Unas 500 personas se concentraron el lunes por la tarde en una piscina de McKinney (Texas, EE.UU.) para protestar contra la agresión policial sufrida este sábado por unos adolescentes de raza negra en ese recinto.
El incidente fue grabado en un vídeo que se ha extendido por las redes sociales como una mancha de aceite y ha provocado una gran indignación en un país en el que durante los últimos meses se han sucedido los escándalos por casos de brutalidad policial.
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En la cinta se aprecia como un agente blanco del departamento de Policía de McKinney, identificado por el cuerpo como Eric Casebolt,inmoviliza a una joven de 14 años, un acto que provoca la reacción de los amigos de la chica, que lo rodean, a lo que este responde empuñando su arma reglamentaria y apuntando contra el grupo.
Los chicos asistían a una fiesta en la piscina pública de Craig Ranch, un barrio de mayoría blanca y acomodado de McKinney.
El departamento de Policía de McKinney explicó en un comunicado que el incidente ocurrió después de que los agentes, alertados por llamadas de los residentes, «se encontraran a una multitud de jóvenes que rechazaron cumplir sus órdenes».
Las llamadas denunciaban que un grupo de chicos «ajenos al barrio» estaban provocando «incidentes».
Pese a esa justificación, la Policía de McKinney ha abierto una investigación, y ante la presión social ha suspendido temporalmente a Casebolt.
«El problema con McKinney no es solo racial, también es de clase», dijo hoy durante la protesta el reverendo Derrick Golden, de la Amazing Church, que rechazó hacer comparaciones con Ferguson o Baltimore, ciudades que en los últimos meses han vivido importantes protestas raciales.
Según denunciaron algunos de los jóvenes afroamericanos involucrados en el incidente, los residentes de Craig Ranchles increparon y la Policía, agregaron, tuvo una reacción racista.
De hecho, algunas versiones apuntan que la pelea empezó cuando una mujer les dijo a los jóvenes de forma despectiva que regresaran a la «Sección 8», el barrio de mayoría afroamericana en el que residen.
La mayoría de los 500 asistentes a la protesta del lunes eran afroamericanos y muchos conocidos de los jóvenes, a los que consideran «buenos chicos que recibieron un trato injusto», reportó el periódico local The Dallas Morning News.