“A veces no sé donde estoy, con quién estoy o qué me ha pasado. De pronto amanezco en la cama de un viejo hotel, en compañía de un cuerpo que me es ajeno. Las colillas de cigarro abundan en el piso; asqueroso vicio que nunca he soportado, pero que mis mejillas todavía retienen. Me duele mi sexo y mis dedos descubren restos de semen.
– Bonjour, ça va?
Descubro que el tipo a mi lado tiene vida pero desconozco por qué me habla en un idioma que no comprendo. Busco algo que ponerme, pero no encuentro mi ropa. Veo que bajo la cama se asoma un minúsculo vestido negro. No recuerdo haberlo visto antes, pero me lo pongo. Huyo del lugar mientras el tipo me grita con el nombre de Marion. Creo que no sabe que mi nombre es Sofia.
Recorro las calles de una ciudad que ya amaneció sólo para encontrarme con las miradas lascivas de quienes buscan en mí un estímulo para su pervertida imaginación. Incluso mis vecinos parecen acostumbrados a la imagen, como si fuera algo cotidiano en mí, deambular con estos trapos.
Empiezo a asfixiarme. ¿Acaso estoy soñando?
Vuelvo a despertar. Tengo sangre en las manos, el bolsillo lleno de fajos de dinero y estoy rumbo a ningún lugar. Sólo sé que mi nombre es Martha”.
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En el año 1976 se estrenó una película que cambiaría por completo la percepción sobre las enfermedades mentales, que abrió un nuevo diálogo entre el cine y la psicología, y que estremeció al público: Sybil. La película protagonizada por Sally Field narraba la vida de una mujer diagnosticada con trastorno de personalidad múltiple (enfermedad conocida hoy en día como trastorno de identidad disociativo), quien tenía más de 16 personalidades. Cuando el libro en el que se basó la película fue escrito, se cambió el nombre para proteger a quien inspiró al autor, pero años más tarde se identificó a la mujer como Shirley Ardell Mason, quien murió en 1998, a sus 77 años a causa de cáncer de mama.
Shirley era una artista estadounidense que tras sufrir abusos a lo largo de toda su vida y tener problemas emocionales, decidió ir a terapia. Según el libro, la terapeuta que la trató, la diagnosticó con este trastorno como consecuencia de los abusos sexuales que había recibido por parte de su madre a lo largo de toda su vida. A pesar de que esta historia impactó al mundo, la realidad es que se cree que la ficción del libro se tomó tan literal, que la enfermedad, de cierta manera, se hizo viral, sin ser algo totalmente comprobado o cierto. Hasta antes de la publicación del libro en el año 1973, en Estados Unidos sólo se habían reportado 75 casos de trastorno de personalidad múltiple; tras la película, se reportaron más de 40,000; sobre todo en Norteamérica. Hoy en día, es sabido que Shirley no presentaba síntomas de personalidad múltiple hasta que su terapeuta utilizó hipnosis y otras técnicas que destaparon la enfermedad.[1]
El trastorno de personalidad múltiple, actualmente denominado como trastorno de identidad disociativa se caracteriza por la existencia de al menos dos personalidades diferentes en el mismo individuo, donde cada una de ellas tiene manifestaciones en la vida del paciente. Además, cada personalidad tiene sus propios recuerdos, comportamientos y preferencias, desde alimentos y hobbies hasta preferencias sexuales y memorias pasadas. En los pacientes que se han estudiado, se ha descubierto que en la vida del paciente predomina una entidad (personalidad) primaria, misma que es pasiva, dependiente, culpable y depresiva. En contraposición con ésta, las otras personalidades son antagónicas, mostrándose siempre diferentes y opuestas a la entidad primaria.
Las personas con trastorno de identidad disociativa se caracterizan por presentar pesadillas recurrentes y tener otro tipo de trastornos diagnosticados como pueden ser trastornos del ánimo, sexuales, del sueño o de conducta alimentaria. Se estima que entre el 70% y el 90% de los pacientes diagnosticadas han sufrido abusos psíquicos, sociales, o sexuales como sucediera con Sybil. Por ejemplo, según el Manual diagnóstico y estadísticos de los trastornos mentales IV (DSM por sus siglas en inglés) los criterios para el diagnóstico de Trastorno de identidad disociativo son los siguientes:
a) Presencia de dos o más identidad o estados de personalidad (cada uno con un patrón propio y relativamente persistente de percepción, interacción y concepción del entorno y de sí mismo).
b) Al menos dos de estas identidades o estados de personalidad controlan de forma recurrente el comportamiento del individuo.
c) Incapacidad para recordar información personal importante, que es demasiado amplia para ser explicada por el olvido ordinario.
d) El trastorno no es debido a los efectos fisiológicos director de una sustancia o una enfermedad médica.
Otro caso donde se demostró la dualidad que puede causar el Trastorno de Personalidad Múltiple es el de Kenneth Bianchi, conocido como el “estrangulador de Hillside”, juzgado por las violaciones y los asesinatos de diez mujeres en California. Sin embargo, Bianchi argumentó en todo momento que era inocente. Por eso, el psicólogo John Watkins, durante una sesión de hipnosis, “logró provocar” la personalidad oculta del asesino. En dicha sesión, el psicólogo afirmó haber descubierto “otra parte de Ken con la que nunca había hablado y que se trataba de una parte diferente de su personalidad” que se identificaba como “Steve”. Incluso Watkins afirmó que cuando hablaba como Steve, Bianchi afirmó que odiaba a “Ken” porque era demasiado bueno y que él (Steve) con la ayuda de un primo, habían asesinado a las mujeres.
A pesar de que la sesión de hipnosis pudiera haber absuelto de responsabilidad a Ken por su presunta condición mental, nunca se pudo probar una “segunda personalidad”. Por el contrario, Ken fue condenado después de que se intuyó que el caso se trataba del de un hábil mentiroso que había leído acerca de la personalidad en múltiples libros de psicología. El caso de Bianchi fue el punto de partida para futuros experimentos, donde destaca el realizado por Nicholas Spanos, quien en diferentes ocasiones (1986, 1994 y 1996), les pidió a varios universitarios que simularan ser asesinos acusados para ser sometidos a un juicio hecho por un psiquiatra. Tras recibir el mismo tratamiento hipnótico recibido por Bianchi, la mayoría logró expresar una segunda personalidad.
Otro caso sonado en Estados Unidos, es el de Billy Milligan: la primera persona que tras ser arrestada a finales de los setenta en Ohio por cometer varios delitos graves con éxito, entre ellos un robo a mano armada y tres violaciones, utilizó con éxito el trastorno de personalidad múltiple como defensa ante un tribunal de justicia, y quedó absuelto. Se le detectaron un total de 24 personalidades, entre ellas la de Adalana, una lesbiana que se confesó la responsable de las violaciones; Arthur, un nervioso hombre inglés, o Ragen, un comunista yugoslavo que asumió la responsabilidad del robo. Los abogados de Milligan, tras serle detectada la enfermedad, aludieron que él nunca estuvo consciente de sus actos. Es en este punto en el que nos preguntamos si en realidad la supuesta “enfermedad” no es más que una de las mejores estrategias de evasión de responsabilidad del crimen y por ende de quedar exento de cumplir una condena.
En palabras de David G. Myers,el trastorno de identidad disociativa se puede explicar de esta manera:
“Los escépticos creen que es sospechoso que este trastorno se haya hecho tan popular a finales del Siglo XX. En Norteamérica, el número de diagnósticos pasó de sólo dos casos informados por década desde 1930 hasta 1960, a más de 20,000 en los años 80. ¿Cómo es posible que durante tanto tiempo no se haya advertido un trastorno tan dramático? ¿No será que el aumento rápido de los casos era justo lo que se esperaba después de que el trastorno fue publicitado en libros y películas? Muchos profesionales nunca han encontrado un caso de identidad disociativa y el trastorno prácticamente no existe fuera de Norteamérica. (…) Un estudio de 12 asesinos con diagnóstico de trastorno de identidad encontró que 11 de ellos habían sufrido abuso infantil grave y traumático. (…) Quizás, entonces, las personalidades múltiples son los esfuerzos desesperados del traumatizado para escapar hacia adentro”.
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Referencias:
[1] Carroll Todd, Robert. The Skeptic’s Dictionary: A Collection of Strange Beliefs, Amusing Deceptions, and Dangerous Delusions. John Wiley & Sons, Inc: United States, 2003
Adolfo Jame Esparcia. “Psicopatología“. Editorial UOC
DSM-IV-TR
David G. Myers “Psicología“. Editorial Médica Panamericana. 7a edición. 2005. – See more at: http://culturacolectiva.com/la-mentira-del-trastorno-de-personalidad-multiple/#sthash.TnS2jvCM.dpuf