La cerveza es una de las bebidas más consumidas en nuestro país. Mucho se ha dicho y otro tanto se ha especulado sobre su fabricación, sus beneficios y sus prejuicios; existen muchos mitos en torno a cómo debe consumirse y almacenarse, y existe también desinformación sobre sus características físicas.
Aquí te dejamos siete mitos de la cerveza desmentidos por Cultura Colectiva.
1.-La cerveza se debe servir tan fría como sea posible
La realidad es que cuando la cerveza se sirve demasiado fría pierde algunas propiedades aromáticas. Según Dave Engbers, copropietario de Founders Brewing Co, la cerveza se debe consumir entre los 7 y los 10º C. Generalmente las líneas dispensadoras de cerveza la sirven entre los 4 y los 5 grados por lo que jugar unos minutos con el vaso entre las manos le dará la temperatura ideal para realmente disfrutar el sabor de la cerveza.
2.- Las cervezas oscuras tienen más alcohol que las cervezas claras
Lo que le da el color oscuro a la cerveza es el tiempo que se tuesta la malta y esto no tiene ninguna repercusión en los grados de alcohol que ésta tendrá. El contenido de alcohol se lo debemos a la levadura, la cual está formada de millones de pequeños hongos unicelulares que tienen la habilidad de convertir los azúcares en alcohol. Estos pequeños seres vivos forman grandes colonias que se ven como espuma en los tanques de fermentación donde se fabrica cerveza y son directamente responsables del porcentaje de alcohol que consumimos en las diferentes marcas.
3.- La panza chelera
El consumo moderado de cerveza no tiene repercusiones importantes en la forma de tu abdomen. El Colegio Oficial de Médicos de Asturias, realizó hizo un estudio que concluyó que el consumo moderado de cerveza, hasta medio litro diario, aunado a una dieta equilibrada no sólo no engorda sino que reduce el riesgo de diabetes e hipertensión. En una revisión de 31 estudios en 2011, investigadores llegaron a la conclusión de que sólo beber en exceso se asoció con aumento de peso. El uso moderado de alcohol produjo resultados benignos, y algunos estudios incluso encontraron que los bebedores moderados eran más delgados en promedio, independientemente de su bebida preferida.
Otra investigación realizada por la University College of London y el Institut Klinicke a Experimentalni Mediciny en Praga en 2003, demostró que no existe conexión entre la cantidad de cerveza que las personas toman y el tamaño del abdomen.
4.- La cerveza embotellada es mejor que la cerveza de lata
Las latas son el recipiente que mejor conserva la frescura. Hay dos cosas que hay que tomar en cuenta cuando se almacena la cerveza: el oxígeno con el que está en contacto el líquido y la luz a la que está expuesta. Según Charles Bamforth, profesor de ciencias y elaboración de la cerveza en la Universidad de California-Davis, “con el tiempo, el oxígeno que entra debajo de la tapa hará que el sabor de la cerveza se vuelva acartonado, y la luz que entra por el cristal también cambiará el sabor”.
Los peores envases son las botellas de vidrio transparente y los que tienen tapas abre fácil. El aluminio sellado es mejor aislante del oxígeno y de la luz.
5.- Si se compra cerveza al tiempo, se debe almacenar a temperatura ambiente hasta que se pretenda beberla
La realidad es que entre menos tiempo se mantenga la cerveza caliente, mejor. La oxidación y la lenta reacción que se produce cuando la cerveza entra en contacto con oxígeno, son el mayor enemigo del sabor fresco. Y todo esto comienza en cuanto la cerveza abandona la fábrica. Según Dave Glor, analista de calidad y fabricante de cerveza, “tan pronto como es elaborada la cerveza, comienza el envejecimiento”, por lo que siempre será recomendable almacenarla en frío para disminuir la oxidación.
6.- La cerveza mata neuronas
Un estudio llevado a cabo por el Queensland Brain Institute de Australia determinó que la cerveza no es responsable de la muerte de las células cerebrales. Incluso uno de sus principales componentes, el Xanthohumol, (Xn) presente en el lúpulo, es un antioxidante que reduce el nivel de oxidación por estrés de las células, proceso que está relacionado con las enfermedades degenerativas como la demencia, el Alzheimer o el Parkinson, según un estudio realizado en la Universidad Lanzhou, en China. Por supuesto hay que tomar en cuenta que estos estudios son realizados con consumidores moderados de cerveza.
7. La cerveza embotellada es mejor que la de barril
La cerveza en barril se conserva mejor y no se expone a la oxidación, ya que funciona con una bomba a presión que empuja la cerveza al dispensador. Además, una vez que el barril es abierto dura aproximadamente 10 días mientras que la cerveza en botella, una vez abierta deja escapar el gas. Hay que tomar en cuenta que los tubos que llevan la cerveza necesitan mantenimiento, por lo que algunos tubos mal cuidados podrían cambiar el sabor de la cerveza. En términos generales y condiciones óptimas, la cerveza de barril es mejor que la de botella.
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