Emma Carr, madre de la niña, la llevó a un hospital de la ciudad británica de Leeds por problemas respiratorios, informa un periódico local. Sin embargo, los empleados de la recepción del centro le aseguraron que la consulta médica se había cancelado ya que su hija aparecía en la base de datos como fallecida.
Al conocer la noticia, Carr acudió inmediatamente a los funcionarios del Ayuntamiento de Leeds. «Tuve que llamar al Ayuntamiento para convencerme en que no habían levantado el acta de defunción”, recuerda la madre.
Posteriormente el hospital se disculpó explicando que el error había sido cometido por un miembro de la plantilla del departamento oncológico que ya no trabajaba en citado centro médico.