EE.UU. perdió «batallas por el poder» en varios países de América Latina por lo que se prepara para «intervenir» en la región y mantener, o incluso aumentar su influencia con base en una política de «palo y zanahoria», afirman destacados académicos estadounidenses.
«La política de palo y zanahoria de Washington se basa en una combinación de políticas reformistas hacia algunas formaciones políticas, mientras trabaja para derrocar a gobiernos y movimientos políticos con la fuerza y la intervención militar», afirma James Petras, profesor emérito de la Universidad de Binghamton, Nueva York, en su artículo publicado en ‘Global Research‘.
Petras recuerda que esta doctrina fue empleada durante el gobierno de Kennedy luego de la Revolución Cubana, cuando ofrecía a los países latinoamericanos programas de ayuda económica, préstamos e inversión, pero al mismo tiempo aumentaba su presencia militar y maniobras militares conjuntas con sus aliados en la región.
Sin embargo, Washington no pudo evitar el surgimiento en Latinoamérica de movimientos de izquierda «antiimperialistas«, ante los que perdió varias «batallas». Como resultado EE.UU. y sus «países satélites» de la región no solo perdieron la mayoría absoluta en la Organización de Estados Americanos (OEA), sino que pasaron a ser una clara minoría, asegura el académico.
«Al darse cuenta de que las políticas de sanciones contra Cuba resultaron ser completamente ineficaces y quedarse políticamente aislada de América Latina, Washington decidió cambiar su estrategia y normalizar las relaciones con La Habana, pero al mismo tiempo se lanzó contra Venezuela. La apertura a la isla es parte de una estrategia más amplia de una nueva forma de intervención política», consideró Petras, e hizo hincapié en el reciente envío de más de 280 marines a Centroamérica, cuya verdadera misión «no es clara».