El Patrimonio Mundial es una categoría instaurada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para nombrar a bienes específicos de relevancia cultural o natural excepcional para la humanidad. En América Latina existen numerosos lugares que ostentan este título pero que, lamentablemente, se encuentran en peligro.
La Unesco ha determinado que actualmente existen 46 lugares que han de llevar el título de Patrimonio de la Humanidad en peligro en todo el planeta. Esta condición es otorgada en razón de la existencia de conflictos armados, catástrofes naturales o destrucción del medio ambiente causados por los humanos (de manera particular por el turismo masivo). En la lista se encuentran ocho lugares latinoamericanos:
El arrecife de Belice (Belice)
En el año 1996 la Unesco elevó a la categoría de Patrimonio de la Humanidad a este arrecife de 300 kilometros de longitud, el mayor del hemisferio norte y el segundo del mundo, por detrás de la Gran Barrera de Coral de Australia.
El arrecife de Belice está dividido en siete reservas o zonas protegidas «que ilustran las diferentes etapas de evolución del arrecife y son un hábitat importante para algunas especies animales en peligro, como las tortugas marinas, los manatíes y el cocodrilo marino de América», señala la Unesco.
El enclave está amenazado por la contaminación oceánica, el turismo incontrolado, el tráfico marítimo y la pesca, así como por los huracanes, el calentamiento global y el incremento de la temperatura del océano. Por ello, el 40% de su coral sufre un fenómeno de blanqueamiento desde 1998.
Potosí (Bolivia)
Esta ciudad boliviana adquirió la categoría de Patrimonio de la Humanidad en 1987, pero en junio de 2014 fue declarada en peligro debido a la actividad minera incontrolada que tiene lugar en el Cerro Rico y que, según la organización, podría degradar el sitio a pesar de la normativa que la protege.
«Es el ejemplo por excelencia de las grandes minas de plata de la era moderna», sostiene la Unesco.
Oficinas salitreras (Chile)
Las antiguas oficinas salitreras de Santiago Humberstone y Santa Laura son las más conocidas de los 48 centros de explotación que se registraron entre 1895 y 1899 en las actuales regiones de Tarapacá y Antofagasta y actualmente se encuentran en peligro debido al paso de los años y el saqueo.
Declaradas Patrimonio de la Humanidad en julio de 2005, en su mejor período Santa Laura contó con una población de 425 habitantes, mientras que Humberstone sobrepasó los 3.500 habitantes.
«Constituye un testimonio excepcional del progreso tecnológico y el comercio global que constituyeron la piedra angular de la era industrial», sostiene la Unesco.
Parque nacional natural de Los Katíos (Colombia)
Los Katíos forma parte de la región de Darién –que se prolonga a través de Panamá y Colombia– y se extiende por unas 72.000 hectáreas. Lo integrancerros bajos, bosques y llanuras húmedas. Actualmente se encuentra en peligro debido a la deforestación.
«Su diversidad biológica es excepcional y alberga varias especies de animales en peligro de extinción, así como numerosas plantas endémicas», señala la Unesco, que declaró el parque natural nacional Patrimonio de la Humanidad en 1994.
Reserva de la Biosfera de Río Plátano (Honduras)
Declarada como Patrimonio de la Humanidad en 1980, está localizada en los alrededores de río Plátano en La Mosquita y cuenta con una extensión de 5.250 kilómetros cuadrados. La Reserva abarca tanto montañas como tierras bajas de selva tropical con una gran biodiversidad. Además, en su territorio viven más de 2.000 indígenas que han conservado su modo de vida tradicional.
En ella se alza el asentamiento de la Ciudad Blanca, que fue descubierto en 2012 y es uno de las más importantes sitios arqueológicos de la civilización maya.
La pobre gestión ambiental, la colonización para crear terrenos agrícolas y las talas ilegales han hecho que en 2011 fuera incluida por segunda vez en la lista de Patrimonio de la Humanidad en peligro.
Portobelo y San Lorenzo (Panamá)
Estas fortificaciones de la costa caribeña de Panamá «son un espléndido ejemplo de la arquitectura militar de los siglos XVII y XVIII, diseñados por la Corona de España para brindar protección al comercio trasatlántico», describe la Unesco.
Formaban el sistema defensivo para el comercio transatlántico de la Corona de España y constituyen un magnífico ejemplo de la arquitectura militar de los siglos XVII y XVIII. A escala regional, pertenecen a un sistema defensivo mayor, que incluye Veracruz (México), Cartagena (Colombia) y La Habana (Cuba).
Debido a factores medioambientales, la falta de mantenimiento y un desarrollo urbano incontrolado fue declarada Patrimonio de la Humanidad en peligro en 1980.
Chan Chan (Perú)
Es una ciudad precolombina de adobe, la más grande de América Latina y la segunda del mundo, construida por los chimúes en la costa norte del Perú, en el área metropolitana de la actual Trujillo.
Durante la época del virreinato de Perú (1532-1821), Chan Chan fue objeto de saqueos y destrucción, ya que se creía que entre sus muros y pirámides estaba escondido un gran tesoro de oro y plata. La UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad en 1986 y ese mismo año la incluyó en la lista de sitios en peligro.
Coro y su puerto (Venezuela)
Es la capital del municipio de Miranda y del estado de Falcón, en el oeste del país, también se la conoce como la Nueva Augsburgo, Ciudad Raíz de Venezuela o Ciudad Mariana. Fundada en 1577, para su construcción se utilizaron materiales y técnicas usadas por los indígenas americanos y basados en el barro, como el adobe y el bahareque.
«Es el único ejemplo subsistente de una fusión de técnicas y estilos arquitectónicos autóctonos, mudéjares españoles y holandeses», señala la Unesco, quien declaró este lugar Patrimonio de la Humanidad en 1993.
En 2005 se decretó emergencia patrimonial y la ciudad fue incluida en la lista de sitios en peligro debido al hasta entonces descuido gubernamental y a la intensidad de las lluvias registradas en los últimos años.