La cultura de una defensa feroz e irracional de la propiedad privada promovida en Chile por autoridades y medios de comunicación ha traído consecuencias. Tremendamente violentas en algunos casos, como los de las mediatizadas detenciones ciudadanas, que cuentan con un enorme apoyo popular pero cuyo análisis se reduce a saborear cuántas fueron las patadas y combos que recibió el lanza, el delincuente, el lumpen, el desadaptado social, el flaite.
El pasado 7 de junio, el cantautor chileno Ángelo Pierattini, líder de la banda Weichafe, fue víctima de ellos. Intentaron robar su auto por segunda vez en una semana. Sin embargo, en vez de hacer uso de su lugar como cantante conocido para despotricar contra esos ladrones, decidió dedicarle a través de su cuenta de Facebook sus letras más agudas a quienes tienen el privilegio de delinquir, pero seguir siendo tratados con respeto y en algunos casos hasta de “honorables”.
Acá el lúcido párrafo con el que el músico disparó:
“Segundo vidrio del auto que me rompen en una semana, no me robaron nada por que (sic) no había nada que robar. Los ladrones poderosos, ya sean políticos o empresarios, nos rompen el vidrio de nuestra integridad como seres humanos privatizando los derechos básicos y legislando al beneficio de su bolsillo. Los ladrones angustiados de la calle, estos que en una semana me han tratado de robar dos veces, son consecuencia del sistema que tanto protegen los ladrones poderosos.#educaciongratuitaydecalidad”.