Bienaventurados los que llegan al patio de la oposición.
Les costará acostumbrarse en un comienzo, tener que pedir algo una y otra vez sin obtener una respuesta suele suceder. En la gran mayoría de los casos, las autoridades tienen siempre la agenda completa… posiblemente en algunas semanas más les responderán, y claro, con eso deberán darse por pagados.
Vanidosos, faltos de autocrítica, lo hicieron mal, adoradores del modelo neoliberal, despectivos, poseedores de la verdad absoluta, mentirosos también, empresarios muchos, poco oidores y escuchadores…
Puede suceder que en algún momento en el próximo período, se vean obligados a salir a las calles junto a bulliciosos manifestantes con sus gritos, consignas, algunas ya viejas y gastadas, con sus pancartas. Ocurre siempre que en estos casos llega la policía, con palos, y guanaco incluido, recuerden que son los mismos palos de las protestas de los años pasados… es que la memoria suele jugarnos malas pasadas.
Bienaventurados los que descubran que la educación tiene problemas muy serios, pronto les quedará más tiempo para ir a dejar y a buscar a los hijos al colegio, y podrán cruzar más de alguna palabra con los profesores, posiblemente puedan entender, ahora, la justa causa de la deuda histórica de los maestros, y pidan la hoja donde hay que colocar… una firma.
Querrán opinar, dejar testamento que las cosas no van bien. El inconveniente es que los micrófonos estarán en la vereda de enfrente, eso los obligará a escribir en las cartas al director de los periódicos a los cuales les negaban publicidad, Chileinforma, El Ciudadano, el Gran Valparaíso, o Punto Final, algo más pequeños que El Mercurio, La Tercera, La Segunda… pero que no mienten.
El mal rato de no ser invitado a recepciones se les pasará rápido, o el no verse en las paginas sociales de los diarios y revistas, lo superarán con voluntad, volver a ser peatón tiene también sus privilegios, que no hay que desaprovechar.
Aumentarán considerablemente los postulantes al Congreso Nacional. La cesantía ministerial dejará en la calle a muchos, se escucharán voces que por lo bajo pidan primarias, votos a mano alzada, esas menudencias que no se conocen hasta que no estás… donde te dejaron.
La magia suele ser un buen medicamento para la memoria, y ahora puede que tomen nueva ropa la Asamblea Constituyente para una Nueva Constitución, buscar alguna rendija por donde meter una cuña para romper el sistema binominal, tres diputados comunistas no rompen el muro de los excluidos. Defender Codelco, levantar movimientos por la defensa del medio ambiente…
Lo que sucede a los que pronto abandonan La Moneda y los ministerios, dejaron un país tal como se los entregó institucionalmente las Fuerzas Armadas, así que la derecha… a su casa no más llega.
Y que les quede muy claro a los concertacionistas, los errores no están en los que por veinte años han sostenido que un nuevo país es necesario. Los errores que los condujeron a la derrota electoral están en sus propias filas, no salgan ahora a buscar culpables de último minuto.
Por Pablo Varas