Los cerebros de la ley han intentado con multas, puntos, prohibiciones, campañas publicitarias y mucho seguimiento, alejar -sin éxito-a los conductor@s en ‘manifiesto estado de ebriedad’ del volante.
Todas estas ideas se han basado principalmente en el criterio del conductor/a, quien obviamente, tras cierto estado de festividad, pierde el sentido común y cree que «curad@ manejo mejor». Esto se puede comprobar, tristemente, cada fin de semana en los que lamentamos accidentes fruto de la inconciencia.
Al parecer, los días en que el conductor/a ebri@ es el único responsable de sus desiciones, han quedado atrás, ya que un grupo de creativ@s estadounidenses que trabajan para la National Highway Traffic Safety Administration, han desarrollado un sistema en el que podría ser tu propio automóvil el que no decida arrancar si considera que estas borracho.
¿Cómo Funciona?
Driver Alcohol Detection System for Safety, tiene dos posibles aplicaciones de la tecnología: una a través del aliento y otra a través de la piel.
A través del aliento: El primer sistema está basado en un sensor que recoge el aire que exhala el conductor y compara la concentración de alcohol con la de dióxido de carbono. Eso es posible gracias a que las moléculas del alcohol absorben la radiación infrarroja en una longitud de onda distinta a la del dióxido de carbono. El dispositivo manda rayos de luz infrarroja a la muestra de aliento y analiza las longitudes de onda que se devuelven para calcular la concentración de alcohol.
Ni siquiera sería necesario soplar un alcoholímetro, ya que el sistema recogería el aire que el conductor exhalase al entrar en el coche.
A través de la piel: El segundo prototipo en el que trabaja la NHTSA permite medir el nivel de alcohol en sangre a través del contacto con la piel, concretamente a través del contenido de alcohol en los capilares. El sensor refleja una luz infrarroja en la piel del conductor, que llega hasta el tejido de la piel. Una porción de esta luz se refleja a la superficie de la piel, donde es recogida por el sensor táctil y lee la información de las propiedades químicas de la piel, incluyendo la concentración de alcohol en la misma.
Ambos dispositivos podrían estar integrados en el volante, la palanca de cambio o el salpicadero de los vehículos. Si los sensores detectaran que nuestro porcentaje de alcohol rebasa los límites legales, el automóvil no encendería.