Algo tan simple como pintar de blanco unos objetos cotidianos puede dar pie a un curioso experimento que pone a prueba nuestra relación con las marcas.
El publicista y fotógrafo Andrew Miller ha tintado de blanco durante cien días cien objetos diferentes. El proyecto, que recibe el nombre de «Brand Spirit», resulta de lo más interesante porque pese a presentar los objetos en su «máxima pureza» todos somos capaces de asociarlos instintivamente con una marca concreta.
Desde una taza (¿alguien dijo Starbucks?), pasando por una cámara de fotos (Polaroid) o una mera libreta (Moleskine). Por la lente de Miller también han habido sorpresas inesperadas como la que él mismo destaca cuando afirma que «nunca imaginé que un paquete de cigarrillos (Marlboro) pudiera parecerse tanto a una caja de pinturas de colores (Crayola)”.
Si quieres ver las cien instantáneas completas puedes entrar en la web de «Brand Spirit.
Y ahora, los difíciles…
Kindle y Red Bull. ¿Cuántas has adivinado?
Vía Cribeo