar una solución a este problema. Pero en esa próxima reunión donde ya teníamos que presentar nuestras propuestas es postergada por Chile unilateralmente. Lo que reclamó el presidente Morales, aprovechando la reunión del Mercosur en Foz de Iguazú. Entonces el presidente Piñera propone formar una comisión al más alto nivel para acelerar estas propuestas, con los cancilleres a la cabeza. Entonces yo voy a Chile para trabajar en esto y no fue posible. El canciller chileno (Moreno) vino después de 50 años a Bolivia, pero encontramos dilación, miedo e inseguridad. Por eso decidimos crear una Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima y llevar el caso a La Haya.
-¿No cree canciller que evitar de parte de Chile discutir el tema marítimo ha servido para evitar discutir el resto de los temas de la Agenda?
-Entre los otros temas estaba Las Aguas del Silala, el Libre Tránsito, Lauca y otros temas en una agenda sin exclusiones. Ahora estamos en La Haya, y lo que pedimos es un diálogo de buena fe para resolver de manera pacífica y dialogada una solución soberana. Ahora en Chile, en nuestras primeras conversaciones el pueblo chileno decía “mar para Bolivia”, en el Teatro Caupolicán, y ya no sólo es mar para Bolivia, sino mar con soberanía, entonces estamos evolucionando, estamos caminando, no estamos desesperados porque sabemos que un día regresaremos al mar.
-La postura chilena ante la CIJ dice que la demanda boliviana está atentando contra la arquitectura mundial de los tratados internacionales, específicamente con el tratado de 1904.
-Es algo que ni ellos mismos creen, no sé de dónde sale eso, pero eso se derriba por sí mismo. En estos días vamos a ir a la etapa oral y ahí se dará cuenta la CIJ que es lo que busca Bolivia, porque el argumento chileno se cae solo. Dicen que la mentira tiene pies cortos.
-¿Cómo le gustaría que fuera la solución para Bolivia?
-Tendríamos que sentarnos a conversar y hay un acta de las propuestas, para eso nosotros estamos pidiendo una mesa de diálogo y así poder negociar, en este momento yo no puedo entrar en especulaciones.
-Así como tampoco podría decirnos que podrían ofrecer los bolivianos a cambio
Las futuras generaciones entenderán si es que las autoridades de ahora no entienden, que lo que nosotros estamos reclamando es nuestro derecho. Fuimos invadidos y tenemos que corregir el error que han cometido nuestros antepasados, es nuestro derecho.
-Algo de lo que no se habla es sobre el rol que juegan los dueños privados de los puertos del norte chileno, porque si Bolivia tuviera un puerto propio sus intereses se verían afectados y Bolivia tampoco dice tan explícitamente que quiere recuperar territorio y se ampara el discusiones menores sobre el Libre Tránsito y cosas similares. ¿Cree que falta transparencia en los gobiernos?
-La solución para eso es la integración, no solo de Chile y Bolivia, sino de todos los países de la región y estamos trabajando para eso.
¿Cómo ve a Chile dentro de la región?
-Está participando, porque no puede no hacerlo, además integrados somos más fuertes. Nosotros estamos pensando en la región, porque queremos garantizar un futuro estable a nuestros hijos a través del camino de la integración.
-¿Para eso Chile tendría que cambiar su política de mentiras como dijo antes?
-Poco a poco se dan los cambios, está el Unasur y otras instancias, en el Mercosur ya en el 2016 los automóviles podrán circular sólo con la placa como en la unión europea. O sea, desde que llegaron los españoles nos desintegraron, nos dividieron, por eso tenemos que volver a integrarnos y construir la unidad. Poco a poco.
-¿Ve a la Comunidad Europea como un ejemplo?
-Algo, porque nosotros tenemos otra realidad, pero estamos dando pasos bien importantes en la región. Recién hemos inaugurado la sede de la Secretaría General de Unasur, pero me pregunto ¿Por qué hemos tardado tanto? Los estatutos constitutivos de Unasur han sido entregados en la gestión que nos tocó asumir el 2006.
-¿Qué espera de una próxima visita a Chile?
-Soy partidario desde un principio de aclarar las palabras. Han dicho éste es un extraño que viene de visita. No somos visita. Acá en Bolivia estamos viviendo lo que se llama Revolución Democrática y Cultural, porque tenemos que cambiar la forma de pensar. Yo estoy yendo a Chile a hablar con mis hermanos, a compartir, porque tenemos que empezar nuevamente a integrarnos. No deberían preocuparse, ni preguntarse a qué estaré viniendo, es miedo, un pensamiento colonial que tenemos que desterrar. Somos hermanos todos. Tumpa en aymara significa el control obligado que tiene que existir entre todos nosotros, o en otras palabras echarnos de menos siempre. Voy a ir practicando la tumpa, además no solo estamos en la diplomacia del cóctel con las autoridades, porque quiero reunirme con los pueblos. Si recibo una invitación, yo gustoso compartiré lo que es la Revolución Cultural y Democrática con los chilenos.
-Muchos lo ven a usted como el heredero, como el sucesor natural de Evo Morales en la presidencia de Bolivia para el próximo periodo. ¿Qué opina usted?
-Paso
-¿Cómo Michelle Bachelet canciller? Usted no es así, usted tiene una respuesta a esta pregunta.
-Mira, yo estoy aquí como canciller, cuando nos organizamos fue para que respetasen nuestros derechos, para que nos tratasen como a personas, para que haya una distribución equilibrada de la tenencia de la tierra, para que podamos dar oportunidad a nuestros hijos y no haya discriminación. Para eso nos organizamos y de pronto el pueblo boliviano decidió apoyar esta opción de gobierno y la asumimos como una responsabilidad histórica. Jamás me imaginé que iba a ser canciller, ni tampoco quería serlo, pero es mi responsabilidad con la historia, una tarea de la que siento satisfacción por haber sido parte de este proceso, acompañando al presidente Morales, porque el pueblo está viendo los resultados de este proceso. Estamos haciendo historia con todas las limitaciones. Estamos dando lo mejor de nosotros porque sabemos que Bolivia se puede levantar, puede recuperar su autoestima y volver a construir esperanzas. Desde Bolivia no solo podemos trabajar para los bolivianos, sino que podemos impulsar acciones que necesitan de la unidad de toda la región y trabajar con fuerza en Naciones Unidas. Podemos defender la vida en el mundo entero utilizando la palestra de los organismos internacionales y estamos en eso. Es bien pesado este trabajo, no hay descanso, hoy tuvimos reunión de gabinete a las cinco de la mañana y este es mi trabajo.