«Uno de los principales descubrimientos se produjo al realizar una radiografía: nos dimos cuenta de que Winstrup no estaba solo en el ataúd», reveló el director del museo histórico de la Universidad de Lund, Per Karsten, citado por el diario ‘The Guardian’.
Los científicos informaron asimismo de que el bebé hallado, que debió de fallecer con cinco o seis meses de vida, pudo haber estado relacionado biológicamente con el obispo. Para comprobar la versión del parentesco los investigadores tienen previsto realizar pruebas de ADN.
MailOnline skriver om Biskop Peder Winstrup & det mystiska fostret i kistan http://t.co/c3FGPoUEYw #nyheter #religion pic.twitter.com/CXIXmdoQdc
— ann-mari maukonen (@annmarimaukonen) junio 22, 2015
El ataúd había sido abierto en varias ocasiones, aunque el feto nunca antes fue detectado debido a que se encontraba detrás de un pie del sacerdote y permanecía tapado por una espesa capa de hierbas que cubría la sepultura.