Cada uno tiene recuerdos diferentes de sus etapas escolares. Los primeros amores o los suspensos nos fueron acompañando en los primeros compases de nuestra vida, pero siempre con ellos como testigos: los profesores. En todas partes cuecen habas y todos tenemos nuestras batallas con estos pozos de sabiduría. Algunos han logrado hacerse con un cómodo espacio entre nuestros mejores recuerdos, mientras que otros aún aparecen en nuestras peores pesadillas. La ficción tiene ejemplos de todos ellos. Series, libros y películas han ido representando a lo mejor de cada sala de profesores. Seguramente, estos diez profesores de ficción comparten algo con aquellos educadores que se plantaban ante tu pupitre tiza en mano. Precisamente, una pizarra nos servirá para clasificar a estos profesores. Simpáticos, autoritarios, patéticos… ¿Quién te gustaría que educara a tus hijos y quien es mejor que ande lejos?
Mr. Garrison
Herbert Garrison dio varias lecciones homófobas a sus alumnos en ‘South Park’ e incluso pidió la prohibición del matrimonio gay. No parece el mejor profesor del mundo, desde luego. Irónicamente, con el tiempo descubrió su homosexualidad e incluso llegó a cambiar de sexo.
Edna Krabappel
Otra que tal baila. Apática, frustrada por unos alumnos que no tienen interés en aprender (excepto Martin, claro), la señorita Krabappel solo piensa en el momento de su jubilación mientras trata de encontrar a un hombre que la ame. No esperes aprender mucho con ella, a no ser que te presentes como un chico muy atractivo.
Señorita Rottenmeier
El problema con la institutriz de Heidi y Clara es que era demasiado estirada y encorsetada: nunca dejaba a las niñas hacer lo que querían. Con el tiempo verá que es imposible parar a dos chicas que se han hecho muy amigas y que las rígidas normas que había intentado imponerles se han diluido.
Profesor Jirafales
Almidonado y petulante, el maestro de El Chavo del Ocho y sus amigos estaba locamente enamorado de doña Florinda, la madre de Kiko, a la que trataba con donosura. Eso sí, que no se enfadara, porque despertaba el volcán que llevaba dentro, arrojando el sombrero al suelo y bramando como un loco. Pedante y con genio.
Gilderoy Lockhart
Era un timador, vale, pero en el fondo nos da mucha pena por cómo termina en ‘Harry Potter y la cámara secreta’. Además, sus prácticas en clase estaban llenas de buena voluntad, aunque siempre salieran mal. Es el típico pobre diablo que nos da lástima desde las más absoluta incompetencia.
Señor Bergstrom
También conocido como “el profesor sustituto de Lisa”. Todo un ejemplo que seguir para Lisa Simpson, que encontró en él un mentor intelectual que nunca tuvo en la escuela de Springfield. Desgraciadamente, como buen suplente, tuvo que irse a otro sitio a encontrarse con otros muchachos.
Jennifer Honey
Simpática, dulce, amable… Para la pequeña Matilda era la luz que no había en su casa. La señorita Honey era consciente de la inteligencia de la niña e intentaba que sus padres también lo fueran, pero no le hacían caso. ¿No es genial que tus maestros se den cuenta de tu potencial y quieran que lo explotes?
John Keating
Sí, el del ‘Oh, mi capitán, mi capitán’ en ‘El Club de los poetas muertos’, el que les decía a sus alumnos que no perdieran el tiempo. Les hizo descubrir un nuevo concepto de poesía y, en definitiva, es uno de esos profesores que pasan por tu vida para cambiarla.
Louanne Johnson
Una marine reconvertida en profesora de Literatura de un instituto problemático. Tremendo combo, ¿verdad? En ‘Mentes peligrosas’, Michelle Pfeiffer enseñó a la muchachada a creer en ellos mismos a través de la literatura, a pesar de la conflictividad de la que se veía rodeada. Nunca el cine hizo tanto por la difusión de la lectura. Y con una militar. A ver quién supera esto…
Severus Snape
Y terminamos con el profesor de profesores. Rígido, estricto, odioso… Tras los siete libros de Harry Potter quedó claro que, en realidad, era una de las personas más leales y nobles que habíamos conocido nunca. Toda una entidad en el manejo de las pociones mágicas con un pasado oscuro que supo enterrarlo para convertirse en el más valiente de los hombres. Como, por encima de buen profesor, es buena persona, queda aquí nuestro homenaje.