Puede que sea la última de las barbaridades que nos toca presenciar, un insulto de la presidenta Bachelet, porque esta vez se ha cometido una grave falta a la Memoria de los caídos bajo el oprobioso régimen dictatorial de las Fuerzas Armadas.
Constituye una agresión al recuerdo de los familiares, amigos y camaradas de los chilenos que fueron violentados en sus derechos fundamentales, que el gobierno de la Concertación, haya decidido contar con la presencia del ciudadano peruano Mario Vargas Llosa para inaugurar el Museo de la Memoria.
No son en este sentido los contenidos de sus libros el tema. Lo que sucede es que el ciudadano peruano Vargas Llosa, es un fiel defensor del sistema neoliberal. Él, junto a José María Aznar, ex presidente del gobierno español, que apoyó la invasión a Irak al constatar personalmente «la existencia de armas de destrucción masiva”, forman parte del exclusivo “club liberal”, y que han convertido al actual modelo imperante, en un producto de divulgación masiva, sosteniendo que es lo mejor que le ha sucedido al planeta, alegando en su favor que gracias a este milagro, millones de hombres y mujeres pueden vivir en el placer del bienestar y la opulencia.
Suponemos que el ciudadano peruano Vargas Llosa, debe conocer la realidad de sus paisanos peruanos en el Chile actual. Son miles los peruanos que se han visto obligados a emigrar en buscar de mejores condiciones de vida, que en el Perú no han podido alcanzar los peruanos emigrantes, no han logrado conocer aún las bendiciones del sistema propugnado por los ciudadanos peruanos Vargas Llosa y Alan García.
Debe estar bien informado el ciudadano peruano Vargas Llosa, que en los basurales de la ciudad de Trujillo, alrededor de dos mil niños menores de 10 años comparten la comida con los cerdos diariamente, en un espectáculo que es mucho más violento, que algunas de las escenas contadas de sus libros.
Los nombres que guarda el Museo de la Memoria, son el dramático resultado de un proyecto inconcluso, que pretendía justamente alterar el insostenible curso de la miseria, la marginalidad y el hambre. Las personas que tienen sus nombres allí guardados, sus fotos, algunas de sus pertenencias, consideraron justo y posible un programa con cuarenta medias, nada más, pero tampoco nada menos.
No son justamente los gobiernos de la Concertación, los más indicados para estar en la foto, y en estas ocasiones. Patricio Aylwin dejó aquel lapidario “en la medida de lo posible». Eduardo Frei nunca recibió a los familiares de las agrupaciones victimas de la dictadura de las Fuerzas Armadas. Ricardo Lagos manifestó en París, hace ya algunos años, que los detenidos desaparecidos eran “un caso menor”, y la presidenta Bachelet se toma una foto sobre nuestros muertos con un adalid del sistema que es el responsable de todo.
El ciudadano peruano Vargas Llosa tiene el legítimo derecho a venir a Chile, apoyar de manera pública a Pinochet/Piñera, hablar de libertad/mercado/negocios/futuro, o lo que sea con otros dos ciudadanos chilenos.
En esta “republiqueta” se intenta reconstruir con muchos esfuerzos aumentar las posibilidades para millones de chilenos y ciudadanos de otras nacionalidades. Mejorar las condiciones de vida y asegurar un futuro digno para las nuevas generaciones. Se intenta que los hijos de los hijos se distancien cada día más del odio de procesos históricos inducidos por potencias extranjeras. Algo de historia debe conocer el ciudadano peruano… Vargas Llosa.
Fue una muy mala elección invitar al ciudadano peruano Vargas Llosa; posiblemente Saramago, entre otros, no sea para los adictos a La Moneda el autor más connotado, los escritores enemigos declarados del imperio y que se dedican a combatir a los que generan la pobreza, no son bien recibidos en Morande 80. No pongo en duda que ni siquiera son leídos.
Nada que hacer. Nada más que decir.
Una vez más la Concertación hace una mala elección… muy malo el invitado de Michelle.
Por Pablo Varas