Desde el ingreso del proyecto de ley al Parlamento el pasado 29 de diciembre de 2014, y sobre todo durante la etapa de indicaciones, la Reforma Laboral y la oportunidad histórica de «nivelar la cancha» ha invitado -forzado en otros casos- a los actores interesados a sincerar posturas al respecto, las que al menos desde el empresariado y el Movimiento Sindical han sido visibilizadas con una clara orientación de clase y con una mirada estructural. Demás está mencionar las diametrales diferencias entre la postura de una clase y otra, así como de la mirada en torno a la relación capital-trabajo.
Las declaraciones grandilocuentes expresadas a la fecha por el Presidente Ejecutivo de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), Nelson Pizarro, -amplificadas posteriormente por los medios de comunicación y periodistas “expertos” en materia económica-, respecto de «los efectos» que tendría la Reforma Laboral para la cuprera estatal, suponen un incremento en los gastos del orden de 253 millones de dólares. Lo anterior, entre otros antecedentes presentados por Pizarro, no hacen sino revelar el carácter ideológico de las declaraciones, revestido en “resguardos y preocupaciones técnicas y financieras”. Esta versión que raya en lo gremial, ha sido lata y transversalmente argumentadas por los ejecutivos del sector minero, independiente de la condición privada o estatal de la empresa. Así, “el delicado y preocupante momento que se nos avecina” es la expresión más utilizada en estos casos, la que ha sido acuñada fielmente por el mandamás de la principal empresa del Estado de Chile, es decir, de todos los chilenos.
Y es que las frases sostenidas por Nelson Pizarro, en tanto cortafuego ideológico concomitante con las declaraciones de los dirigentes del Consejo Minero, van incluso más allá de la preocupación por las arcas fiscales del pueblo chileno. Cabe señalar que sobre los resultados económicos, Codelco no entrega datos desagregados de los costos y la incidencia que tiene la mano de obra en la producción de cobre, por lo que no es posible diferenciar los gastos que representan los trabajadores directos y los contratistas de las empresas proveedoras. Lo anterior, sólo entrega confusión y poca transparencia en esta materia, dos condimentos necesarios a la hora de desinformar.
{destacado-1} Es necesario además recordar que Codelco, en su calidad de empresa estatal, opera bajo un presupuesto aprobado por el Ministerio de Hacienda conforme al Decreto Ley N°1350 de 1976, el que guarda estrecha relación con la nacionalización de la minería de cobre. Los chilenos debemos comprender que el sector minero produce la más injusta repartición de la riqueza. En la distribución funcional respecto del PIB minero durante 2013, las remuneraciones sólo obtuvieron un 15,6 %, a diferencia de los excedentes de la explotación que constituyeron el 84,2 %, dejando para los impuestos apenas un 0,2 %. El mismo año, las remuneraciones respecto del PIB total del país constituyeron un 39,9% y los excedentes un 49,1 %, quedando para los impuestos un 11,0%.
El 2014 en tanto, la minería privada contribuyó al fisco de nuestro país con 1.539.640.000 dólares, controlando más de dos tercios de la producción de cobre en Chile. Sin embargo, Codelco con menos de un tercio de la producción aportó 2.843.010.000 dólares. Sólo para precisar, el precio, alza y valor del cobre afectó por igual a la empresa estatal y a las privadas.
En relación a los antecedentes expuestos, resulta del todo inaceptable que un funcionario de una empresa de todos los chilenos se encuentre alineado con el Consejo Minero, quien por su parte defiende los intereses de los grupos económicos transnacionales y foráneos.
Como Movimiento Sindical queremos denunciar que este tipo de hechos confirman la necesidad y exigencia de devolverle a Codelco su carácter de empresa pública, en defensa de los intereses del pueblo chileno y no de castas económicas extranjeras que sólo han llegado a Chile para saquear y expropiar el cobre de nuestro país.
La demanda de fondo y que los trabajadores esperamos, es que el Estado de Chile retire a Codelco del Consejo Minero y decida defender los intereses comunes del pueblo, obligando a la cuprífera estatal a responder a su mandato Estatal y no a intereses privados. Es imprescindible además, reforzar el carácter nacional de la principal empresa del Estado, en línea con una administración transparente que cualquier empresa de esta índole debiera tener, especialmente en tiempos donde la sospecha e ilegitimidad está instalada en nuestra sociedad.
El llamado es extensivo al Gobierno actual, al Estado de Chile en su conjunto y a las autoridades competentes en la materia, para que no perpetúen en Codelco la lógica transnacional extractivista, así como las malas prácticas, cargadas de abusos, antisindicalismo, sobre explotación y apropiación indebida de los recursos del pueblo chileno. Prácticas que por cierto, el Consejo Minero utiliza a diario.
Hoy más que siempre, es un deber político y moral privilegiar el negocio de todos los chilenos, con un sentido público y en relación con los intereses del país, los que hoy claramente apuntan a reformar y modificar el actual Plan Laboral impuesto en dictadura. Confiados en Chile requiere enmendar la confianza y fe pública, por lo que resulta imperante que Codelco fije una postura alineada con los procesos de reformas impulsadas por su propietario: el Estado chileno.
Por último, como Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) creemos del todo urgente que la sociedad chilena conozca las razones reales del porqué existen alrededor de 50.000 trabajadores contratistas en Codelco, en circunstancias que la dotación autorizada en el presupuesto cifrado por el Ministerio de Hacienda no supera los 19.000 trabajadores directos. La sociedad chilena demanda respuestas serias y verdaderas, que argumenten si esta situación constituye una razón económica o bien, una nueva evidencia de la gestión de la principal empresa del Estado, con una lógica muy poco pública e inspirada por el mercado, sus agentes y sus asociaciones gremiales destinadas a defender el negocio de unos pocos.
Es tiempo de definiciones y por lo tanto es hora de asumir posturas: ¿Codelco Chile es una empresa estatal o privada?