Tras una reunión previa con Marco Enríquez-Ominami, los humanistas le hicieron saber su posición respecto a que no compartían la eventualidad de un gesto a Frei. Así lo confiesa el presidente de la tienda naranja, Efrén Osorio, para quien “Había una linda oportunidad de comenzar un nuevo ciclo en la política chilena, pero con esta señal se mantiene la inercia del ciclo anterior”. Y agrega: “Entendemos su decisión, sin duda la presión fue tremenda, pero no la compartimos”.
¿Qué le parece a los humanistas el apoyo que dio ayer Marco Enríquez-Ominami al candidato de la Concertación?
-No compartimos el apoyo que ha dado Marco Enríquez a la candidatura de Eduardo Frei. La gracia que había tenido la figura de Marco Enríquez era aparecer independiente de los dos bloques tradicionales y, como él mismo ha dicho, tanto Frei como Piñera son rostros y figuras del pasado. Y si Chile cambió, como se dijo a lo largo de toda su candidatura, lo que correspondía era dar una señal distinta a la tradicional.
-El apoyo que dio ayer Marco Enríquez-Ominami al candidato de la Concertación es una señal tradicional, dentro de la lógica del Chile antiguo, encasillada dentro de la lógica del mal menor y del chantaje, y por tanto no la compartimos. No obstante, como partido dimos libertad de opción frente al voto en segunda vuelta, y Marco está –tal como ha señalado- ejerciendo libremente su derecho a voto. Es una opción que ha tomado, legítima, pero que los humanistas no compartimos.
¿Con sus palabras, la idea de “Marco en primera, segunda y tercera vuelta”, quedó atrás?
-No entendemos el porqué de su gesto, ya que entre el 13 de diciembre y hoy no se han producido modificaciones reales en la Concertación. Que el Ejecutivo pusiera urgencia a proyectos emblemáticos que estaban en el programa de gobierno, como la Ley de Educación o la de Aguas no implica que sean aprobados, de hecho han tenido bastantes dificultades de tramitación. Si uno ve las discusiones, entiende que pasada la fecha electoral no van a ser aprobadas la mayoría de estas leyes. Quizás la única ley que finalmente se aprobará es la de la inscripción automática, muy importante, pero se aprobará casi por una cuestión estética pues es insostenible la mantención del actual padrón so riesgo de tener en las próximas elecciones puros electores votando con bastón… Por tanto, lo único que queda es pensar en presiones muy fuertes que se produjeron, y sobre eso sale este llamado maquillado, tibio, que -al menos- deja muy en claro que representa una opción personal.
¿A presiones de qué tipo, se refiere?
-Son los fantasmas de un mundo que se fue, las variables de una ecuación política que ya no va, son los tironeos propios de la Concertación los que de alguna manera hicieron cambiar de posición a MEO. Pero nosotros mantenemos la posición adoptada en nuestro Consejo General respecto a dejar en libertad de acción a nuestros electores, en términos de que serán ellos mismos quienes deberán definir su voto.
¿ME-O defraudó a sus adherentes y sepultó sus opciones futuras?
-No creo en juicios tan categóricos y definitivos, la opción de Marco podrá seguir vigente aún con la actual decisión, dependiendo de si es capaz de retomar esa frescura que encantó a tanta gente. Muchos de sus adherentes vemos que con este llamado, Marco Enríquez pierde un poco su gracia, esa gracia de díscolo, de irreverente, de no estar enmarcado con los parámetros de la política tradicional, pero el 20% que lo apoyó es bastante heterogéneo y las opiniones frente a su pronunciamiento han de ser diversas.
¿Tambalea el nuevo referente que se pretende crear, tras el llamado de Marco Enríquez?
-Habrá que conversar, analizar y esperar los resultados del próximo domingo. En el caso nuestro, será nuestro Consejo General la instancia que definirá lo que viene más adelante. Indudablemente se corre el riesgo de ser más de lo mismo, de pasarse a la forma antigua de hacer política, y dentro de eso es que sentimos que Marco Enríquez pierde un poco su gracia.
-Para ser muy claros, entendemos que un gobierno de derecha es un tremendo retroceso, que con Sebastián Piñera a la cabeza tendremos un gobierno que va a favorecer a los grandes grupos económicos, que se trata de un lobo con piel de oveja, que en su equipo hay mucha gente vinculada a las violaciones con los DDHH, que no da lo mismo quien gobierne pero frente a la disyuntiva de dos candidatos del pasado, corresponde dejar la decisión en el fuero personal de cada uno y comenzar a construir una alternativa autónoma a los dos bloques que han gobernado el país… Lo que en definitiva los humanistas sostenemos es la construcción de una alternativa distinta a los dos bloques, que deja atrás el chantaje del mal menor, que se constituye mirando hacia el futuro más que hacia el pasado, con independencia a los poderes fácticos tanto de la Concertación como de la Derecha…
¿Tendrá efectos electorales el próximo domingo?
-Cada persona tendrá que definir en la intimidad de su conciencia el qué hacer frente a una disyuntiva que es una disyuntiva del pasado. Lamentablemente, Frei sigue usando las mismas mañas de la política tradicional. Hoy aparece diciendo que los humanistas lo estamos apoyando, lo cual es absolutamente falso. Nosotros como partido hemos hablado de libertad de opción pero en ningún caso hemos dado un apoyo explícito a Frei. Hay alguna gente nuestra que votará por él, otra que va a anular, otra que va a votar blanco y otra que se abstendrá. Con Piñera tenemos insalvables diferencias pero a Frei no le creemos, por tanto mal podríamos llamar a votar por él. Además, como partido no podemos endosar votos ni hacer un llamado porque no hemos visto ningún cambio real ni concreto en la figura de Frei ni en sus dirigentes más cercanos.
-Por lo demás, durante todo el primer semestre del año 2009, nosotros sostuvimos reiteradas reuniones con la Concertación y le advertimos del avance de la derecha, no por mérito de Piñera, sino por las reiteradas embarradas de la Concertación, advertimos que era necesario rectificar rumbo, pero la soberbia enceguece y vuelve sordos, y no se nos escuchó, y resulta que ahora -cuando están a punto de perder su peguitas- se acuerdan que existen otros sectores a los que han ninguneado o anulado en todos estos años. No obstante esto, y porque no da lo mismo quien gobierne, es que nos parece sano no llamar a votar nulo, dejándole la opción a la propia gente de tomar su decisión.
Por Juan Pablo Burgos
El Ciudadano