Espacios para nuestra sonoridad

Lo asumen como algo que no merece más análisis, ya que sienten que no podría ser de otra manera


Autor: berenguer

Lo asumen como algo que no merece más análisis, ya que sienten que no podría ser de otra manera. Cada uno desde su particularidad, cada uno desde su forma de entender las cosas, saben que la única manera de lograr que las distintas expresiones de la música realizada de este territorio que se dan en llamar Chile puedan romper con su cierto anonimato, es dándole salida a través de las ondas de radio, y así lo han venido haciendo por años. Cesar Abueid en radio Nuevo Mundo, desde noviembre de 1986. Hernán Zúñiga en radio Universidad de Chile, desde 1997. El primero llegó a preguntar si podía hacer su programa en la radio, y se quedó hasta hoy; el segundo empezó como un invitado de un programa, y no ha parado hasta ahora de dar difusión musical chilena. El primero intercala la producción musical local con entrevistas de actualidad y contenidos, que en sus palabras, buscan “aportar a que la gente tenga más elementos para ser un ciudadano más informado”. El segundo, explica que su espacio, tiene como centro la creación local, y donde tienen cabida “todas las expresiones musicales con factura nacional. Ha pasado desde el ritmo de Tommy Rey, hasta lo más clásico de Ensamble Bartok. El canto más duro de Quilapayún y el jazz de Christián Gálvez. En su momento lo más freak de René de la Vega o la potencia de Congreso y Fulano”. Abueid explica que ahora hace dos programas: “el Escaparate y un extensión del Escaparate, con más tiempo en la semana que se llama Entre Amigos, que va de lunes a viernes entre las nueve de la mañana y las doce del día, y ahí se abordan todos los tipos de temas”. Gozando de un 99% de libertad, que explica, “me deja hacer lo que quiera”. Zúñiga, que hace el Zócalo Nacional de lunes a jueves, señala que ha logrado potenciar su programa y que ha contado siempre con el apoyo de los directores de la radio. Y ambos, sin saberlo creo, comparten en sus labores la importante misión de dar a conocer la música de Chile. El primero señala que siempre ha sentido “una responsabilidad social en lo que hago y sobretodo en los años de dictadura, cuando habían menos oportunidades de difundir. Entonces por eso siempre nos hemos acercado a la gente que tenía propuestas interesantes, propuestas más reflexivas, más importantes, con más contenido, como todo lo que fue el Canto Nuevo y lo mismo ocurre con toda la gente que está saliendo ahora, siempre han tenido tribuna aquí… y además que ahora también hay músicos súper buenos como la Camila Moreno, el Leo Quinteros, toda esa gente…”. El segundo lo tiene igual de claro, al decir que “la motivación principal es la necesidad imperiosa de dar a conocer las propuestas musicales de nuestro país, que en muchos casos no tienen ningún soporte de apoyo, por no pertenecer a sello alguno que lo potencie o simplemente porque gran parte de los consorcios radiales están en manos extranjeras que tienen otra línea programática, apuntando a una música más digerible. También creo fundamental que las nuevas generaciones puedan conocer a los grandes de nuestra historia musical que ya están casi descatalogados y que a pesar de estar en una democracia, con gobernantes que ocupan sillones gracias a que muchos de nuestros creadores fueron la punta de lanza en el momento de luchar por el retorno de la democracia y término de la dictadura, y que hoy no son reconocidos como debieran por parte de las autoridades gobernantes”. Agrega Zúñiga que es como dice el trovador Raúl Acevedo en uno de sus temas… “se instaló la democracia y no nos dieron ni las gracias”. Ambos reconocen que su labor es la difusión de la música, pero además han jugado otros roles. Zúñiga, por ejemplo, produce permanentemente actuaciones de solistas y bandas en distintas salas, y Abueid, ha sido parte del registro musical del disco Radio Galerna de La Mano Ajena, y el trabajo Gran Baile Gran del Teatro Mendicantes. Y los dos coinciden también en que aun falta mucho por hacer para lograr que el trabajo de creación musical se instale en las condiciones que debiera. El conductor de Nuevo Mundo, siente que en Chile “todo sigue siendo en la buena onda, y  nada puede surgir que le haga ruido a lo establecido, surgir de verdad y cuando le metís ruido de verdad te llaman a su lado o te cagan, esos son los dos caminos”. Por su parte el conductor de El Zócalo Nacional, se centra en la música, y concluye que si bien “hoy es mucho más fácil hacer un disco y no es raro que lleguen cientos de demos, muchos de estos van quedando en el camino por diversas razones… Algunos porque no tienen la calidad necesaria y se diluyen. Otros porque no existen los espacios de difusión o los escenarios para que puedan desarrollar su arte. Claro está que en Chile es un gran desafío vivir de la música. A pesar de ello no se deben desconocer la gran cantidad de grupos y solistas que están cambiando la historia y que han logrado hacerse un camino relativamente parejo, en lo enripiado que es esta historia en nuestro país”. Onda Corta El Ciudadano


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