El 14 de mayo de 1928 nació en Rosario el líder que inspiró la Revolución Cubana y los focos guerrilleros que surgirían después en toda América Latina. Estamos hablando, obviamente, de Ernesto Guevara, conocido más popularmente como Che Guevara.
El comandante Che Guevara, cuya imagen ha dado la vuelta al mundo varias veces, fue uno de los principales artífices del triunfo de la Revolución Cubana en 1959 que acabó con el gobierno déspota y dictatorial de Fulgencio Batista. Tras la victoria, Ernesto Guevara se incorporó al régimen cubano y ocupó puestos de gran relevancia como la presidencia del Banco Nacional, el Ministerio de Economía o el Ministerio de Industria, entre otros.
«La victoria armada del pueblo cubano sobre la dictadura batistiana ha sido, además del triunfo épico recogido por los noticieros del mundo entero, un modificador de viejos dogmas sobre la conducta de las masas populares de la América Latina, demostrando palpablemente la capacidad del pueblo para liberarse de un gobierno que lo atenaza. a través de la lucha guerrillera«, escribió Ernesto Che Guevara en su libro ‘Guerra de Guerrillas’.
Su espíritu revolucionario, en cambio, no estaba hecho para las cuatro paredes de un despacho, por lo que en 1965 abandonó Cuba en secreto para marchar al Congo a extender la revolución.
En 1966 el Che Guevara volvió a Latinoamérica para instalarse en Bolivia con el objetivo de crear una guerrilla que pudiera extender la revolución de los pueblos hacia Argentina, Chile, Perú, Brasil y Paraguay.
El comandante Che Guevara fue un fiel defensor de la lucha armada de guerrillas. En su escrito de 1959 ‘¿Qué es un guerrillero?’, el médico revolucionario expresó:
“Quizá no haya país en el mundo en que la palabra «guerrillero» no sea simbólica de una aspiración libertaria para el pueblo. Solamente en Cuba esta palabra tiene un significado repulsivo. Esta Revolución, libertadora, en todos sus extremos, sale también a dignificar esa palabra… Sin embargo, el guerrillero es el combatiente de la libertad por excelencia; es el elegido del pueblo, la vanguardia combatiente del mismo en su lucha por la liberación. El guerrillero es su vanguardia armada; el ejército lo constituyen todos los habitantes de una región o de un país. Esa es la razón de su fuerza, de su triunfo, a la larga o a la corta, sobre cualquier poder que trate de oprimirlo; es decir, la base y el substratum de la guerrilla está en el pueblo”.
Fiel combatiente del imperialismo y del poder dictatorial, el Che Guevara se convirtió en un auténtico símbolo revolucionario que ha inspirado durante decenas de años los ideales de libertad y justicia que defendió hasta la muerte. Su teoría revolucionaria la definió en ‘Guerra de Guerrillas’: «No siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas«.
Pero su espíritu revolucionario no tuvo en Bolivia la repercusión esperada, y Ernesto Guevara fue delatado por campesinos locales y detenido por el ejército boliviano tras una traicionera emboscada en 1967. Los militares bolivianos, aconsejados por la CIA, optaron por acabar radicalmente con el mito revolucionario asesinándole en el aula de una escuela para luego fotografiar su cadáver y enterrarlo en secreto.
«Póngase sereno, usted va a matar a un hombre«, le dijo Ernesto Guevara a Mario Terán, el sargento del Ejército Boliviano que supuestamente apretó el gatillo del arma que le quitó la vida a Ernesto Guevara el 9 de octubre de 1967.
En 1997 los restos del comandante Che Guevara fueron localizados en Valle Grande junto a otros seis cuerpos en una misma fosa común. Los restos humanos de los siete guerrilleros fueron trasladados a Cuba, donde los recibieron con honores para darles una justa sepultura en Santa Clara, en el llamado Memorial de Ernesto Guevara.