La mala memoria dicen. Quizás. Lo cierto es que pese al contingente policial desplegado y el claro interés del gobierno de Bachelet de olvidar que durante su gobierno han sido asesinados un obrero forestal y dos jóvenes mapuches por parte de carabineros, hechos que han sido avalados por el Ejecutivo, el recuerdo se hace presente.
Así ocurrió este lunes en la inauguración del Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos, cuando Katherine Catrileo, hermana del comunero muerto por Carabineros en enero de 2008, Matías Catrileo, se subió a una torre de iluminación justo cuando la presidenta iniciaba su discurso.
Catherine subió a la torre acompañada de otra mujer, e increparon el silencio de la mandataria y el escaso avance en la investigación judicial para esclarecer el crimen.
Ambas manifestantes fueron sacadas de la torre por carabineros y detenidas.
ANTES DEL FINAL
El anunciado fin de los gobiernos concertacionistas apuró la inauguración del edificio conmemorativo, que constituye el primero en rescatar un pasado que muchos quieren olivar en el hemisferio sur.
El museo se suma a otros lugares de memoria, como el Museo de Derechos Civiles y el Sitio Histórico Martin Luther King en Estados Unidos, el Museo Gulag en Rusia y el Museo Distrito 6 en Sudáfrica.
El espacio significó una inversión de casi doce mil millones de pesos y tendrá una superficie cercana a los cinco mil 600 metros cuadrados. En su interior se exhiben documentos, testimonios, material de audio y fílmico sobre las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet.
Pero pese al interés de rescatar para no olvidar, el museo no cuenta con total respaldo de organizaciones de derechos humanos.
La presidenta de la Agrupación de Ejecutados Políticos, Alicia Lira, si bien valora la iniciativa, cuestiona la inclusión de Óscar Godoy y Arturo Fontaine al directorio, ambos miembros de la llamada “derecha liberal”.
«Hasta la fecha mantenemos nuestra actitud crítica respecto al directorio donde están presentes el señor Oscar Godoy y Fontaine, porque no sentimos que representan la opinión democrática sobre las violaciones a los derechos humanos en Chile, y con una postura de complicidad que mantuvieron con la dictadura militar, por lo tanto, mantenemos nuestra opinión de rechazo a estas designaciones»- dijo Lira.
Una postura parecida tiene la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, quienes tampoco participarán de la inauguración del Museo de la Memoria.
Más críticos son los miembros de la Agrupación Nacional de Ex Presos Políticos. Su presidente, Héctor Cataldo criticó, además, la propuesta de algunos sectores de ampliar la muestra del museo, considerando además los hechos ocurridos durante el Gobierno de Salvador Allende.
«Cómo se les puede ocurrir que vamos a aceptar que en un museo de este tipo se proyecten las violaciones a los derechos humanos al período previo al golpe de Estado cuando el tema surge en ese hecho. Con esa decisión política de la derecha y el imperialismo, de utilizar los DD.HH como un camino a recuperar sus privilegios, eso no es posible»- aseguró Cataldo.
Cataldo ademá criticó que se hay invitado a la ceremonia al escritor Mario Vargas Llosa, quien fue abucheado por un grupo de participantes del evento. El intelectual apoya la candidatura del derechista Sebastián Piñera.
Los manifestantes, principalmente miembros del Partido Socialista, según informó Radio Bio Bio le gritaron consignas como “traidor” o “fascista”, en una muestra de intolerancia y desesperación ante el complicado escenario electoral para la coalición oficialista.
El Ciudadano
Fotos: José Luís Valdivia
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