10 extraños métodos anticonceptivos del pasado

Desde tiempos inmemoriales ha existido un interés entorno al control de la natalidad

10 extraños métodos anticonceptivos del pasado

Autor: Ángela Barraza

Desde tiempos inmemoriales ha existido un interés entorno al control de la natalidad. Por ello, distintas sociedades han buscado diversos mecanismos para asegurar un dominio sobre el mundo natural. Desde tés, amuletos, hasta ejercicios y lavados vaginales, la humanidad no deja de sorprendernos. Sin embargo, ninguno de los anticonceptivos a continuación a sido científicamente probado, y por ende, se requiere prudencia.

Te presentamos 10 anticonceptivos del pasado que sorprenden por su rareza:

(ATENCIÓN: no intentes ninguno de los siguientes puntos en casa)

1.- La papaya

En el sur y sureste de Asia la papaya inmadura era utilizada para evitar o terminar con el embarazo. Ésta se consumía todavía inmadura puesto que una vez que la fruta alcanza un estado de madurez apropiado para su consumo, pierde los fitoquímicos que interfieren con el desarrollo de las hormonas de la progesterona y por ende, pierde su efecto como anticonceptivo y sus propiedades “abortivas”. Incluso, los hombres consumían semillas de papaya de manera diaria pues éstas reducen la producción de esperma. Una vez que el hombre dejara de consumir semillas de papaya, éste volvía a producir esperma y por tanto recuperar la posibilidad de lograr la concepción. Actualmente esta información se ha difundido como un método anticonceptivo natural, sin embargo, no existen pruebas científicas concretas que avalen los argumentos.

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2.- Mercurio

Distintas civilizaciones han empleado el consumo del mercurio como un método efectivo de control natal. Desde los asirios, los egipcios y hasta los griegos empleaban el elemento como método anticonceptivo. El mercurio, desde tiempos antiguos, ha sido valorado por sus usos medicinales, desde sus propiedades para tratar erupciones de la piel hasta para la sífilis. Particularmente, en China, las mujeres bebían mercurio caliente para prevenir el embarazo puesto el elemento causaba una importante toxicidad en el cuerpo que al notar que se estaba gestando algo en el vientre, rechazaba su crecimiento por considerar que el cuerpo de la madre no era apto para enfrentar el embarazo. Sin embargo, en realidad se trataba de un envenenamiento a pequeña escala donde efectivamente el mercurio fungía como anticonceptivo pero también podía causar males en el hígado, el cerebro y los pulmones.

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3.- Coca – Cola

Debido a la escasa información que existía en torno a la sexualidad y el cuerpo humano, los romanos y los griegos consideraban una manera efectiva el “lavar” el conducto vaginal con distintas sustancias para expulsar el esperma y evitar así la concepción. Por ello, se utilizaba agua con sal, vinagre, jugo de limón y en general cualquier líquido con un pH ácido. Sin embargo, a mediados del Siglo XX, en una sociedad aparentemente más informada, las adolescentes en los Estados Unidos limpiaban sus vaginas con Coca Cola, aunque dicha bebida no tiene ningún efecto espermicida en absoluto. El método consistía en sacudir la botella de la bebida e insertarla en la vagina para que el chorro saliera disparado al interior, limpiara el útero y evitara así el embarazo. No existe ninguna prueba científica que permita avalar el uso de la Coca Cola como espermicida, además claro, de que “un lavado interno” no evita la concepción.

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4.- Amuletos: testículos de comadrejas, cera del oído de mula o el útero de la mula

Durante la Edad Media, al igual que se creía que el mejor momento para la concepción ocurría durante la menstruación, también se creía que diversos amuletos podían evitar el embarazo. Para ello, se utilizaban por ejemplo, testículos de comadrejas alrededor del muslo, cera del oído de una mula, el útero de ésta o un hueso derecho de gato negro atado al muslo. A pesar del mal olor que el uso de estos amuletos pudiera ocasionar, se tenía la firme certeza de que lograba evitar el embarazo. El uso de amuletos en esta etapa podía ser considerado como herejía pero en comparación con cualquier método intrusivo en la vagina, solía ser mucho más seguro.

video-undefined-219AA9E100000578-181_636x358Fuente de la imagen: EngenderHealth video

5.- Tampones de lana

Existe un manuscrito médico fechado en el 1550 a.C. que relata cómo las mujeres eran aconsejadas para evitar el embarazo. Para ello, se sugeria moler dátiles, corteza de un árbol de acacia y miel para crear una pasta que se embarrara en un trozo lana para insertarla en la vagina. Más que la lana como tal que funcionaba como una barrera para que el esperma no llegara al óvulo, eran las sustancias del trozo las que tenían efecto. En este caso, la acacia se fermenta y crea ácido láctico, espermicida científicamente probado.

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6.- Estiércol de cocodrilo

Aunque pensar en los egipcios es pensar en elegancia, riquezas, en orden, en razonamiento lógico matemático, y un sinfín de aportes a la humanidad, ellos también se fueron a lo más básico para evitar embarazos indeseados: el estiércol de cocodrilos. Se dice que mezclaban este ingrediente “natural” con miel, para crear un espermicida, y se lo insertaban en la vagina. Según escrituras antiguas que datan del 1850 a.C., la miel, que es un antibiótico natural, mezclada con el estiércol fungían como espermicida al tener propiedades alcalinas.

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Fuente de la imagen: EngenderHealth video

7.-Ejercicios físicos

Un ejercicio anticonceptivo “físico” el pasado, por absurdo que nos pueda sonar, consistía en que la mujer con el fin de eliminar la eyaculación depositada en la vagina, antes de que se produjera el embarazo, debía levantarse con un movimiento abrupto, estornudar y sonarse la nariz varias veces. Después, debía gritar con todas sus fuerzas y saltar hacia atrás reiteradamente. Otra manera un poco menos escandalosa y agitada de eliminar restos de semen, era orientar con los dedos el flujo de la orina para limpiar la vagina. También hay historias que cuentan que las mujeres hebreas de la antigüedad eran capaces de expulsar la eyaculación de sus vaginas realizando fuertes contracciones de los músculos vaginales[1]. Por otra parte, Soranus, uno de los primeros médicos de la antigua Grecia sugirió a la mujeres que no querían concebir, que inmediatamente después del acto aguantaran la respiración, estornudasen, y bebieran un vaso de agua fría. Para asegurar el efecto, recomendaba también darse golpes con los propios talones en las nalgas, y saltar varias veces para desprender “la semilla”.

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8.- DIU de la antigüedad

El DIU (Dispositivo Intrauterino) es hoy en día, uno de los métodos anticonceptivos más utilizados. Este pequeño dispositivo en forma de T que se coloca dentro del útero para prevenir el embarazo, y que puede durar hasta 12 años, no es un invento nuevo. Desde la antigüedad, aunque en otros formatos, se utilizaron una serie de frutos, plantas y materiales con el mismo fin: impedir la entrada del semen al útero, y con esto la unión de los espermatozoides con el óvulo. Se dice que Casanova tomaba la mitad de un limón parcialmente exprimido y lo insertaba en el cuello del útero de sus amantes para impedir el embarazo. Por otra parte, en Asia, las trabajadoras sexuales se insertaban discos de papel aceitado, y en la Isla de Pascua (Polinesia) algas marinas[2]. También se han encontrado casos en los que las mujeres utilizaban con el mismo fin tapas de teteras, caucho, lana, etc.

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9.- Infusiones y tés para evitar el embarazo

Los tés e infusiones hechas con ciertas plantas como el poleo se empleaban para inducir el aborto. Poco tiempo después se descubrió que consumir en exceso la infusión de esta planta podía ser tóxica para el cuerpo y afectar a múltiples órganos. También la planta Dong Quai o Angélica China es conocida por sus potentes efectos sobre el ciclo menstrual. De las raíces de esta planta se hacía un tónico que tenía dos efectos: al ser consumido en moderación durante la menstruación, aliviaba los dolores. Si se tomaba durante el embarazo temprano, podía causar contracciones intrauterinas e inducir al aborto.

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10.- Hígado de gato, ano de liebre o testículos de castor

Entre otras prácticas poco convencionales referentes a los poderes “curativos” y “mágicos” de los animales para evitar embarazos, también se descubrió que en Europa, durante la Edad Media, los huesos de gato o su hígado disecado eran empleados como amuleto contra la concepción, de la misma manera que el ano de una liebre. Más recientemente, en Canadá, las mujeres  hacían una “poción” con testículos de castor disecado y macerado en una solución alcohólica y la bebían.

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Referencias:

[2]  Himes, Norman E. Medical History of Contraception. Gamut Press, Inc.: Nueva York:  1963
[1] PlannedParenthood
ABC Australia
Male contraceptives
NY Post
DailyMail
Planet Parenthood
LA Times

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