Grecia: «La dignidad de un pueblo no es un juego»

El parlamento griego ha aprobado la convocatoria de referendum propuesta por Tsipras, sobre el acuerdo de rescate ofrecido por las instituciones a cambio del desembolso del rescate pendiente.

Grecia: «La dignidad de un pueblo no es un juego»

Autor: Andrea Peña

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El Parlamento griego ha aprobado este sábado, en sesión extraordinaria, la convocatoria de referendum propuesta por el primer ministro del país, Alexis Tsipras, sobre el acuerdo de rescate ofrecido por las instituciones a cambio del desembolso del rescate pendiente.

La propuesta ha salido adelante por 178 votos a favor, de Syriza, ANEL (Griegos Independientes) y Amanecer Dorado.

Nueva Democracia, To Potami, KKE (Partido Comunista griego) y PASOK han votado en contra sumando 120 votos, tras un debate que se ha alargado más de 14 horas. Mientras que dos diputados no participaron en la votación.

Según el texto de la propuesta, los griegos deberán decir ‘si’ o ‘no’ a las medidas presentadas el pasado viernes por las instituciones en la última ronda de negociaciones que comenzaron en febrero.

«La dignidad de un pueblo no es un juego»

Durante su intervención previa a la votación, Tsipras ha hecho un llamamiento al rechazo de un rescate «insultante» reivindicado que «lo que nos pedían los socios no era un acuerdo, sino que traicionáramos nuestra dignidad políticas».

En su discurso Tsipras ha argumentado su decisión: «Algunos creen que el asunto del Grecia es como un juego. La dignidad de un pueblo sin embargo, no es un juego«.

Tsipras ha defendido que «el Gobierno ha hecho verdaderos esfuerzos para respetar las reglas eurozona a la vez que intentaba que el resultado electoral se respetase», por lo que ha asegurado que el referéndum sobre el rescate se llevará adelante y ha afirmado que el Gobierno no va a «pedir permiso» a los socios para «poder dar la palabra al pueblo», aunque ha dicho seguir estando dispuesto a llegar a un acuerdo.

La oposición acusa al gobierno de romper con Europa

El líder griego ha asegurado que la decisión sobre el referéndum «no constituye una ruptura con Europa, pero sí romper con las tácticas que ofenden a Europa«. Tsipras ha mantenido que «este momento histórico empezó con una votación el 25 de enero, y continuará con la votación el próximo domingo».

Por su parte, el ex primer ministro conservador, Antonis Samaras, ha manifestado su total disconformidad con la convocatoria al mantener que la consulta del 5 de julio propuesta por el gobierno de Syriza terminaría por expulsar a Grecia de la zona euro.

El líder de Nueva Democracia ha insistido en que «ahora que los acreedores ha retirado de la mesa su propuesta, no hay necesidad de un referéndum».

Por su parte, la líder de los socialdemócratas del Pasok (el partido que dirigió con los conservadores el último Gobierno), Fofi Genimatá, ha acusado al Gobierno de estar conduciendo Grecia hacia la ruptura con Europa y emplazó al Ejecutivo a dimitir.

Sombra de impago

La votación se celebró, mientras en Bruselas los ministros de Finanzas de la eurozona, decidían no conceder a Grecia la prórroga del rescate por unas semanas, solicitada por Tsipras para permitir a los ciudadanos votar «sin presiones».

Pese a dar por finalizadas por parte de Grecia las negociaciones y excluir al ministro de Finanass griego, Yanis Varufakis, de una segunda reunión «informal», el mensaje principal fue que en todo caso Grecia sigue siendo un miembro de la eurozona.

Tsipras calificó la exclusión de un miembro del Eurogrupo de una reunión como «un día negro» en la historia de la eurozona. Los próximos días demostrarán si Grecia acaba en impago, como todo indica en estos momentos, o si surgen posibilidades de acuerdo de último momento.

Varufakis afirmó que si en los próximos días se lograba un compromiso, el Gobierno solicitaría en el referéndum el ‘sí’ a ese acuerdo.

Las instituciones propusieron a Grecia prorrogar cinco meses el segundo rescate a cambio de recibir unos 15.500 millones de euros que le permitiesen hacer frente a sus obligaciones financieras con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el BCE.

Sin embargo, el gobierno griego consideró que se trataba de una cantidad inapropiada e insuficiente tanto para cubrir los pagos a los acreedores los próximos meses como para permitir la recuperación de la economía.


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