Diez películas de dinosaurios tan malas que deberían extinguirse

En estos días millones de seres humanos de todo el planeta despegan el trasero de sus sofás para ir en masa a las salas de cines a chuparse la apabullante hora y media de dinosaurios hechos con ordenador de Jurassic World. Muchos padres temblamos ya esperando las peticiones de nuestra progenie para estas navidades. Seguramente habrá mucho colmillo y mucha escama correosa. Y es que, desde los inicios del séptimo arte, esas iguanas tan grandes han despertado pasiones entre el público, aunque también hemos vivido más de un gatillazo colosal.

EL PLANETA DE LOS DINOSAURIOS (James K, Shea, 1978)

Unos viajeros espaciales con el coeficiente intelectual de un anélido aterrizan en un planeta de atmósfera respirable habitada por dinosaurios de goma. Como no les funciona el email ni el WhatsApp, desisten de ser rescatados y se dedican a ir siendo pasto de las bestias antediluvianas mientras levantan una nueva civilización, básicamente fabricando armas prehistóricas, manteniendo diálogos lobotomizantes, luciendo palmito setentero y haciendo niños.

CARNOSAURIO (Adam Simon, 1993)

El legendario exploiter Roger Corman, optó por hacer rápidamente su Parque Jurásico particular localizando la acción en un pequeño pueblo minero, en mitad del Desierto de Nevada, que se ve asediado por temibles dinosaurios creados por una científica loca a través de un virus que altera el código genético de los pollos de las granjas avícolas locales. (¿Te ha dado ya la embolia? ¿No? Puedes seguir.) El virus que convierte a los pollitos en reptiles gigantes sedientos de carne (muñecos y marionetas a la antigua usanza) muta y pasa a las humanas. Enfrentados a esta debacle, una activista ecologista y un guardia de seguridad alcohólico. ¿Mala? Descacharrante. Dinosaurios más retocados que Carmen Lomana, actuaciones dignas de Cañita Brava y un guion que parece escrito por internos de un frenopático. La película se convirtió en seguida en obra de culto y tuvo dos secuelas lanzadas directamente en vídeo, pero además de malas no tienen gracia.

PREHYSTERIA (CharlesBand, Albert Band, David DeCoteau, 1993)

Las aventuras de cinco bebés dinosaurios con nombres de estrellas musicales (Elvis, Paula, Hammer, Jagger y Madonna) no podía traer nada bueno. La tostada: un conservador de museo roba cinco huevos de un templo sagrado en América del Sur. Estos acaban por eclosionar en la nevera de unos niños que adoptan a los recién nacidos reptiles, muy monos ellos. Solo hay que añadir un buen chorro deSolo en casa metiendo en el ajo a unos ladrones en busca de los pequesaurios y voilá…carne de videoclub de barrio. Tuvo dos secuelas. Cosas que sólo pasan en EEUU.

DINO REX (Jonathan R. Betuel, 1995)

La película que consiguió la nominación de Whoopi Goldberg como Peor Actriz a los Premios Razzie contaba la abracadabrante historia de una agente de policía a la que le ponían de compañero…un tiranosaurio rex, y encima torpe. La cosa estaba justificada en un universo paralelo en el que los lagartos terribles y los humanos cohabitaban pacíficamente. Los muy peculiares compañeros de pega (imagina que la película se hubiese hecho en España y que hubiesen sido guardias civiles) tenían que resolver el asesinato de otras criaturas prehistóricas e impedir que el villano de turno desatase una nueva Era de Hielo.

LA GRAN AVENTURA DE BARNEY (Steve Gomer, 1998)

Película surgida a través del éxito de la grimosa serie infantil educativa Barney y sus amigos, en ella se nos presentaba a los repelentes hermanitos Abby y Cody, que se van a pasar un fin de semana a la casa de sus abuelos en un bucólico pueblecito. Los chavales invitan con ellos a una amiguita que tiene a un tiranosaurio púrpura de goma espuma como mascota, una versión reptiliana de Tinky Winky que… Me están dando arcadas, así que corto y pego un fragmento de la sinopsis oficial.

Todos quedan sorprendidos cuando Barney cobra vida; y aunque Cody no cree que los sueños se hagan realidad, Barney le enseñará de a poco que puede ser maravilloso tener sueños y creer en ellos, mientras todos tratan de descifrar el misterio de un gran huevo de colores que una noche cayó del cielo.

DINOSAURIO (Ralph Zondag, Eric Leighton, 2000)

Una prueba palmaria de que puedes ser Disney, contar con los mejores animadores, un presupuesto de los que quitan el hipo…y cagarla. Quizás el tener dos directores produjo la funesta bipolaridad del film. Fue rodada parcialmente con imágenes reales y parcialmente animada por ordenador, pretendía ser una película realista, con aire documental, pero se lo cargaron al humanizar a los dinosaurios, crearles crisis existenciales y hacerles hablar. Para los niños y pare usted de contar.

RAPTOR ISLAND (Stanley Isaacs, 2004)

Grupo de maromos de los Navy Seal llega a una isla en el Mar de la China para rescatar a unos rehenes y casi les da un pasmo cuando empiezan a aparecerdinosaurios que llevan bastante tiempo comiendo basura radioactiva. Ya, ya, suena hasta bien. Para pasar el rato comiendo palomitas delante del plasma. Cambiarás de idea cuando pronuncie dos palabras: Lorenzo Lamas. Queda todo dicho, ¿no? Pasamos a la siguiente.

EL SONIDO DEL TRUENO (Peter Hyams, 2005)

Una adaptación cinematográfica del homónimo relato corto de Ray Bradbury tan mala que, de ser posible la resurrección, hubiese hecho levantarse al autor de su tumba para darle de tortas en la cara al director. Era la historia de unos turistas temporales que viajaban al pasado para cazar dinosaurios y metían la pata de mala manera cambiando la historia de la humanidad. Pese a toda la pólvora invertida y a contar con actores solventes (Ben Kingsley, cualquier día te veo en Supervivientes), los giros argumentales no tenían pies ni cabeza, la parte de la “ciencia” de la ciencia-ficción era puro Mambo Jambo, las maquetas eran pencas y los dinosaurios digitales posiblemente los peores que se hayan visto en una producción de este calado. Se podía haber llamado perfectamente ‘El Sonido del Truño.’

ADHISAYA ULAGAM 3D (Shakti Scott, 2012)

Basada en Kodambakkam, Chennai (India), existe Kollywood, la segunda industria cinematográfica del subcontinente indio en términos de ingresos. Pues bien, una de las productoras decidió soltar unas rupias para hacer una película “en 3D” escrita y dirigida por un tal Shakti Scott. El film cuenta la historia del científico Neelaganda Gnanasekara Narashima Narayana Murthy que inventa una máquina del tiempo y transporta accidentalmente a sus nietos a una prehistoria muy curiosa donde se conviven dinosaurios y trogloditas. Desconocemos cuál es el presupuesto medio de una producción tamil, pero a juzgar por el resultado (croma ordinario a tutti pleni y dinosaurios que dan vergüenza a cualquier jugador de PlayStation) el equivalente al precio del bonobús de aquí.

PARQUE JURANAL (1993)

¿A quién se le ocurrió la brillante idea de mezclar sexo y dinosaurios? A un productor porno de San Fernando (California), por supuesto. Había que aprovechar el tirón de Parque Jurásico y en el estudio Odyssey, (especializado en películas de transexuales) se sacaron de la bragueta esta película con actores de segunda fila y muñecos de dinosaurios de esos que naranja fosforito que se compran en el mercadillo en bolsas de a euro. Lo mejor de la peli es la premonitora frase promocional, en la que imaginamos adelantaban la aparición del Indomitus Rex: “Cuidado con el Penesaurio”. Con semejante especie. ¿Quién necesita velocirraptores?

VÍA: http://blogs.publico.es