La Comisión de Trabajo, en la votación particular del proyecto de Reforma Laboral, aprobó la prohibición de los empleadores de realizar un reemplazo de los trabajadores en huelga, por trabajadores propios o externos. El diputado Tucapel Jiménez (PPD) afirmó que este cambio va a permitir “que los trabajadores por fin tengan un derecho real a huelga”, y añadió que la figura del reemplazo afectaba a los trabajadores, que terminaban desgastados, con represalias y despidos, sin conseguir nada con sus movilizaciones.
El parlamentario recalcó que la huelga es la última instancia y que en todos los países donde existe la negociación colectiva, las huelgas y conflictos laborales son menores.
“Cuando hay buenas relaciones laborales no solo se beneficia a los trabajadores sino que también a los empresarios y aumenta directamente la producción. Un trabajador contento, con condiciones dignas, con buenos sueldos, produce mucho más que un trabajador en malas condiciones”, destacó el diputado Jiménez.
La Ministra del Trabajo, Ximena Rincón, también aplaudió la aprobación del artículo que pone fin al reemplazo de trabajadores en huelga, ya que sitúa a Chile a la altura de la legislación internacional en esta materia.
Agregó que Chile debe tender “a negociaciones colectivas serias, responsables, en donde exista mejor simetría entre trabajadores y empleadores. (…) En la medida que tengamos un ambiente de trabajo de mayor sintonía, de mayor complicidad desde el punto de vista de los logros, avanzamos hacia un trabajo de mejor calidad”.
Servicios mínimos
Por su parte, el diputado Patricio Melero (UDI) sostuvo que el fin del reemplazo debe mirarse en conjunto con las normas aprobadas “sobre servicios mínimos que los sindicatos tendrán que asegurar para que durante la huelga esa actividad no tenga un daño irreversible y complejo”.
Estos artículos estipulan que la Comisión Negociadora Sindical estará obligada a proveer durante la huelga al personal destinado a atender los servicios estrictamente necesarios que permitan atender las operaciones y evitar un daño grave, actual e irreparable a las instalaciones e infraestructura.
Estos servicios, así como el número de trabajadores y calificación profesional o técnica, deberán ser determinados antes del inicio de la negociación colectiva.
Al respecto, el diputado Melero destacó las indicaciones del Ejecutivo en esta materia que obligan a mantener trabajadores en aquellas funciones “para que no se afecte el patrimonio, el medio ambiente o aquellas que tengan que ver con la salud pública o bienes públicos”.
Sin embargo, explicó que quedó pendiente revisar situaciones como las de empresas como el Metro, que en caso de paralización, a su modo de ver, “podría generar un efecto muy negativo”.
A juicio del diputado socialista, Osvaldo Andrade, esta norma se equilibra con una de las iniciativas más sentidas de los legisladores de la Nueva Mayoría, que es poner fin al reemplazo de trabajadores que se encuentran en huelga.
“De esta forma se asegura una continuidad en las faenas, en lo estrictamente necesario y sin alterar el principio del derecho a la huelga”.
Pactos de adaptabilidad
La Comisión de Trabajo aún debe pronunciarse sobre los artículos referidos a los pactos de adaptabilidad, donde empleadores y sindicatos podrán negociar materias nuevas como jornadas de trabajo y horas extraordinarias.
En este punto, el diputado Patricio Melero indicó que dichas normas “generan un espacio interesante sobre adaptabilidad, que se hace cargo de un mundo del trabajo que no puede ser tan rígido” para poder enfrentar la competencia y otros mercados.
“Creo que la reforma ha tenido algunos cambios que ha incorporado mayor flexibilidad laboral pero, sin embargo, sigue siendo un proyecto que conserva materias que creo yo terminarán afectando negativamente a los trabajadores chilenos, el crecimiento y el empleo”, concluyó.
El texto sería despachado desde la Comisión de Trabajo esta semana, para ser remitido en segundo trámite a la Comisión de Hacienda, y podría ser votado por la Sala a fines del mes de junio.