Desde que asumió la cartera de Hacienda, el ministro Rodrigo Valdés, dejó clara la situación respecto a las reformas que se encontraban en trámite legislativo (Educación y Laboral) y que ambas se verían supeditadas a como se configuraba el escenario económico en el país. De ahí en adelante el relato de La Moneda al respecto, y de algunos partidos de la Nueva Mayoría – en especial desde el PS y la DC -, era que la plata no alcanzaba.
A esto se sumó la presión que ya ejercían los gremios empresariales respecto de “las nefastas consecuencias” que tendría la reforma laboral en la “productividad” considerando el difícil momento económico. De igual forma han insistido en que se debe revisar la reforma tributaria aprobada el año pasado.
En este sentido el empresariado ha sido enfático señalando que “lo que le hemos hecho ver al Ejecutivo es que la aplicabilidad de esta reforma genera un alto grado de incertidumbre en las empresas y estamos a nivel de la CPC recogiendo todos los antecedentes para poder mostrar en qué temas debemos corregir, ya sea administrativamente o si es necesario por ley, una situación que no ayuda al mejor crecimiento”.
A la vez Hermann von Mühlenbrock, presidente de SOFOFA, dijo que los malos resultados económicos hacen urgente “un cambio sustancial en los proyectos de reforma laboral y en el sistema tributario recientemente aprobado, entre otros”. Desde el gobierno no ha respondido directamente.
Al mismo tiempo, la tramitación de la reforma educacional en el Congreso que revisa tanto la Carrera Docente como la gratuidad en Educación son puntos que se ven en riesgo con este nuevo panorama.
Desde el PS, su presidenta Isabel Allende expresó que “debían sincerarse las cifras” y que en caso de que los números no cuadraran había que “reordenar las prioridades”.
Gratuidad en la mira
El senador DC y presidente de la falange, Jorge Pizarro, no es óptimista con el panorama e incluso plantea conformarse con el “en la medida de lo posible” cuando expresa que “nosotros aspiramos a cumplir con los compromisos. Sabemos que va a ser difícil si es que no se produce una reactivación importante de la economía, de manera que hay que tratar de cumplir hasta donde sea posible, siguiendo el espíritu de garantizarle gratuidad a los sectores más necesitados y a los sectores medios. Y ya es una meta compleja de alcanzar el 70%”.
Para el presidente del Partido Radical, Ernesto Velasco, la situación debe ser aclarada y establece que las prioridades deben estar en el cumplimiento de las ofertas electorales planteadas en el programa de gobierno de Bachelet. «La reforma educacional se tiene que transformar en el sello social que tenga este gobierno, pero hay que dar un marco al país que le diga con claridad, por ejemplo, cuánto es lo que se va a poder avanzar en gratuidad universal: ¿un 20, un 30, un 40%? ¿Cuántos son los recursos? Hay un grado de incertidumbre y eso no es bueno, y el gobierno tiene que hablar con claridad sobre qué es lo que podemos y qué es lo que no podemos».
«Uno puede entender las dudas, porque ha habido algunas voces que han planteado esos reparos, pero desde el punto de vista político tenemos muy poco margen para no hacer exactamente lo que comprometimos» señala el presidente del PPD, Jaime Quintana, a la vez que pide claridad en los antecedentes a La Moneda.
Pero el ex presidente de la DC, y que según fuentes del partido se perfila como presidenciable, Ignacio Walker, señaló que «el programa de Bachelet añadió, sin consulta a los partidos y contraviniendo el acuerdo de 2012, llegar a la gratuidad universal en 2020, cuestión que tiene una serie de complejidades tanto conceptuales como financieras» perfilando la dirección de la reforma.
En este sentido la vocera del Confech y presidenta de la FEUSACH, Marta Matamala, expresó que la Nueva Mayoría «hoy en día no tiene ni siquiera la claridad si la plata alcanza o no alcanza la para gratuidad, porque además la Reforma Educacional no está terminada, por lo tanto la ministra Delpiano no puede determinar plazos ni montos. Hoy tanto el Mineduc como la Nueva Mayoría está avanzando a ciegas».
Matamala va más allá y apunta a que la Nueva Mayoría nunca existió pues «yo creo que honestamente la Nueva Mayoría nunca se alejó de la Concertación, sino que ahora toma la forma que siempre tuvo la hegemonía política al interior de sus partidos políticos. Decir que ha habido una derechización de la Nueva Mayoría es no reconocer el peso que tiene el escalonismo al interior del PS, no reconocer los lineamientos conservadores de la DC, es no reconocer las bases ideológicas en la que se ha movido la Concertación durante los últimos 20 años».
Finalmente, la pauta de cómo se viene el futuro la puso el senador DC, y miembro de la comisión de Hacienda, Andrés Zaldívar al advertir, para que no nos quede duda, que «lo principal es cumplir con la disciplina fiscal, ya que sin ella este país puede irse por un tobogán (…) en ese sentido soy estrictísimo: si las platas alcanzan, se hace. Si no alcanzan, no se puede hacer».