De acuerdo con los resultados de un nuevo estudio, realizado por el equipo de investigadores liderado por el profesor de psicología Jean Twenge de la Universidad Estatal de San Diego, la última generación de adolescentes es posiblemente la menos religiosa de las últimas seis décadas y probablemente de toda la historia de EE.UU.
En comparación con finales de los años 70, en la actualidad el número de jóvenes de 17 y 18 años que nunca asisten a servicios religiosos es el doble. En relación a los años 80, el doble de estudiantes de los últimos años de la escuela y el triple de estudiantes universitarios han contestado que no pertenecen a ninguna religión. Al mismo tiempo, en comparación con principios de los años 90, un 20 por ciento menos de estudiantes universitarios ha afirmado que el nivel de su espiritualidad está «por encima de la media».
Las conclusiones de este estudio, publicado por la revista Plos One, coinciden con las declaraciones de muchos expertos en todo el mundo que predicen el crecimiento del ateísmo. «En la actualidad hay muchos más ateos que nunca», anunció hace unos meses Phil Zuckerman, uno de los profesores de Sociología y Estudios Seculares en el Pitzer College, EE.UU. Esta afirmación queda confirmada por los datos de una encuesta de Gallup International, realizada entre 50.000 personas de 57 países: el número de personas que no se consideran religiosas creció un 9% y ascendió al 32% de los encuestados entre 2005 y 2011.
En 2013, el psicólogo Nigel Barber afirmó en su libro titulado ‘Why atheism will replace religion’ (‘Por qué el ateísmo va a sustituir a la religión’) que el número de personas religiosas en muchos países desarrollados será una minoría para 2041.
En concreto, el libro está basado en un estudio sobre las creencias de personas en 137 países y descubrió que el ateísmo aumenta en las zonas más desarrolladas a medida que las personas se hacen cada vez más ricas. El libro parte de la idea de que las personas no tienen que depender de influencias sobrenaturales cuando las posesiones materiales satisfacen sus necesidades. Se produce un declive en la religión no solo por el mero hecho de que las personas se hacen más ricas, sino también por las mejoras en el nivel de vida, la disminución de enfermedades graves, una educación y estado de bienestar mejores, precisó el autor.
No obstante, a pesar de estas pruebas empíricas y de las numerosas predicciones de los expertos sobre la popularización del ateísmo, al menos en los países desarrollados, el contexto global puede ser bien distinto. Por ejemplo, pese a que un estudio del Pew Research Centre publicado en abril de 2015 también confirmó que el número de personas sin afiliación religiosa crecería de forma significativa para 2050, el número de musulmanes y cristianos registraría un aumento mucho mayor, de modo que la proporción de personas no afiliadas a ninguna religión de hecho se reduciría desde 16,4% en 2010 hasta 13,2% en 2050.