La creación, en noviembre de 1999, del Congreso de Unificación Anarco Comunista, marcó un hito en el desarrollo del anarquismo social y políticamente organizado en el Chile post dictadura. Esa experiencia de cuatro años y su posterior atomización fue el material de reflexión de un encuentro realizado el pasado viernes y sábado en el centro de Santiago.
Alrededor de 120 jóvenes -40% de los cuales eran mujeres- asistieron a la jornada “10 años de Comunismo Libertario”, que se llevó a cabo el pasado viernes 8 y sábado 9 de enero en el local de la Confederación Nacional de la Construcción, Maderas-Materiales y actividades conexas (CNTC), ubicado en el barrio Toesca de la capital. Las y los participantes provenían del ámbito estudiantil, obrero y poblacional.
En la actividad, se presentaron ponencias que reflexionaron sobre la historia, las ideas y las experiencias del anarquismo criollo. Se destacó la labor de organizaciones como la IWW, la CGT y el MUNT, de activistas como Juan Gandulfo en la FECH, o Nolasco Arratia y Ernesto Miranda en el mundo sindical; este último tuvo destacada actuación en la fundación de la CUT en 1953 junto a Clotario Blest. También se hizo una reseña de la FAI-Chile y del Movimiento 7 de Julio.
Víctor, de la Corriente de Acción Libertaria, se refirió a cinco aspectos de la historia de la tendencia ácrata en Chile: presencia en organizaciones laborales, en agrupaciones de pobladores, de estudiantes, en centros culturales y en organizaciones específicas y de prensa.
El filósofo Pablo Abufom realizó una revisión del devenir doctrinario del comunismo anárquico, señalando como hito fundacional los congresos que se realizaron en Europa entre 1872 y 1876. El anarquismo es una corriente libertaria al interior del socialismo revolucionario, cuyos referentes principales son la Comuna de Paris (1871), la primera etapa de la Revolución rusa (1917-1921) y la Revolución española (1936-39).
Explicó que, aunque sin una ortodoxia, es una tendencia sistemática y con coherencia entre medios y fines.
Además, señaló que, producto de la casi desaparición del anarquismo chileno durante las décadas del 60 y 70, quienes adhirieron a esta tendencia durante los años 90 se encontraron huérfanos de referencias, lo que representó aspectos positivos pero también debilidades.
El dirigente de los obreros de la construcción, Jorge Hernández, expuso acerca de la labor de anarquistas en algunos sindicatos actuales. Otro expositor se refirió al trabajo de los libertarios en las orgánicas de pobladores y de quienes luchan por la vivienda. Por su parte, Mario Celis habló sobre la experiencia en Chile de la corriente libertaria conocida como Ecología Social.
Este último, junto al sociólogo Felipe Tombolini y al profesor Cristian Olea, hicieron un análisis de la experiencia del Cuac -Congreso de Unificación Anarco Comunista (1999-2004). Una práctica que tuvo sus orígenes en la confluencia de individualidades y grupos que se produjo a partir de la ocupación denominada “La Casita” en 1997-98.
Posteriormente, Ignacio, de Estrategia Libertaria, presentó un resumen de las experiencias desde 2004 hasta hoy (CRA, OCL, FAO, FEL, etc.).
Entre otros temas, se destacó que la fragmentación del anarco-comunismo ha dejado espacio para que la visibilidad anarquista haya sido hegemonizada –con el apoyo de la gran prensa y debido a la explosión de bombas y a la muerte de Mauricio Morales– por la corriente insurreccional, a la cual se le mira con recelo por su carácter a-social.
De las lecciones que dejan estos últimos 10 años de comunismo libertario en Chile, se nombró el exceso de “purismo” ideológico y la inmadurez, que condujo a quiebres producto de diferencias más personales que políticas. Del mismo modo, se concluye que es preciso una permanente reflexión sobre la gran complejidad que significa la construcción de organización política anarquista. Por esto, las y los participantes coincidieron en que esta jornada sólo es un primer paso para la formación de una orgánica federativa a nivel nacional, proceso que se espera concretar durante este año 2010.
La jornada finalizó el sábado en la noche con una convivencia en un boliche de Avenida Irarrázabal.
El Ciudadano
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