El Rey del mote con huesillos…

“Nuestra civilización está enferma


Autor: Wari

“Nuestra civilización está enferma. No sólo hay explotación y miseria… hay miseria espiritual… Se trata de crear un ser humano de verdad. Y mientras tanto, el deber del escritor/a es escribir la verdad, no contribuir a la degradación con mentiras…” (Sabato, Abaddón, 1974: 228)

En términos generales, el narcisismo se considera como una fase normal en el desarrollo de los seres humanos. Desde la infancia hasta la adolescencia, esta actitud tiende a fijar la atención y el descubrimiento, en las propias exigencias y tendencias instintivas del cuerpo. Sin embargo, puede constituir una situación patológica cuando esta fase no se supera en la edad adulta. En este caso, los/las sujetos son incapaces de tomar contacto con la realidad y acaban extraviados/as en un mundo de imágenes dispersas… Entiéndase como procesos temporales o permanentes de la alienación, donde la “conciencia individual o colectiva” se vuelve contradictoria, o se transforma hasta tal punto que coloca en riesgo o en peligro la existencia y dignidad de la condición humana…

En uno de estos extremos encontramos a los/las narcisos/as perversos/as… aplíquese a las personas que construyen, sostienen y reafirman su vida mediante un personaje, “…un vacío existencial que los/las obliga a permanecer arriba de un escenario, siempre alabado, admirado y sostenido por una audiencia». En este sentido, la colaboración o el trabajo en equipo se concibe como una sombra, la que en ningún caso puede figurar o aparecer, puesto que eclipsa su rol protagónico y despliegue escénico en el teatro de la vida…

Según Marie France Hirigoyen, estos personajes instalan relaciones altamente jerárquicas y autoritarias, las que “…de manera elegante, sutil y sofisticada anulan la diferencia, legitiman la competencia desmedida y reafirman el éxito individual».

Técnicamente esto se llama acoso moral… aplíquese a las personas que sistemáticamente persiguen, hostigan, apremian, importunan, acorralan y/o amenazan a otra… un hostigamiento prolongado en el tiempo, cuyos insultos, ofensas, descalificaciones, molestias, requerimientos, alusiones e insinuaciones no provocan ningún sentimiento de arrepentimiento, culpa, remordimiento o pesadumbre en quien lo ejerce. En un contexto altamente competitivo, el acoso moral se disfraza o camufla con un conjunto ilimitado de exigencias personales, académicas, profesionales y sociales… las que implícita o explícitamente, invisibilizan, anulan y/o niegan la legitimidad y el reconocimiento del otro/a…

A continuación, presentaré las palabras de un narciso perverso, de un General en Jefe de la condición humana… las que durante 17 años de nuestras vidas se difundieron en cadena nacional, tanto para destruir física y moralmente a sus opositores/as, como para denigrar y desprestigiar el ejercicio político y su vocación pública…

En el año 1974… «El país está tranquilo, porque disponemos de un buen servicio de inteligencia…»

En el año 1975… “Yo me voy a morir. El que me suceda también tendrá que morir. Pero elecciones no habrá…”

En el año 1981… «No se mueve ninguna hoja en este país si yo no la estoy moviendo… ¡Quiero que quede claro…!»

En el año 1982… «Devalué el peso, sólo mirando al pueblo…»

En el año 1983… «Ésta no es una dictadura, sino más bien una dictablanda…”

En el año 1986… “Con las condenas de la ONU tengo llena mi biblioteca… Mis amigos, el destino me ha traído a este puesto. Nunca lo ambicioné… Tengo la cara agria, por eso tal vez se dice que soy un dictador…»

En el año 1987… «Yo los estoy viendo desde arriba, porque Dios me puso ahí… Los marxistas siguen matando a Dios… Nación es tratar de hacer de Chile un país de propietarios y no de proletarios…»

En el año 1990… «Hoy tenemos un Ejército alemán de marihuaneros, drogadictos, melenudos, homosexuales y sindicalistas…»

En el año 1993… «Cuando me muera quiero que me vistan con uniforme de combate y así me entierren…»

En el año 1995… «Si hubiera sido dictador, todavía estaría gobernando… Roma cortaba las cabezas de los cristianos y éstos reaparecían una y otra vez. Es algo parecido lo que pasa con los marxistas… La única solución para el problema de los derechos humanos es el olvido…»

En el año 1996… «Hay muchos que quieren que me muera, pero no estoy ni siquiera resfriado…»

En el año 1998… «Yo sólo era un aspirante a dictador, nunca fui un verdadero dictador… ¿Por qué les voy a pedir perdón… pero, por qué voy a pedir perdón? ¿Le fueron a pedir perdón a las madres de militares cuyos hijos murieron…? ¡NO!… ¡NO!… Nosotros ya hicimos un gesto (de buena voluntad), pero ellos (los/las opositores/as) no han hecho ninguno… Parece que (los/las políticos/as) me tienen pánico, por eso que se llevan hablando de mi».

En el año 2002… «Tengo la conciencia tranquila…»

En el año 2004… «¿A quién le vamos a pedir perdón… a los que trataron de matarnos… a los qué trataron de liquidar la Patria…?”

Llevo días preguntándome… ¿dónde están o en qué lugar habitan las palabras de nuestra memoria histórica… por qué Sebastian Piñera, un narciso cómplice del perverso, tiene casi un 85% de probabilidad de ser electo Presidente de la República…? Quizás, esas 3 millones de personas que lo apoyaron en primera vuelta y las que votarán por él en la segunda creen, suponen o intuyen que “…los ricos son los que producen plata y a ellos hay que tratarlos bien para que den más plata” (Pinochet, 1988).

Al respecto, me gustaría recordar que los informes nacionales e internacionales sobre la economía chilena evidencian que “…la concentración de la riqueza es una característica propia de América Latina, pero que está exacerbada en Chile». Si bien, en las últimas décadas se ha demostrado un crecimiento económico, éste no ha cambiado la distribución de los ingresos entre los diferentes estratos de la población. Es decir, los sectores de menores ingresos y la clase media no han mejorado, de manera sustantiva y significativa, sus niveles y condiciones de vida; y el estrato más poderoso de Chile, es decir, el 5% de la población concentra el poder y control sobre las riquezas nacionales… Por lo tanto, ¿quiénes sostienen a esta sociedad altamente desigual e inequitativa… por qué durante estos años, las causas de esta injusticia social no han sido atendidas como se merecen y sólo se aplican políticas subsidiarias y complementarias para abordar sus consecuencias sociales, políticas y económicas…?

En consecuencia, los/las narcisos/as sólo están enamorados/as de sí mismos/as, sus necesidades comienzan y terminan en su ombligo, puesto que desarrollan una excesiva consideración de sus facultades y una enorme complacencia ante sus obras. Características que hemos apreciado a lo largo de toda su campaña electoral… Por lo tanto, no le crea cuando proclame discursos radicales e incendiarios sobre la diferencia, ya que “el/a otro/a como un/a legítimo/a otro/a en la convivencia no existe». Esta resistencia psíquica le impide ver, sentir, escuchar, entender y valorar a aquellos/as que son diferentes… una ceguera emocional que obstruye su vinculación adulta, respetuosa, profunda y saludable con éstos/as…

Las actuales condiciones y niveles de vida de las personas constituyen un terreno fértil para los/las representantes oficiales del narcisismo chileno, dado que sus marcas, heridas o cicatrices no dejan un rastro visible en el cuerpo, sino en los cimientos de su psique… Además, en este escenario electoral donde no se observan diferencias estructurales entre los programas políticos de los candidatos, ni se aprecia un análisis crítico sobre el actual marco jurídico y económico… quisiera recordar las palabras de Luis Emilio Recabarren Serrano, a propósito del centenario de la Independencia de Chile:

“…El progreso económico que ha conquistado la clase capitalista ha sido el medio más eficaz para su progreso social, no así para su perfección moral, pues aunque peque de pesimista, creo sinceramente que nuestra burguesía se ha alejado de la perfección moral verdadera… Sin tomar en cuenta los individuos, creo que la colectividad burguesa vive habituada ya en un ambiente vicioso e inmoral, que quizás en muchos casos no se note o se disculpe por no tener la noción suficiente para saber estimar íntegramente la verdadera moral. El espíritu de beatitud en cierta parte de esta sociedad no la ha detenido ni alejado de esta situación…

Cien años ha, cuando la población de este país vivía en el ambiente propio de una colonia europea, que le había inoculado sus usos y costumbres; parece que no se destacaba la nota inmoral y voluptuosa de la época presente… Se vivía en este país bajo el régimen de la sociedad feudal, algo atenuada si se quiere, pero con todas las formas de la esclavitud y con todos los prejuicios propios del feudalismo. El sometimiento demasiado servil de la clase esclava entregada en su mayor número a la vida pastoril y a la agricultura era tina circunstancia que no provocaba ninguna acción de la clase señorial, en que pudiera notarse como hoy, sus crueldades…” (Recabarren, 1910).

Por Verónica Lizana Muñoz


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