Un estudio realizado entre 25.000 alumnos de 2º de Primaria a 1º de Bachillerato de centros públicos, privados y concertados de 14 autonomías españolas, señala que más de 500.000 niños en nuestro país sufre un grado de acoso intenso, que el 54% sufre depresión y el 15% ha pensado alguna vez en suicidarse. Y hay que subrayar también que, en el 19% de los casos, los propios compañeros defienden al alumno acosado.
El estudio citado, ‘Cisneros X. Violencia y acoso escolar en España’, revela que el riesgo de sufrir acoso escolar se multiplica por cuatro en niños con 7 u 8 años y que disminuye progresivamente hasta el Bachillerato, etapa esta última en la que el porcentaje de acoso en las aulas (en torno al 11%) coincide con el acoso que se produce en otros ámbitos, como el doméstico o el laboral.
A pesar de los escandaloso de las cifras, bajando al terreno de lo real, demasiado a menudo los adultos nos enteramos de lo que pasa demasiado tarde, el daño se ha hecho, y los niños necesitan de terapia psicológica para superar algunos sucesos traumáticos. Por tanto, si notas algunas de las cosas que vamos a detallar, lo más importante es que busques asesoramiento y denuncies la situación a los docentes de tu hijo y a los responsables del centro.
Solo la mitad de los alumnos acosados saben que sus hijos están en esta situación según los informes oficiales del Defensor del Pueblo. Pero hay signos de alarma que nos pueden indicar si nuestro hijo está sufriendo de acoso escolar. Mantén los ojos bien abiertos ante estos indicios:
1.- No quieren ir a la escuela: Conviene saber que según un informe del Defensor del Pueblo de 2007, el acoso escolar está presente, por ejemplo en todos los institutos de Educación Secundaria de nuestro país. Algo que debe alertar a los padres es la negación frecuente de su hijo a ir a clase. Todas las razones aportadas se relacionan con algún «malestar» -dolor de cabeza, de tripa, de espalda, de alguna articulación-. En otras ocasiones vomitará justo a la salida hacia el colegio, consecuencia de la somatización de la angustia que ello le produce.
Casi siempre, un niño que sufre acoso, exagerará dolencias y fingirá enfermedades frecuentemente para conseguir que sus padres le dejen quedarse en casa, algo que para él es una auténtica «liberación».
2.- Tiene cambios constantes de humor y pasa de la euforia al llanto:A menudo y sobre todo a ciertas edades, el cambio repentino de estado de ánimo se confunde con demasiadas cosas. Algunos niños que sufren bullying canalizan su frustración y enojo hacia otras personas u objetos. Tambiénpueden mostrarse tristes o extremadamente sensibles. Y es que un niño acosado siempre está triste, se irrita con facilidad y llora con frecuencia aparentemente sin motivo. Es necesario buscar las razones de producen esos cambios de humor y comportamiento.
Y ocurre en muchísimos casos que los niños que sufren maltrato en su colegio, están distraídos, encerrados en sí mismos, ausentes, olvidan con facilidad los encargos, se asustan por cosas nimias, y se comportan y muestran huidizos con sus padres.
3.- Se muestra inseguro de manera inusual: Puedes notar si se pone nervioso ante una persona, situación o conversación, esto nos puede indicar que tiene temor a que algo le pueda pasar o le puedan hacer.
Casi siempre el escolar deseará de ese modo que un ‘mayor’ le acompañe a la entrada y a la salida del centro. Tenga la edad que tenga. Puede tener miedo a que alguien le pegue. Es necesario tenerlo en cuenta, porque según el informe del Defensor del Pueblo, (2007), un 5.9 % de los alumnos «víctimas» dicen ser agredidos físicamente, un 5.1 % dicen ser insultados, y un 8 % dicen ser acosados sexualmente, a la salida del centro escolar.
4.- Cambia sus rutinas y actividades: Muchos niños, cuando son acosados, tienden a dejar de hacer cosas que les gustan por presiones de otras personas o incluso agregar actividades a sus rutinas que no están acordes con su personalidad o forma de ser. Uno se puede equivocar fácilmente al confundir esos cambios con el desarollo propio del menor, le paso del tiempo y su madurez.
5.- Esconde sus pertenencias o partes de su cuerpo: Hay veces que, cuando son maltratados, los niños esconden pertenencias que les han roto o partes de su cuerpo donde les han golpeado o de las que se burlan sus compañeros. No quiere dejar a la vista los indiciosa y heridas del maltrato que sufre.
Si frecuentemente trae moratones, arañazos, cortes y golpes en diferentes partes del cuerpo que resultan raros y que no parecen causados por caídas normales debes preocuparte. Mucho más, si para explicar su origen ofrece datos poco creíbles.
6.- Ya no te mira a los ojos: Es una cuestión básica. Los menores que son víctima de acoso no suelen comportarse de manera abierta y no sostienen las mirada de los demás en el núcleo familiar. Se muestran uraños y solitarios y no buscan ratos de intimidad con sus padres. Piensan que si te miran a los ojos los descubres por ello, evitan hacerlo.
7.- Maltrata a primos o hermanos más pequeños: Los psicológos aseguran que acosador, acosado y testigos del ‘bullying’ pueden presentar consecuencias en su desarrollo psicosocial e incluso pueden repetir el patrón y convertirse en potenciales victimarios de estos comportamientos y delitos delitos.
El maltrato es una cadena, quien es maltratado por lo general comienza a maltratar a otros. Antes de sentenciar estas conductas es vital saber qué pasa en el mundo de nuestros hijos.
8.- Baja su rendimiento escolar: Muchas veces su comportamiento repercute directamente en la boleta de calificaciones y es que un niño que sufre bullying no puede concentrarse en la escuela, ya que el temor a los golpes, burlas y las amenazas por parte de su agresor lo dejan intranquilo e incapaz de concentrarse en las tareas escolares.
9.-No invita a amigos a casa: Lo normal es que los niños inviten a algún compañero de clase a casa de vez en cuando. El adolescente acosado puede considerarse diferente a los demás y por ello no invita a nadie. Y luego existe cierta empatía si consigue entablar alguna relación amistosa en el aula: A ese amigo tampoco le invitará por miedo a que también sea rechazado por sus agresores y comience a ser objeto de acososimplemente por juntarse con él.
Si un niño o adolescente no quiere salir de casa, o no hay compañeros que le llamen por teléfono o para pedirle tareas u otra información es otro detalle que los padres han de tener en cuenta. Cuando un niño de esta edad no se relaciona o se relaciona muy poco con otros compañeros fuera de la jornada escolar, podría ser que estuviese sufriendo maltrato por parte de algún compañero de clase.
10.- ‘Cimarras’ en el cole: Otra señal, casi siempre inequívoca, es el elevado número de faltas o ausencias a determinadas clases en centro escolar, sobre todo si esas faltas las lleva a cabo sólo y no acompañado de otros escolares. Además, cuando se descubre la acción, es incapaz de dar explicaciones convincentes de dónde estuvo esas horas, ni por qué lo hizo.
Es un hecho: El alumno o alumna que está siendo acosado, esto es, perseguido, insultado, marginado, ridiculizado o menospreciado y despreciado, suele faltar mucho a clase. Las adultos que son sometidos a acoso laboral tienen mecanismos de defensa. Los menores menos.
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