Los flojos ¿nacen o se hacen?

El cuerpo humano es un misterio y muchas veces hay una explicación científica a muchas de las conductas a las que no les encontramos explicación

Los flojos ¿nacen o se hacen?

Autor: Carlos Montes

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El cuerpo humano es un misterio y muchas veces hay una explicación científica a muchas de las conductas a las que no les encontramos explicación. Si te gustó el artículo “Infidelidad genética, ¿excusa o realidad?“, ahora hacemos una nueva pregunta: ¿Somos perezosos porque sí o los genes son los responsables de nuestra pereza?

El gen de la pereza

Parece ser que diferentes investigaciones llevadas a cabo en varias universidades han logrado dar con la explicación a la pereza.

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¡No eres tú, son tus genes los que no te responden. !Analicemos algunos de estos estudios.

2 estudios sobre el gen de la pereza

1. La Dopamina como responsable

¿Eres más activo o más perezoso? Según un estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience en el 2012, las personas más diligentes y activas son las que generan más dopamina en las zonas del cerebro relacionadas con la motivación, mientras que las personas más tranquilas u “holgazanas” liberan más dopamina en las zonas del cerebro implicadas con las emociones y en la percepción del riesgo.

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Es decir que según este estudio todo depende de donde tengamos colocada nuestra dopamina.

2. Una mutación genética es la responsable

El estudio más reciente ha sido llevado a cabo por un grupo de investigadores de varias universidades chinas y escocesas lo han bautizado como “el gen de la pereza”. Según estos científicos, hay una explicación para todas esas personas que te sacan de quicio por su inactividad o cuando tú eres el motivo de desesperación de muchos que te tachan de perezoso. El estudio llevado a cabo en el 2014 se publicó en la revista PLoS Genetics y ha sido la base científica del libro “El holgazán nace, no se hace”.

La investigación consistió en analizar la química genética y el cerebro de ratones con esta mutación genética (una variante del GEN SLC35D3 asociado a la obesidad) y descubrieron como ésta influyó tanto en el peso, la ingesta de alimentos, el metabolismo y la actividad física de los ratones.

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La conclusión a la que se llegó es que esta mutación genética interrumpe la liberación de dopamina (la responsable de la recompensa y el placer) con lo cual los ratones no obtenían ningún placer al realizar ejercicio físico y se terminaban convirtiendo en obesos, inactivos y con altos niveles de colesterol e hipirlepidemia (más grasa en la sangre).

En una segunda fase del experimento los investigadores diseñaron una sustancia para mejorar la liberación de la dopamina… y el resultado fue realmente increíble, los ratones dejaron de ser tan perezosos, se volvieron más activos y como consecuencia perdieron peso.

Ahora habrá que ver si este experimento se puede extrapolar a humanos.

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