La conciencia de la poeta, ensayista y activista lesbiana Adrienne Rich se plasma en su poesía, sus ensayos y también sus entrevistas. Brillante oradora, es una referencia para entender los movimientos de protesta en Estados Unidos durante los años 60 y 70, así como el pulso que el feminismo tuvo que mantener con la propaganda de la era Reagan. Estas 15 frases resumen su pensamiento:
«Me enfada mucho la complacencia.El tipo de complacencia del que, o bien no quiere ver la realidad, o la está viendo y conociendo pero se desliza sobre la verdad». (Entrevista a ‘Real Change News’, abril de 2001).
«Es esencial un cambio en el concepto de identidad sexual si no queremos ver el viejo orden político reafirmarse en cada nueva revolución». (Entrevista de Michael Klein en ‘Boston Pheonix’, junio de 1999).
«El arte y la literatura han dado a muchas personas el alivio de sentirse conectadas – nos sacó del aislamiento. Nos hace saber que alguien más respira y sueña y tiene sexo y ama y causa estragos y conoce la soledad de la misma manera en que nosotras lo hacemos».
«Las artes, un recurso humano fundamental, son odiadas e infravaloradas por el capital a menos que puedan ser una mercancía».
«El Feminismo ha dependido en gran medida del testimonio concreto de cada mujer, un testimonio que estaba destinado a acumularse hacia la comprensión y la práctica colectiva».
«Sé que el arte – en mi caso el arte de la poesía – no significa nada si simplemente decora la mesa de la cena del poder que lo mantiene como rehén». (Carta al presidente Bill Clinton en rechazo a la Medalla Nacional de las Artes).
“Objetividad es el nombre que se da en la sociedad patriarcal a la subjetividad masculina”.
«La existencia lesbiana comprende tanto la ruptura de un tabú como el rechazo de un modo de vida obligatorio. También es un ataque directo e indirecto al derecho masculino de acceso a las mujeres». (Artículo en Rebelión.org)
«Los supuestos que hay detrás de la identidad «blanco» en una sociedad con violencia racial tienen sus repercusiones en la poesía, en las metáforas, en la vida civil en la que, para bien o para mal, como oposición o imitativamente, todo arte tiene sus raíces. Esta identidad racial es más que un conjunto de ideas míticas; es un sistema de relaciones de poder sociales y demográficas, y son políticas económicas racialmente declinadas. Y el apartheid de nuestra cultura literaria institucionalizada refleja ese sistema». (Artículo ‘Definiendo el espacio que nos separa’, publicado en The Nation’, octubre de 1996).