Incluso si todavía no tienes hijos, ya pasaste por la infancia y sabes perfectamente aquello que los padres acostumbran a decir cuando los pequeños terminan de jugar con tierra. Es un hecho, la primera cosa que los padres mandan es lavarse las manos. Pero si la madre en cuestión fuera científica y tuviera un poco de curiosidad, antes de enviar a su hijo al lavabo, muy bien podría tomar una placa de Petri y solicitar al pequeño que ponga la mano en el recipiente, sobre aquella sustancia nutritiva. Tras algún tiempo de cultivo, el resultado sería muy parecido a la fotografía que puedes ver a continuación – un mosaico maravilloso de hongos y bacterias, prosperando en colonias multicolores.
Precisamente esto fue lo que pasó por la mente a la microbióloga Tasha Sturm, asesora técnica en el laboratorio de Cabrillo College. Después que su hijo de ocho años volvió de jugar del jardín, recolectó los microbios que se encontraban en su mano y los dejó crecer libremente durante años. Ella ya venía haciendo esto con su hija mayor, hasta que la mano de la niña se hizo demasiado grande para las placas de Petri. Por más que las colonias crecieron y se desarrollaron, la forma de la mano y de los dedos se preservaba – y Sturm empleaba los microorganismos para ilustrar sus clases en la Universidad. “Mi niños encontraron esto muy ‘divertido’, y a los alumnos también les gusta”, dijo a Smithsonian Mag.
Para identificar con precisión cada especie contenida en esta placa serían necesarios análisis más meticulosos, pero la científica se arriesgó con algunas corazonadas en la sesión de comentarios. Las colonias blancas, argumenta Tasha, probablemente están constituidas por estafilococos, bacterias que suelen vivir en la nariz y en la piel de las personas y generalmente resultan inofensivas y hasta benéficas, pero algunas de ellas pueden causar enfermedades cuando crecen donde no deben – principalmente si desarrollan resistencia a los antibióticos. También publicó dos acercamientos que deben mostrar bacilos, un tipo de bacteria común en los suelos, o una forma de levadura.
Es la imagen que aparece a continuación y aquel pequeño círculo en la esquina superior izquierda de la primera foto, fuera de la mano. Probablemente no se encontraba en la piel del niño y es parte de una contaminación externa. Echa un vistazo a su complejo sistema de canales:
Nota: las imágenes están en alta definición.