Para empezar, examínate bien. Mírate fijamente en el espejo y sé muy consciente de si realmente tienes papada, si es que has engordado de forma general o, incluso, si se trata de un problema de postura. En caso de que efectivamente tengas papada, fíjate bien en cada uno de los apartados siguientes y toma la alternativa que más se ajuste a ti y que te ayude a reducirla.
Ten en cuenta que en la mayoría de los casos, el efecto de la papada viene directamente de la postura que se toma. El no posicionarse de una forma completamente estirada y recta, sino por el contrario encorvada, genera el aumento de la papada. Fíjate bien cómo andas y corrige tu postura, ésto te ayudará a mejorar la apariencia de tu papada.
Normalmente, cuando crece la papada suele ser por un problema de sobrepeso general. Esto quiere decir que deberías replantearte un adelgazamiento general, perder peso de una forma constante y controlada para mejorar tu estado físico. Seguro que de esta forma disminuye tu papada.
Es muy importante realizar ejercicio físico que tonifique tu cuerpo y tu musculatura general, incluyendo por supuesto la zona del cuello y el pecho, una solución que te ayudará a reducir tu papada.
Un corte de pelo adecuado te ayudará a disimular tu papada. Es fundamental que lleves el pelo adecuado a la forma de tu cara para que esta luzca de la mejor manera posible. Un bien estilista te ayudará.
Existen cremas reductoras también para esa zona. En una farmacia o en un centro de estética te podrán proporcionar las más adecuadas para ayudarte a reducir tu papada.
Si ninguno de los trucos anteriores dan efecto, consulta a un médico, él te indicará si es necesario o no pasar por quirófano y que alternativas se pueden tomar para mejorar la apariencia de tu papada y hacerte sentir mejor.
Fuente: uncomo.com
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