Saul Villeda, el autor del nuevo estudio publicado en la revista ‘Nature Medicine’ ha indagado que la proteína beta-2 microglobulina (B2M), que se encuentra en nuestra sangre y cuya concentración aumenta con la edad, causa el deterioro cognitivo y la pérdida de memoria: efectos perniciosos del envejecimiento.
«Estamos muy animados por los resultados porque muestran que hay dos maneras de revertir el deterioro mental asociado a la edad», explica Villeda.
La primera solución trata de la introducción de sustancias «rejuvenecedoras» en la sangre.
Dicha solución fue comprobada durante el experimento en ratones del año pasado, en cuyo transcurso el científico con su equipo había logrado reactivar el cerebro y los músculos de un ratón viejo, mediante transfusiones de sangre de congéneres jóvenes.
La segunda táctica está basada en la proteína beta-2 microglobulina, que «podría atacarse» para neutralizar sus efectos y «recuperar la memoria de las personas mayores».
Además los científicos abogan que dicha medida podría ayudar a tratar la demencia y el alzhéimer, dado que esta proteína prevalece en la sangre de los enfermos con estas diagnosis.