Dos sacerdotes jesuitas del Colegio Canisius, una escuela de élite de Berlín, cometieron reiterados abusos sexuales contra una treintena de menores en las décadas de 1970 y 1980. El escándalo, revelado el pasado lunes por la propia escuela y por el padre provincial de los jesuitas alemanes, Stefan Dartmann, empezó unos años antes en España.
Uno de los religiosos en cuestión, Wolfgang Stadt, cometió sus primeros abusos entre 1966 y 1968, cuando estudiaba con los jesuitas de Loiola (Guipúzcoa).
El demonio del deseo, del sadismo o de ambas cosas persiguió a Stadt desde entonces, cuando tenía entre 21 y 23 años de edad. Tres antiguos alumnos del Canisius han decidido ahora romper décadas de silencio.
Tras decidir hacer público el escándalo, se dirigieron al actual director de la escuela, Klaus Mertes, a quien revelaron que, entre 1975 y 1979, fueron víctimas de abusos por parte de Stadt, entonces profesor de Religión, Alemán y Deportes, y de otro cura llamado Peter R.
Por donde pasaba, Stadt dejaba un número indeterminado de víctimas. Entre 1979 y 1982 dio clases en la escuela de San Ansgar de Hamburgo, y en 1984 en el internado de San Blas, en la región de Selva Negra. En este último destino confesó los abusos a su superior, que lo expulsó. En esos dos lugares de trabajo, Stadt siguió un tratamiento psicológico. Tras una breve estancia en México se instaló en Chile, donde reside hoy.
Cuando llegó a América, Stadt ya no aguantaba más. En 1991 abandonó la orden y colgó definitivamente los hábitos. «La laicificación es un proceso muy complicado. Para acelerarlo, Stadt confesó haber cometido los abusos», explicó a Público el portavoz de los jesuitas alemanes en Múnich, Thomas Busch.
CONFESIÓN A ROMA
La confesión se produjo en 1991, cuando Stadt envió a Roma un cuestionario «absolutamente confidencial» que forma parte de los trámites necesarios para abandonar el servicio eclesiástico.
Admitió haber abusado de alumnos en España, Alemania y Chile. En alguna ocasión, dichos abusos no fueron relaciones sexuales propiamente dichas, sino «rituales excesivos de castigo corporal», prohibidos desde el año 1973 en los centros escolares alemanes.
Tras conocer la denuncia, Mertes envió una carta a los 600 ex alumnos posiblemente afectados. Fue la propia escuela la que hizo público el escándalo. Luego, el colegio encargó una investigación independiente, con la que Stadt colaboró al «desclasificar» su propio cuestionario de 1991.
El Vaticano se ha declarado satisfecho con el proceder de los jesuitas alemanes. No obstante, Mertes admitió que los primeros rumores de abusos datan de 1981, lo que supone una situación incómoda para sus predecesores al frente de la escuela. Las fiscalías de las ciudades afectadas en Alemania han abierto sendas investigaciones, pero en sus despachos cunde la opinión de que los delitos, en cualquier caso, habrían ya prescrito.
Por Guillem Sans Mora
Foto: El colegio de élite jesuita en Berlín registró más de 30 casos de abusos sexuales. – AFP
Fuente: Público.es