Finalmente después de casi 52 años la derecha ha vencido las elecciones…
«En mi opinión esto quizás si representa la culminación política de un proceso de derechización de la sociedad chilena en términos de la consagración de un conjunto de valores que podemos asociar al conservadurismo característico de este sector… Es decir, podemos pensar en la consagración de una visión de mundo que ha sido enarbolada por la derecha como por ejemplo, el individualismo, la competitividad, esta idea de que uno se puede hacer a sí mismo con el esfuerzo personal, donde los proyectos colectivos no interesan mucho y un cierto desprecio o por lo menos desinterés por la política y por la participación…» (Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia, 2010).
Según las declaraciones públicas del Presidente de la Unión Demócrata Independiente, UDI, Juan Antonio Coloma, señala “…en esta semana se definen y consolidan los equipos… Sebastián Piñera elegirá con absoluta libertad… Le hemos pedido que no rija la lógica del cuoteo, sino que sea la meritocracia, la probidad y velocidad de respuesta, la regla común de los ministros”. Además, manifestó que la UDI y RN le propondrán “…los mejores nombres, entre los que estarían algunos de los candidatos derrotados en las elecciones parlamentarias.” Y la guinda de la torta, “…aspiro a que el gobierno de la Alianza sea respetado por los que piensan distinto, ya que hasta el momento la Concertación ha mostrado que será una oposición dura y destructiva, lo que ha Chile no le conviene…”.
Una aspiración bastante paradójica, ya que desde el año 1990 los/las voceros/as oficiales de la Alianza por Chile han disfrutado de absoluta libertad para expresar sus opiniones… Uno de sus ejemplos emblemáticos es Iván Moreira, diputado de la UDI, que sin ninguna censura califica como “reyes vagos” a los renunciados presidentes de los partidos de la Concertación. Argumentando que “…los timoneles del oficialismo no tienen rumbo, son unos vagos que se culpan entre ellos, sin ofrecer al país una mejoría…” O públicamente plantea su insólita propuesta de decretar el toque de queda para el 11 de septiembre, “…no hay que temerle al toque de queda, es una forma de resguardar a los/las ciudadanos/as y eso no significa volver al gobierno militar… en estos 20 años, la Concertación ha sido incapaz de reprimir los actos de violencia y de proteger a los más vulnerables de los asesinos, delincuentes, extremistas y sectores violentistas de la izquierda…».
Asimismo, el secretario general de la UDI, Víctor Pérez, manifiesta que “…la izquierda intenta retrotraer al país a la situación política conflictiva vivida en 1964, antes del gobierno de Eduardo Frei Montalva…». Argumentando que «… la gente quiere un mensaje de futuro, que los diversos sectores políticos demuestren un espíritu constructivo para poder dialogar y consensuar medidas que resuelvan los problemas de la ciudadanía como delincuencia, educación y salud…».
Luego el Presidente electo señala que su sueldo como mandatario no le alcanzará para cumplir los compromisos asumidos, financiar los prestamos de su campaña y mantener sus fundaciones… A lo que Pérez y Coloma responden, por una parte defendiendo la supuesta transparencia con que ha actuado sobre la información pública de su patrimonio, y por otra concluyendo que “…a mayores ingresos también mayores son los compromisos…”. Interesantes declaraciones, puesto que si comparamos el sueldo mínimo mensual de un/a Presidente de la República, unos 7 millones de pesos… y el de la mayoría de los/las ciudadanos/as chilenos/as, unos $165.000 pesos… entonces, se podría deducir que los compromisos asumidos, la palabra empeñada y la responsabilidad social son proporcionales o equivalentes al ingreso percápita…
Y de manera simultánea… el Presidente electo le solicita a la Concertación que sea fuerte pero leal… ¿Cómo espera instaurar “una política de los acuerdos” si sus aliados/as y partidarios/as descalifican, censuran o persiguen todo intento de oposición…? Para consagrar los valores de una sociedad cada vez más conservadora, individualista y competitiva, ¿primará la Razón del Derecho o la Fuerza de las Armas…?
Quisiera recordarle a la Coalición por el Cambio, que durante 20 años ha usado y abusado del legítimo derecho de ser oposición, cuyas críticas duras, destructivas y sistemáticas han desprestigiado el ejercicio político y su vocación pública… Una oposición que ha frenado toda iniciativa jurídica, política y económica en el Congreso Nacional, sobre todo aquellas relacionadas con atender las nuevas formas de ser, hacer, conocer y convivir de los/las ciudadanos/as chilenos/as… o aquellas que podrían materializar transformaciones significativas y sustantivas en nuestra sociedad… Por cierto, una oposición que ha sido fuerte, desleal e irresponsable, puesto que sin escatimar consecuencias, ataca de manera virulenta a la Centro Izquierda, y se niega a representar y escuchar las emergentes demandas de la ciudadanía…
Para finalizar quisiera recordar las palabras de Gabriel Salazar; un Estado con conciencia ciudadana necesita cambiar la Constitución Política de 1980… “Si ya el 25 fue una Constitución ilegítima que fue embaucada por Arturo Alessandri para meterla bajo cuerda, cuando todos los actores sociales querían otra cosa. Y se intentó hacer la revolución dentro del marco de esa constitución, fue un fracaso absoluto. Eso está clarísimo… O sea, repetir el mismo cuento con esta constitución, que todavía es más liberal que la otra, ni siquiera es utopía, es una estupidez…”.
Por Verónica Lizana Muñoz