Estados Unidos privatiza la guerra

En el año 2002, el número de soldados estadounidenses en Irak y Afganistán era de 5


Autor: Wari

En el año 2002, el número de soldados estadounidenses en Irak y Afganistán era de 5.200. A finales de 2008, 187.900. El informe del pasado mes de junio de la Federación de Científicos Americanos (FAS) sacó a relucir la espectacular subida del número de tropas. En 2010, el número será mayor: 140.000 en Irak y 66.000 en Afganistán.

Además, el informe revela que existen otros 100.000 soldados no contabilizados en la Operation Enduring Freedom, aquellos destinados a dar logística y apoyo. Lo más curioso es que la mayoría de estos soldados son contratistas, mercenarios.

La guerra, poco a poco, se ha privatizado. Obama defendió durante su carrera presidencial una ley de Transparencia y Responsabilidad de la Financiación Federal que obligase a hacer públicos los contratos. Hasta ahora, no ha hecho nada.

Allison Stanger, profesora de Relaciones Internacionales del Middlebury College, acaba de publicar un libro que levantará ampollas. En One Nation Under Contract: The Outsourcing of American Power and the Future of Foreign Policy, Allison revela detalles de la “privatización de la guerra”, cómo funcionan estas empresas. Los datos, fruto de siete años de trabajo, asustan: la cantidad de contratos y subvenciones de dichas empresas equivalen al 82% del presupuesto de defensa o al 96% de la Usaid (agencia de desarrollo).

El libro llega poco después de algunos escándalos, de los excesos de la empresa DynCorp International en Pakistán (armas ilegales entre otras cosas) o de la relación de Erik Prince, fundador de Black Water, con la CIA. La matanza de 17 civiles iraquís en 2007 a manos de Black Waters es apenas la punta del iceberg de la era de las guerras privadas made in USA.

Allison Stanger, en una reciente entrevista a la revista brasileña Época, afirma que los contratistas se “volvieron absolutamente vitales en la política exterior americana”. “Dan seguridad -prosigue – a las embajadas americanas, proveen alimentación, entrenan ejércitos y polícias estranjeras. Un gran y poderoso grupo saca lucro cuando el país está en guerra”.

Obama, de momento, no ha hecho absolutamente nada. Mientras pide más soldados a sus aliados europeos, envía a sus mercenarios particulares. Gracias a ello, Irak ha sido mucho menos doloroso que Vietnam, como matiza Allison Stanger.

Pero ya hay voces, como la de Dennis Kucinich, miembro de Committee on Oversight and Government Reform, que están poniendo el dedo en la llaga de la privatización de la guerra: “Blackwater es una ley en sí misma. La cuestión es por qué están operando con impunidad. Deberíamos, además, estar cuestionando las motivaciones de la administración republicana que fundó y contrató a esta organizacion”.

Fuente: alfacentauro.info


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