Ya pasaron diez años desde que un trío de nombre inolvidable se formó en los patios del Pedagógico santiaguino para tocar. Hoy ni Doctor Pez ni Mimo ni Ulra están haciendo clases, pero los tres son Solteronas en Escabeche, uno de los grupos más particulares y con más que decir en Chile ahora. Tanto que su inminente segundo disco va a ser doble.
Su primer disco se iba a llamar «Pan». Pero se demoró algo más de lo presupuestado, así es que fue necesario cambiar el nombre.
«Pan duro» apareció en 2005. Y ahí se escuchan los primeros siete años de música de Solteronas en Escabeche, un trío chileno que ya supera la década de vida desde su inicio en 1998 y que ha trabajado a ese ritmo propio durante todo este tiempo.
Ahora ya es momento de mostrar música nueva, y el pan que se volvió pan duro hace unos años tiene que ver de partida con el potencial título del inminente segundo disco, doble, que el grupo está terminando, previsto para los próximos meses: «Circo puro».
–O «Puro circo»: todavía no lo hemos definido muy bien -explica Doctor Pez, cantante y guitarrista del trío junto al bajista Felipe Mimo Rapaz y al baterista Raúl Ulra Díaz–. Es para asociar la idea de «pan y circo», y la rima de «Pan duro» y «Circo puro». Pero también «Puro circo» es un juego con «puro Chile».
OCUPA Y CUESTIONA
Ideas no faltan en Solteronas en Escabeche. Y es así desde las profusas letras que escribe Doctor Pez hasta la múltiple naturaleza de la música del trío, propulsada por un baterista que integra en paralelo una serie de grupos desde cumbia a música experimental; por un bajista que proporciona el peso rockero a la música y por un cantante que tiene desde rock a folclor en su ADN y que jamás renunciará a su guitarra de palo por una eléctrica.
Los actuales integrantes del trío estudiaron en su momento en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, UMCE, más conocida como el Pedagógico. Mimo y Ulra salieron de ahí para estudiar además licenciatura en composición, pero esa marca permanece en el repertorio del grupo, en canciones como «Pedasónico» o «Piedras y palos», que incluye el emplazamiento «¿Cómo educarlos / para que sean más que piezas del motor / que pide el Estado al profesor?»
¿Piedras y palos tiene que directamente con haber estudiado ahí?
Totalmente –dice el cantante–. El Estado pide al profesor que los alumnos sean parte del motor, de la máquina, del sistema que se siga reproduciendo. Se llama «Piedras y palos» porque por un lado me agarré de la frase de Einstein, «No sé con qué armas se va a luchar en la Tercera Guerra, pero sé que la Cuarta va a ser con piedras y palos». Y por otro lado tiene que ver con el Pedagógico. Con el Piedragógico, con la lucha de piedras y palos. Y eso lo puedo extrapolar a un montón de luchas, a los mapuches, a las okupas, a los deudores habitacionales, que tienen que recurrir a armas que están a su alcance.
Aparte puede ser casual o no, pero ¿ninguno de ustedes trabajó como profesor? ¿Es por ese cuestionamiento también?
Mira, vas a meterte en las patas de los caballos –avisa Doctor Pez–. Yo estudié pedagogía y me retiré porque no estoy de acuerdo con el sistema educacional actual pero para nada. En realidad ninguno de los tres está de acuerdo con el sistema en macro. Pero en el punto específico de la educación, a medida que estudiaba pedagogía me interesé en teóricos como Ivan Illich (autor del libro «La sociedad desescolarizada», 1971) o John Holt, los primeros teóricos en plantear el tema de la desescolarización, que tiene que ver con desinstitucionalizar la educación, algo utópico, pero creo que pecamos los tres de utópicos acá. Siempre me interesó lo autodidacta, el aprendizaje personalizado, y yo hice esa letra con respecto a eso. No estoy de acuerdo en hacer clases, dejé en claro que a un colegio no voy a ir.
Solteronas en Escabeche grabaron su primer disco con el rapero Subverso como ingeniero, y parte del segundo en el Centro Cultural AKI, el espacio desalojado por la policía en julio último de la casa que ocupaba.
El de las casa okupa se ha vuelto un tema judicial, con desalojos policiales. ¿Qué les parece ese giro que ha habido?
El Estado debe mantener un estado de cosas, para eso tiene leyes y normas, y las okupas en ese estado de cosas son ilegales. Ahí está el rollo de legal y lo legítimo. Es legítimo hacerlo. Pero es ilegal. Entonces algún día te van a tirar el guante encima –dice el baterista.
Aparte al Estado le sirve hacer estas demostraciones para mantener el estado de terror que tiene este gobierno, y que han tenido todos. Necesitan justificarse –agrega el bajista.
Da lo mismo el gobierno: un Estado dictatorial es más duro, pero ¿en democracia? También, sólo que más solapado –distingue el baterista–. Están acallando las pocas voces independientes, autónomas. O están fuera del mercado o fuera de la legalidad.
La lucha social se puede hacer con el arte y la cultura o con armas más radicales, pero lo importante es coordinar una nueva propuesta –dice el cantante–. Yo me califico de ambiguo también en ese sentido: no somos panfletarios ni decimos cuál es el camino, simplemente hacemos un cuestionamiento. Lo mismo pasa con las okupas: ya que existan es un cuestionamiento.
David Ponce
Onda Corta
El Ciudadano